Cultura

Karen de Luna: las maneras del cuerpo

La artista tapatía concursa en el reality show ''Ópera Prima'', dedicado a la danza contemporánea, que comienza mañana en Canal 22

GUADALAJARA, JALISCO (14/ABR/2012).- Con la misma desenvoltura que luce en escena, usa las palabras como usa las piernas: sin temor, sin fatiga. De carácter abierto , con un tono dulce de voz que salpica con sonrisas, Karen de Luna Fors se da un pausa para hablar de ella misma y de su próximo reto: la participación en Ópera Prima, el reality show de danza contemporánea que comienza mañana en Canal 22, y donde ella, como la más experimentada del grupo, tiene una razón extra para esforzarse.

¿La fama? No es que le interese, asegura. Su participación en la competencia representa una travesía hacia nuevas experiencias, un momento para fusionar y concretar algunos de sus planes, dice.  

“Algo que no tenemos los bailarines de danza contemporánea es el roce con el mundo de la farándula, muchas personas no saben ni cómo me llamo, la gente va a verte bailar, y sí, Ópera Prima es una puerta, una posibilidad de proyección de mi trabajo, y ciertamente una forma de encontrar sustentabilidad a lo que hago, porque en esta profesión pareciera que todo es efímero y no hay nada seguro”, explica Karen de Luna, quien fue una de los 20 seleccionados, de entre más de 500 postulantes al concurso.

Karen admite que cuando se enteró de la convocatoria no pensó en inscribirse, sobre todo por su percepción del género televisivo “real”, “Obviamente uno sataniza el reality show, por lo que se ha visto en Televisa y TV Azteca, y no veía como funcionaría porque en el enfoque artístico cultural es muy distinta la dinámica”, señala. Sus familiares y amigos tuvieron que insistirle hasta que se decidió a audicionar un par de días antes que cerrarán las inscripciones, y ahora espera “no ser de las primeras en salir”.  

“Ahora que conozco más el proyecto lo veo como un documental, de lo que 20 bailarines hacen, pero no deja de ser una manera nueva de exhibirte, que inevitablemente te expone y te pone vulnerable frente a la gente, que aunque desde que decides ser bailarín, es algo con lo que tienes que lidiar, pues optas por el ‘exhibicionismo’ en cierto sentido, y no dejas de ser una persona que se para sobre el escenario para ser juzgada por los demás”, dice.

Edad, su carta fuerte


“Soy la más ‘ruca’ (risas), y por mucho, creo que el que me sigue tiene 28 años, y si es fuerte, si espero mucha competencia, pero no me presiono”, manifiesta la artista, quien con 34 años, cumple con la edad límite permitida para concursar.

“Soy creyente de que la edad no es limitante para crear y expresarte, pero no puedo entrar a Ópera Prima para hacer lo mismo que hacen los más jóvenes, sería un error para mí hacer lo que no soy, mi carta fuerte es usar mi edad, aprovechar lo que sé y lo que puedo hacer”.

Para De Luna Fors, “el paso del tiempo” es lo más difícil de enfrentar para un bailarín, que impone restricciones a la técnica en una ocupación que se entiende breve por la exigencia física de una preparación diaria, no obstante, ella se ve como profesional hasta que sus articulaciones no le permitan moverse en absoluto.

“La carrera es tan larga como uno sea responsable con su cuerpo. No se puede hacer lo que hacía a los 20 (años) cuando tienes 40, la condición no es la misma, ni el espíritu, ni las inquietudes son las mismas. Lo que pasa es que uno no sabe transformarse a tiempo. Por qué no pensar que a los 60 años pueda hacer una videodanza con mis manos, sí es posible, y eso no quiere decir que yo tenga que dejar de hacer lo que me gusta.

“La danza es totalmente adaptable siempre y cuando una esté dispuesta, a sacrificarse y buscar otras maneras de expresarte con el cuerpo, para eso hay que estar en constante evolución y aprender cosas nuevas”.

Sobre el premio al ganador, admite no se obsesiona, pero hacerse acreedor a él “no te garantiza que serás millonario, pero sí requiere una gran responsabilidad, un monto de ese tipo te exige seguir desarrollándote, extender el currículum, seguir bailando, seguir haciendo carrera”, dimensiona la artista de baile.

