Cultura

La Mona Lisa guarda misterio

El material tiene en su pupila derecha las iniciales del autor y en la izquierda la clave de indentidad en la que él pintor se inspiró

LONDRES, INGLATERRA (13/DIC/2010).- La Mona Lisa de Leonardo Da Vinci guarda en su pupila izquierda la clave de la identidad de la modelo en la que él pintor se inspiró, según sostiene un investigador italiano, Silvano Vinceti, cuyas teorías recoge el periódico "The Guardian".

De acuerdo con Vinceti, que es presidente de la comisión nacional de patrimonio cultural en su país, el genio renacentista, amante de los códigos, pintó una serie de letras diminutas en las dos pupilas de la Gioconda.

"Invisibles al ojo humano y pintadas en negro sobre verde-marrón, están las letras LV en su pupila derecha, obviamente las iniciales de Leonardo, pero lo más interesante está en su pupila izquierda", afirma el investigador, en declaraciones recogidas por el diario.

Vinceti mantiene que en ese ojo se disciernen las letras "B" o "S" o posiblemente las iniciales "CE", lo que considera claves de vital importancia para averiguar la identidad de la modelo.

Ésta ha sido identificada a menudo como Lisa Gherardini, la esposa de un mercader florentino, pero el investigador italiano no está de acuerdo, ya que mantiene que la Mona Lisa fue pintada en Milán.

"Detrás del cuadro aparecen los números '149', con un cuarto número medio borrado, lo que sugiere que (Da Vinci) lo pintó cuando estaba en Milán en la década de 1490, usando como modelo una mujer de la corte de Ludovico Sforza, el duque de Milán", declara al "Guardian".

"A Leonardo le gustaba utilizar símbolos y códigos para transmitir mensajes, y quería que supiéramos la identidad de la modelo a través de sus ojos, los cuales consideraba el espejo del alma y un medio de comunicación", prosigue el italiano, quien al parecer prevé detallar sus conclusiones el próximo mes.

El misterio de la Mona Lisa ya ha sido objeto de teorías también en la ficción, como en el caso de la novela "El código da Vinci", en la que el autor, Dan Brown, sugiere que el nombre es un anagrama para Amon l'Isa, en alusión a antiguas deidades egipcias.
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