Cultura

Juan Villoro confiesa de dónde nació el deseo de '8.8: El miedo en el espejo'

La obra es una crónica sobre el terremoto que vivió en Chile en febrero del año pasado

BARCELONA, ESPAÑA (16/JUL/2011).- El escritor mexicano Juan Villoro reconoce que su nuevo libro "8.8: El miedo en el espejo", una crónica sobre el terremoto que vivió en Chile en febrero del año pasado, nació de un deseo de catarsis personal y como "una reflexión agradecida sobre las lecciones que brinda el espanto".

En una entrevista con Efe, el también periodista explica que a lo largo de sus 54 años ha sufrido varios terremotos, tres de ellos de gran intensidad, pero no fue hasta vivir el de Chile que sintió la necesidad de poner sobre el papel todas sus impresiones.

"Nada más llegar a México, después de una semana esperando salir de Santiago, le dije a un amigo que volvería a escribir cuando me dejaran de temblar las manos. En esos días tampoco podía dormir, porque recordaba constantemente el terremoto. Pensé que la única manera de quitarme eso de encima era escribirlo", precisa.

Publicado en España por Candaya, se trata de una crónica "caprichosa, personal y arbitraria", en la que también hay ensayo y un relato sobre el azar. "Quería que el lector conociera la sensación que sentí en los siete minutos que duró el seísmo, mientras estaba en la séptima planta de un hotel, en un momento fuera del espacio y del tiempo", apostilla.

Juan Villoro, que ya había sentido sobre la piel el devastador terremoto de Ciudad de México en el año 1985, viajó a Chile en febrero de 2010 para participar en un encuentro sobre literatura infantil, que terminó de forma abrupta, junto a varios autores de diferentes países latinoamericanos.

El suceso ocurrió de noche y eso le sirve, asimismo, para considerar que "un cataclismo somete a las personas a sorpresas que suceden en capas".

Por una parte, asevera, se trata de "absorber lo que ocurre en la soledad de una habitación de hotel"; después "uno se muestra sorprendido de estar vivo"; luego se "recupera la sensación de peligro y aparece el miedo, hasta que acabas recuperando el sentido de la realidad".

En su caso, la recuperación del sentido de la realidad se produjo tras bajar siete pisos por las escaleras de su hotel y llegar al vestíbulo, donde se encontró con muchas personas, algunas de ellas conocidas, que habían abandonado sus habitaciones "con una variedad sorprendente de ropas de noche", ofreciendo "una imagen entrañable de cómo la gente se viste cuando nadie la ve".

Aunque es capaz de bromear y asegurar que los mexicanos tienen "un sismógrafo en el alma", luego cree que se comportan "de manera instintiva", como el resto de mortales. "Sabemos que puede ocurrir un terremoto, pero no hay ninguna escuela que enseñe sobre accidentes. Y debería haberla", sostiene.

De su texto, nada victimista ni tremendista, sí subyace, en cambio, la pregunta de "¿hasta dónde decidimos lo que hacemos con nuestras vidas", que, en su opinión, se mueven "entre la determinación y la libertad".

Tampoco obvia cuestiones prácticas como el hecho de que mientras hubo gobiernos que pusieron al servicio de sus ciudadanos vuelos especiales, en el caso de México eso no ocurrió de forma inmediata, con una actuación que califica de "mediocre".

No se salva, igualmente, de las críticas la compañía aérea LAN, que "bajó la persiana y dijo que en diez días no habría nada".

Preguntado sobre si se pueden extraer lecciones de todo lo que vivió, Villoro es escueto: "Queda un día menos para que ocurra en algún lugar del mundo un nuevo terremoto".

Nacido en México D.F en el año 1956, Juan Villoro es autor de varias novelas como "El testigo" (Premio Herralde) y el año pasado por su labor periodística fue distinguido con el Premio Internacional de Periodismo Rey de España.
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