Cultura
Juan Villoro escapa del infierno de la repetición
El autor de 'La gota gorda' se muestra prolífico, con distintas presentaciones de libros en la FIL, así como con diferentes sellos
GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2013).-
Juan Villoro va al punto. Evita las glorietas y toma el camino recto, el más corto para llegar a donde quiere. Está en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), para dar a conocer sus trabajos literarios más recientes; también, para reflexionar sobre el libro digital, o atender a sus seguidores, así como para ser objeto de reconocimiento por su labor en el periodismo cultural.
“Sí, ese título está en la UNAM. Pero ya sabes cómo es la UNAM. Allí lo consigues”, le dice a un joven estudiante de letras que le acerca Conferencia sobre la lluvia, un monólogo publicado por Almadía. El estudiante se va satisfecho con su libro autografiado, con el dato de dónde conseguir el que no ha encontrado y, Villoro, atiende a otra persona con quien platica sobre poesía, lo felicita por haber ganado un premio nacional y, entre tanto, deja todo listo para atender a otros medios de comunicación que desean conocer los detalles del autor y su obra, o mejor dicho, sus varias obras. Pues bien, no lo piensa mucho para descifrar por qué se mueve en tantas canchas, de la crónica deportiva a la novela, o del cuento infantil al teatro; todos, al parecer, con buenos resultados en la industria editorial.
“Soy un escritor disperso, tengo muchas curiosidades. Tengo entusiasmos muy rápidos, pero también me aburro rápido. Entonces empiezo a trabajar en un tema, luego paso a otro y, de una manera un poco extraña, incluso para mí mismo, esta dispersión me ha llevado a combinar distintos géneros y a veces se juntan los libros que se publican. Que ha sido un poco el caso de este año en el que se han publicado varias cosas”, lo dice palabra por palabra engranada con una velocidad que captura la atención de su interlocutor para no perder detalle de lo que dice.
Quien habla es el autor que presenta en esta edición de la FIL El libro salvaje, con el Fondo de Cultura Económica; Espejo retrovisor con Planeta; así como Días contados, y la mencionada Conferencia sobre la lluvia con la mencionada Almadía. Y qué decir de sus encuentros para hablar de Jorge Ibargüengoitia o recibir el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez.
“Tengo un temor muy grande como autor que es el fantasma de la repetición. Todos hemos visto grandes artistas en cualquier género que, de pronto, sin que dejemos de admirarlos, se están reiterando; hacen lo mismo, pintan el mismo cuadro; componen la misma melodía; escriben la misma novela. Y a mí eso me parece horrible: el infierno de la repetición. Y quizá para ponerme un poco a salvo de esto cambio de géneros, porque si tú escribes un ensayo y luego un cuento para niños, es tal la diferencia de pasar de un género a otro que no puedes seguir trabajando, como decía André Gide, con el impulso adquirido, tienes que tener un nuevo impulso. Obviamente hay vasos comunicantes y constancias en los distintos géneros, pero lo práctico porque son desafíos distintos que me permiten seguir a delante sin repetirme o sin repetirme demasiado”, dice Villoro como para justificar su hiperactividad literaria.
Sin embargo, también procura detenerse un poco y mirarse. Reflexionar sobre lo que hace y analizar esos habituales aburrimientos que lo sorprenden en medio de sus proyectos. Parece que el temor también lo aborda cuando piensa en que puede llegar justo al otro extremo de lo que huye.
“También es un riesgo muy grande, que he padecido, que es que cuando escribes una novela y pasan ocho años para que escribas una segunda novela, nadie te considera novelista, o escribes un libro de cuentos, te tardas en publicar otro y pasa lo mismo… pero como ahorita la vejez se me está acercando pues ya se han ido acumulando los géneros. Entonces ya hay suficientes novelas, o cuentos para niños, libros de cuentos como para que se pueda hacer un balance de un conjunto de obras”, sentencia Juan Villoro a quien, asegura, le viene mejor el sencillo mote de escritor.
SABER MÁS
Síguele la pista
El 6 de diciembre estará presente en el homenaje a Jorge Ibargüengoitia
El 7 de diciembre en El futuro del libro en español ¿Iberoamérica o Latinoamérica? Rumbo a los 80 años del FCE
El 8 de diciembre recibirá el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez
“Sí, ese título está en la UNAM. Pero ya sabes cómo es la UNAM. Allí lo consigues”, le dice a un joven estudiante de letras que le acerca Conferencia sobre la lluvia, un monólogo publicado por Almadía. El estudiante se va satisfecho con su libro autografiado, con el dato de dónde conseguir el que no ha encontrado y, Villoro, atiende a otra persona con quien platica sobre poesía, lo felicita por haber ganado un premio nacional y, entre tanto, deja todo listo para atender a otros medios de comunicación que desean conocer los detalles del autor y su obra, o mejor dicho, sus varias obras. Pues bien, no lo piensa mucho para descifrar por qué se mueve en tantas canchas, de la crónica deportiva a la novela, o del cuento infantil al teatro; todos, al parecer, con buenos resultados en la industria editorial.
“Soy un escritor disperso, tengo muchas curiosidades. Tengo entusiasmos muy rápidos, pero también me aburro rápido. Entonces empiezo a trabajar en un tema, luego paso a otro y, de una manera un poco extraña, incluso para mí mismo, esta dispersión me ha llevado a combinar distintos géneros y a veces se juntan los libros que se publican. Que ha sido un poco el caso de este año en el que se han publicado varias cosas”, lo dice palabra por palabra engranada con una velocidad que captura la atención de su interlocutor para no perder detalle de lo que dice.
Quien habla es el autor que presenta en esta edición de la FIL El libro salvaje, con el Fondo de Cultura Económica; Espejo retrovisor con Planeta; así como Días contados, y la mencionada Conferencia sobre la lluvia con la mencionada Almadía. Y qué decir de sus encuentros para hablar de Jorge Ibargüengoitia o recibir el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez.
“Tengo un temor muy grande como autor que es el fantasma de la repetición. Todos hemos visto grandes artistas en cualquier género que, de pronto, sin que dejemos de admirarlos, se están reiterando; hacen lo mismo, pintan el mismo cuadro; componen la misma melodía; escriben la misma novela. Y a mí eso me parece horrible: el infierno de la repetición. Y quizá para ponerme un poco a salvo de esto cambio de géneros, porque si tú escribes un ensayo y luego un cuento para niños, es tal la diferencia de pasar de un género a otro que no puedes seguir trabajando, como decía André Gide, con el impulso adquirido, tienes que tener un nuevo impulso. Obviamente hay vasos comunicantes y constancias en los distintos géneros, pero lo práctico porque son desafíos distintos que me permiten seguir a delante sin repetirme o sin repetirme demasiado”, dice Villoro como para justificar su hiperactividad literaria.
Sin embargo, también procura detenerse un poco y mirarse. Reflexionar sobre lo que hace y analizar esos habituales aburrimientos que lo sorprenden en medio de sus proyectos. Parece que el temor también lo aborda cuando piensa en que puede llegar justo al otro extremo de lo que huye.
“También es un riesgo muy grande, que he padecido, que es que cuando escribes una novela y pasan ocho años para que escribas una segunda novela, nadie te considera novelista, o escribes un libro de cuentos, te tardas en publicar otro y pasa lo mismo… pero como ahorita la vejez se me está acercando pues ya se han ido acumulando los géneros. Entonces ya hay suficientes novelas, o cuentos para niños, libros de cuentos como para que se pueda hacer un balance de un conjunto de obras”, sentencia Juan Villoro a quien, asegura, le viene mejor el sencillo mote de escritor.
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