Cultura

La FIL de Oaxaca homenajea a José Emilio Pacheco

Se rindió tributo al escritor en la edición número 32 del evento, con la participación de Sergio Pitol, Juan Villoro y Margo Glantz

OAXACA, OAXACA (02/NOV/2012).- Polígrafo consumado, polígrafo perfecto, conciencia cívica de una generación, catedrático tenaz, hombre de gran memoria, escritor maduro desde antes de que cumpliera los 20 años y gran amigo; de esas y muchas maneras Sergio Pitol, Juan Villoro y Margo Glantz, definieron a José Emilio Pacheco durante el Homenaje al poeta, narrador, ensayista y poeta, autor de "Morirás lejos", "Irás y no volverás", "Los elementos de la noche" y "Las batallas en el desierto".

Durante el homenaje organizado por la 32 Feria Internacional del Libro de Oaxaca, celebrado en el Teatro Macedonio Alcalá, Sergio Pitol, amigo y lector de Pacheco desde hace cerca de 50 años, dijo que desde que conoció a José Emilio y leyó sus primeros cuentos "encontré ya una escritura madura, me parecía imposible concebir que alguien menor de 20 hubiese podido producir relatos de tal naturaleza, ambiciosos técnicamente, con un perfecto ritmo y dominio del idioma y una arquitectura tan sólida cuanto poco visible".

Pitol describió a Pacheco como un lector de tiempo completo, estudioso infatigable y un polígrafo perfecto que en poco tiempo dominó los campos más diversos de la actividad literaria. "Su mano ha tocado todos los géneros, la poesía, el cuento y la novela, el teatro, el ensayo y la crónica. La obra de Pacheco se ha convertido en una fuerte columna de las literaturas de nuestra lengua, su prestigio es internacional, sus seguidores y sus estudiosos componen ejércitos".

Luego de que Sergio Pitol calificó como obra inquietante la obra de Pacheco, Juan Villoro afirmó que para su generación, José Emilio Pacheco ha sido fundamental, que se han educado con su obra porque ha generado extraños conexiones entre muy diversas zonas del conocimiento; pero además porque autorizó a una generación a que lo popular formara parte de la lectura.

Acompañado de sus amigos, de su esposa Cristina Pacheco y de decenas de lectores admiradores que hicieron fila para que firmara sus libros, José Emilio Pacheco volvió a Oaxaca, adonde llegó muy joven con Carlos Monsiváis y Margo Glantz y donde perdió un poco de timidez y descubrió que podía hablar en público.
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