Cultura
José Emilio Pacheco se alista para recibir el Premio Cervantes
Reconoce que es un privilegiado al haber sido uno de los premiados del máximo galardón de las letras españolas
MADRID, ESPAÑA.- José Emilio Pacheco está agotado, pero feliz. Lleva unos días en Madrid concediendo entrevistas, asistiendo a actos y haciendo las últimas correcciones al discurso que pronunciará este viernes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), donde recibirá de manos del rey Juan Carlos el prestigioso premio Cervantes.
Aunque explica que no le gusta que le hagan fotos, que le produce horror hablar en público y que se va a sentir ridículo al vestir un chaqué porque “nunca me he puesto uno”, exclama, también reconoce que es un privilegiado al haber sido uno de los premiados del máximo galardón de las letras españolas.
“Pensaba que esto sólo les pasaba a los actores”, dijo tímido ayer, mientras posaba para una decena de fotógrafos y cámaras de televisión, en el auditorio del Ministerio de Cultura junto a la ministra, Ángeles González Sinde.
“Me siento una estrella de cine, un absoluto privilegiado, esto es sumamente agradable y estoy muy agradecido, pero también nervioso y ansioso por volver a mi rutina, por poder volver a escribir tranquilo, sin interrupciones”, dijo.
Cuando José Emilio Pacheco, de 70 años, comenzó a escribir, no contemplaba el premio Reina Sofía, ni el premio Cervantes, ni publicar en Tusquets. “Nada de eso existía y creo que eso era al final una ventaja, porque actuabas con gran libertad. Yo no tenía ninguna esperanza más que la de escribir”, contó.
Sin embargo, ahora, con la llegada del premio, recordó a Andy Warhol y sus 15 minutos de gloria: “Como él decía, me llegaron mis 15 minutos de fama al cuarto para las 12 de mi vida”.
Recuerda a los amigos
El escritor mexicano dijo que si el premio “lo hubiera recibido con 30 años, podría aprovechar los casi 160 mil dólares del galardón para divertirme, pero a estas alturas no puedes más que guardarlo para tus gastos de clínicas y hospitales”, comentó para recordar a sus dos grandes amigos de toda la vida: Sergio Pitol y Carlos Monsiváis, quienes se encuentran con problemas de salud.
José Emilio Pacheco deseó a ambos escritores una pronta recuperación y sobre el segundo aseguró que sin él “no se entiende la cultura mexicana de los últimos 50 años”.
La poesía en su vida
Pacheco también habló de poesía. Cuando le recordaron la definición que dio de ella Juan Gelman, ganador de la edición pasada, de “un árbol sin hojas que da sombra”, le pareció muy acertada, aunque para él es “un vicio como la cocaína; uno tiene que trabajar para comprarle el tiempo de escribirle”.
Dijo que le divierte escribir poesía, “porque casi siempre sale mal. De repente hay un acierto, que es como un gol, de 50 mil intentos logras uno”, bromeó.
El escritor recordó que cuando era joven y le preguntaban por su profesión, nadie consideraba que ser poeta lo fuera. “Que alguien escriba poesía es un absoluto misterio porque todo está en contra. Cuando uno tiene 14 años tiene tanta vergüenza de escribir, que no se atreve a decírselo a sus compañeros de clase. Luego tampoco puede. No parece serio”, comentó para luego contar una anécdota: “Una vez, al tramitar una identificación, dije que era escritor y la funcionaria me dijo: ‘¡Eso no es profesión!’ y puso: ‘trabaja por su cuenta’”.
La violencia en México
Con corresponsales de medios mexicanos, el poeta habló de su país. Lamentó “la violencia cotidiana que nos invade. Es algo terrible y ante eso sí uno está totalmente desarmado. Qué se puede hacer, ¿escribir un poema sobre los decapitados? ¿Eso en qué va a cambiar la situación? en nada”, opinó.
Pacheco denunció que la violencia ha ocupado oasis como Cuernavaca, “a donde la gente iba a descansar y ahora se ha convertido en una ciudad tan terrible como Juárez. El lema de Cuernavaca era la ciudad de la eterna primavera, ahora será la ciudad de la eterna balacera”, dijo.
