Cultura
La Ruta Quetzal revive los últimos días de Simón Bolívar
Los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA acamparon en la Quinta de San Pedro Alejandrino, donde Bolívar pasó sus últimos días
En un ambiente cargado de historia y de leyenda, los jóvenes ruteros instalaron sus tiendas de campaña en los jardines de la finca, declarada Monumento Nacional Histórico en 1891, y visitaron las dependencias en las que, gravemente enfermo, Bolívar intentó reponerse antes de continuar viaje a Europa.
Cubierta por una bandera colombiana, la cama donde falleció de tuberculosis aún se conserva, así como el recinto donde tomaba los baños aconsejado por su médico personal, o la biblioteca donde dictó varias cartas, su testamento y la última proclama a los ciudadanos de Colombia.
En ese marco, los jóvenes expedicionarios pudieron descubrir no solo al Bolívar gobernante, estratega y militar, sino también al ser humano, "con sus luces y sus sombras, que también las tenía", aseguró la profesora Adelaida Sourdis, encargada de acercar la figura del libertador a los chicos y chicas de la Ruta.
"Según cuentan sus biógrafos era un hombre amable, pero podía ser tremendamente feroz cuando se sentía atacado. Dicen que era más temible derrotado que victorioso", explicó.
Sourdis destacó el carácter caribeño de Bolívar, "muy diferente al andino", y señaló que "le encantaba bailar".
"Dicen que bailaba incluso sobre las mesas en algunas reuniones", añadió.
Generoso, entregado, "hasta tal punto de que acabó pobre, cuando era uno de los hombres más ricos de Venezuela", el libertador americano fue también "un gran amante", según Sourdis, aunque una vez viudo "juró que nunca se volvería a casar".
"Se enamoró de María Teresa del Toro y se casó en España. Ella murió poco después. Fue su gran amor", dijo.
La profesora destacó también el carácter comunicador de Bolívar y su capacidad para entender a la gente, pero sobre todo su carisma.
"Dicen que tenía mucho, y debía de tenerlo para poder armar un ejercito de gente sin educación ni entrenamiento, personas que eran del común y que le siguieron", apuntó.
De Bolívar, su sueño y su ideario, América conserva ahora la base de sus democracias, según Sourdis, "a pesar de las interpretaciones que de lo que fue se haga en algunos países, pero realmente lo que tenemos hoy en Colombia, más o menos perfecto, se lo debemos a él".
La Quinta de San Pedro Alejandrino es también el lugar en el que las leyendas en torno a la imagen del libertador americano han ido creciendo con el paso de los años.
Cuentan quienes la han visitado que su espíritu pasea aún por los jardines de la finca, y que incluso su silueta apareció una vez dibujada entre las ramas de un tamarindo, uno de los numerosos árboles que dan sombra a los senderos de tierra.
El hecho de que muriera sin descendencia ha dado pie también a numerosas versiones sobre el porqué de su esterilidad, que pudo estar provocada por practicar sobre un caballo de madera para perfeccionar su manera de cabalgar.
Sin embargo, también se dice que "en diez años no pasó una noche solo", afirma Ricardo Antonio Cifuentes, responsable de turismo de la zona, "y que tuvo una fuerte rivalidad con Francisco de Paula y Santander, uno de sus generales, por los amores con las hermanas Ibáñez".
Tras profundizar en la figura de Bolívar y recorrer algunos de los lugares en los que pasó sus últimos días, la Ruta Quetzal BBVA emprende hoy camino hacia Barranquilla, desde donde embarcará en una navegación por el Río Magdalena.
El famoso carnaval que se celebra todos los años en esa ciudad será también de interés para los jóvenes expedicionarios, que inician hoy su última semana por tierras colombianas.
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