Preparación sin parar


El rigor que se autoimpone la ha llevado a tener una figura escultural, una condición física extraordinaria, y un dominio del cuerpo como instrumento incuestionable. Ya recuperada de una lesión de las rodillas que le requirió cirugía y tomó un año regresar a los escenarios, se declara “fiel a lo que necesita en el momento”, pues indica que “como bailarín tienes que saber en qué momento físico estás y qué va a contribuir a tu desarrollo”.  

La artista tapatía gusta de explorar diferentes disciplinas. Para mantenerse en forma entrena artes marciales, como el Aikido y disfruta de sesiones de pilates que le ayudan a mantener elasticidad y fortalecer músculos, mientras, sigue practicando danza todos los días, tratando de aprender las nuevas tendencias y seguirlas.  

Ser instructora también le ha permitido exigirse físicamente a diario. “A mi me gusta ser una maestra que hace lo que el alumno quieres que haga, no puedo nada más hablarlo, sobre todo cuando estás montando”, expresa.

“Para ser bailarín profesional se requiere pasión, una necesidad y claridad para saber por qué estás en esto, se requiere una responsabilidad de entrenar todos los días, es necesario escuchar a tu cuerpo y no someterlo a una carga que no resista”.

Por el mundo

Karen siempre creyó que su vida estaba dedicada a trabajar con su cuerpo, y comenzó sus estudios de danza clásica y gimnasia olímpica a la edad de 5 años. Posteriormente incursionó en el mundo del teatro y la música, estudiando piano y cello.   

En 1997 viajó a Paris donde tomó cursos de danza africana y ballet, y ese mismo año ingresó al ITESO para estudiar la Licenciatura en Diseño Integral.

No fue hasta el 2002 cuando tomó la decisión de avocarse de lleno a su pasión, dejando Guadalajara para estudiar en la Escuela Profesional de Danza Mazatlán, especializada en la vertiente contemporánea, que le abriría las puertas para formar parte de la compañía Delfos.

Su talento y el respaldo de la agrupación la llevaron a realizar múltiples giras en México y países como Panamá, Colombia, Sudáfrica, Francia y Singapur, participando en proyectos de colaboración con la Winnipeg’s Contemporary Dancers de Canadá y la compañía Antares, y cumpliendo actividades de residencia en varias Universidade s de Estados Unidos.

Ha trabajado al lado de diversos coreógrafos entre los que los destacan: Vladimir Ilich Rodríguez (Colombia), Magdalena Brezzo (Uruguay), Michael Foley (Estados Unidos), y de México, Víctor Manuel Ruiz, Omar Carrum, Claudia Lavista y Miguel Mancillas.

Cambio de rumbo

“Yo soy una Delfo, y lo seré hasta que me muera, es que te marca para siempre”, menciona Karen, al recordar cuando abandonó en 2010 una de las compañías de danza con presencia importante en el país, en la que estuvo por siete años.   

Haciendo analogía a la vida de familia explica su decisión: “Te das cuenta que tus papás te han dado herramientas, educación, te abren posibilidades y llega un punto en el que dices ya no puedo seguir viviendo aquí, necesitas crecer, madurar y ser un adulto.

La tapatía se concibe como una bailarina que no sólo hace danza, y que durante su vida enfrentó la indecisión, al atraerle diversas formas del arte. “Las artes son como amantes, estás con una y la otra te jala y también le tienes que dedicar tiempo, pero la danza me permitió meter todas en juego”.

Siempre activa, Karen también es diseñadora freelance y maestra en Escena 3, asimismo pretende desarrollar nuevas formas de creación al realizar diversos proyectos vinculados a las artes visuales y a la interactividad, como con el colectivo Proyecto Al Margen del que forma parte.

SHOW TIME
Canal 22, 21:00 hrs

Mañana por la noche, a las 21:00 horas, comienza el reality show Ópera Prima @elcolectivo, que transmitirá el Canal 22.

En la emisión participan 20 bailarines, provenientes de diversos lugares del país.

El programa será grabado durante abril, mayo y junio. El primer lugar del certamen ganará una beca de tres años, con un monto mensual de 30 mil pesos.
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