Cultura
La escena se politiza en el Experimental
El ritmo irregular es la característica del montaje
Olga Gutiérrez es quien lanza cuestionamientos como estos a lo largo del montaje de danza, teatro y multimedia “Nosotros Estamos Aquí”, que fue estrenado el viernes por la noche en el Teatro Experimental de Jalisco y que continúa durante este fin de semana y los siguientes tres jueves de marzo.
Una pieza que sin duda se sale de lo convencional tanto en danza como en teatro, que compensa su escenografía y vestuario minimalistas con proyecciones de video y que se apoya en el diseño sonoro más que en la música para marcar las pautas de movimiento. Un montaje compuesto por diversas escenas o actos que transcurren con un ritmo irregular, ligadas entre ellas por la temática de la decadencia política de México.
Al entrar al Experimental el escenario aparece desierto al espectador. La luz blanca deja ver todos los fierros que en la mayoría de los montajes normalmente se intentan ocultar, y la casi total ausencia de elementos escénicos lleva la atención directamente a la bailarina que yace acostada sobre un cuadrado de plástico blanco que cubre la mayor parte de la escena.
Olga lleva un micrófono atado a su mano que a su vez está conectado a un pequeño amplificador al frente del espacio, de modo que el dispositivo registra y reproduce el sonido de su cuerpo al ser arrastrado contra el piso. Después de algunos minutos de realizar esa misma acción entra a cuadro Temoc Camacho —quien permanece a la vista todo el tiempo, al igual que el resto de técnicos y asistentes— y que interactúa con los movimientos al piso de Gutiérrez.
A continuación la actriz y bailarina toma un micrófono y comienza a lanzar preguntas sobre el presente, con una mirada fija hacia el público. En otro momento un asistente de escena se planta al frente con un pizarrón en el que Camacho comienza a escribir fechas clave de la construcción del México actual —1492, 1810, 1910, 1994, 2000, 2006, 2012— seguidas de la palabra Héroe, que es remarcada en cada ocasión como un cuestionamiento a los discursos que son construidos a través la historia.
Sin duda la escena en la que los espectadores logran tener una mayor conexión con lo que sucede en el escenario, es cuando Olga simula cantar la canción de Brenda Lee “I’m Sorry”.
PARA SABER
Obra con poco despliegue
Lo que es verdad es que en ningún momento el público queda asombrado ante el despliegue de talento o estética presente en este montaje, salvo quizá, en alguna secuencia de movimiento realizada por la bailarina.
Síguenos en