Cultura
La Feria de Fráncfort llega a su fin
En representación de la literatura argentina, fueron incluidos en el cilindro fragmentos de José Hernández y Jorge Luis Borges
'El testigo' es un cilindro transparente dentro del cual se van metiendo año tras año fragmentos de textos clásicos de los países invitados.
En representación de la literatura argentina, han sido incluidos en el cilindro fragmentos del "Martín Fierro" de José Hernández -considerado como el clásico por excelencia de la literatura gauchesca- y también algunos textos de Jorge Luis Borges que fue hoy uno de los autores más mencionados durante la ceremonia de entrega del testigo.
El presentador, Michael Schmidt, empezó la ceremonia recordando el cuento "La biblioteca de Babel" de Borges.
Schmidt comparó el argumento de esa narración -en la que Borges imagina una biblioteca que contiene todos los libros que han sido escritos y todos los que algún día pueden escribirse- con el universo enorme de la Feria de Fráncfort.
Antes de la ceremonia propiamente dicha -en la que la presidenta del comité organizador argentino Magdalena Faillace recibió el testigo de manos de su homólogo chino Chen Ying Ming- se realizó una lectura en la que participaron Wang Meng, por parte del invitado de honor de este año, y Oswaldo Bayer, por parte de Argentina.
Wang leyó dos cuentos de corte fantástico en los que curiosamente podría verse una relación con el argentino Julio Cortázar.
El primero de los cuentos de Wang narra la historia de un hombre que, después de muchos años de no usar su equipo de sonido, quiere volver a oír música y se sorprende de que, por alguna razón misteriosa, sus viejos CDs ya no contengan las canciones de antes.
En lugar de canciones populares rusas o chinas o cantos revolucionarios que recuerden la gran marcha de Mao, el personaje de Wang se encuentra oyendo canciones pop en inglés y no entiende por qué.
El segundo de los cuentos ahonda aún más en lo fantástico y cuenta la historia de una perla extraviada en un basurero, donde discute con un montón de ojos de pescado que terminan por nombrarla líder de una rebelión.
"Cuando uno quiere escribir buena literatura debe olvidarse de la misión que esta debe tener", dijo Wang cuando se le preguntó si sus cuentos reflejaban, en clave fantástica, la transformación de la sociedad china.
Como contraste con la literatura fantástica presentada por Wang, Bayer leyó un texto enteramente realista tomado de su libro "La Patagonia rebelde" en el que invoca la represión sangrienta de un levantamiento obrero ocurrido en 1921, que dejó como saldo 1.500 fusilamientos.
"No voy a leer literatura sino algo que sucedió", dijo Bayer antes de comenzar su lectura.
El fragmento que leyó es un homenaje a cinco prostitutas que se negaron a prestar sus servicios a los soldados que perpetraron los crímenes de 1921 y que, según el texto de Bayer, fueron las únicas que se atrevieron a llamarlos "asesinos".
Bayer, después de su lectura, fue interrogado acerca del papel de ese tipo de literatura de denuncia en la tradición literaria argentina, que tiene también una veta fantástica representada por ejemplo en los cuentos de Borges y Cortázar.
A esa pregunta respondió que aunque está claro que la literatura no tiene forzosamente que reflejar la historia moral de un país, sí existe la esperanza de que un texto de denuncia ayude a terminar con la violencia y las desigualdades en las sociedades hispanoamericanas.
El director de la Feria del Libro, Jürgen Boos, por su parte, dijo durante la ceremonia que los fragmentos leídos por Wang y Bayer dan un ejemplo de lo que debe ser la literatura."La literatura debe mostrar la realidad aunque duela", afirmó Boos.
Síguenos en