Sobre el futuro del país se mostró pesimista. “México va a empeorar. Pero pregunten a los políticos, ellos hicieron este desastre”, comentó.
Aunque explica que no le gusta que le hagan fotos, que le produce horror hablar en público y que se va a sentir ridículo al vestir un chaqué porque “nunca me he puesto uno”, exclama, también reconoce que es un privilegiado al haber sido uno de los premiados del máximo galardón de las letras españolas.
“Pensaba que esto sólo les pasaba a los actores”, dijo tímido ayer, mientras posaba para una decena de fotógrafos y cámaras de televisión, en el auditorio del Ministerio de Cultura junto a la ministra, Ángeles González Sinde.
“Me siento una estrella de cine, un absoluto privilegiado, esto es sumamente agradable y estoy muy agradecido, pero también nervioso y ansioso por volver a mi rutina, por poder volver a escribir tranquilo, sin interrupciones”, dijo.
Cuando José Emilio Pacheco, de 70 años, comenzó a escribir, no contemplaba el premio Reina Sofía, ni el premio Cervantes, ni publicar en Tusquets. “Nada de eso existía y creo que eso era al final una ventaja, porque actuabas con gran libertad. Yo no tenía ninguna esperanza más que la de escribir”, contó.
Sin embargo, ahora, con la llegada del premio, recordó a Andy Warhol y sus 15 minutos de gloria: “Como él decía, me llegaron mis 15 minutos de fama al cuarto para las 12 de mi vida”.
Recuerda a los amigos
El escritor mexicano dijo que si el premio “lo hubiera recibido con 30 años, podría aprovechar los casi 160 mil dólares del galardón para divertirme, pero a estas alturas no puedes más que guardarlo para tus gastos de clínicas y hospitales”, comentó para recordar a sus dos grandes amigos de toda la vida: Sergio Pitol y Carlos Monsiváis, quienes se encuentran con problemas de salud.
José Emilio Pacheco deseó a ambos escritores una pronta recuperación y sobre el segundo aseguró que sin él “no se entiende la cultura mexicana de los últimos 50 años”.
La poesía en su vida
Pacheco también habló de poesía. Cuando le recordaron la definición que dio de ella Juan Gelman, ganador de la edición pasada, de “un árbol sin hojas que da sombra”, le pareció muy acertada, aunque para él es “un vicio como la cocaína; uno tiene que trabajar para comprarle el tiempo de escribirle”.
Dijo que le divierte escribir poesía, “porque casi siempre sale mal. De repente hay un acierto, que es como un gol, de 50 mil intentos logras uno”, bromeó.
El escritor recordó que cuando era joven y le preguntaban por su profesión, nadie consideraba que ser poeta lo fuera. “Que alguien escriba poesía es un absoluto misterio porque todo está en contra. Cuando uno tiene 14 años tiene tanta vergüenza de escribir, que no se atreve a decírselo a sus compañeros de clase. Luego tampoco puede. No parece serio”, comentó para luego contar una anécdota: “Una vez, al tramitar una identificación, dije que era escritor y la funcionaria me dijo: ‘¡Eso no es profesión!’ y puso: ‘trabaja por su cuenta’”.
La violencia en México
Con corresponsales de medios mexicanos, el poeta habló de su país. Lamentó “la violencia cotidiana que nos invade. Es algo terrible y ante eso sí uno está totalmente desarmado. Qué se puede hacer, ¿escribir un poema sobre los decapitados? ¿Eso en qué va a cambiar la situación? en nada”, opinó.
Pacheco denunció que la violencia ha ocupado oasis como Cuernavaca, “a donde la gente iba a descansar y ahora se ha convertido en una ciudad tan terrible como Juárez. El lema de Cuernavaca era la ciudad de la eterna primavera, ahora será la ciudad de la eterna balacera”, dijo.
Sobre el futuro del país se mostró pesimista. “México va a empeorar. Pero pregunten a los políticos, ellos hicieron este desastre”, comentó.