Cultura

José Emilio Pacheco lee sus poemas en el MNA

El escritor señala que la vejez es tan individual como el color de los ojos, por lo que no quiere tener más de 80 libros publicados

CIUDAD DE MÉXICO (21/SEP/2013).- Postrado en una silla de ruedas, con demora de 30 minutos, esta tarde llegó el poeta, narrador y traductor José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939) al Museo de Antropología. Sonriente, se disculpó: "Perdón por mi espectacular entrada; de otra manera no habría podido llegar".

El ensayista, novelista y cuentista mexicano, miembro de la "Generación de los 50", añadió con un dejo de sinceridad: "Parece que ya es hora de la retirada", sin embargo, pronto desmintió esa máxima al señalar, en entrevista, "acepto bien la vejez, en mí y en mis contemporáneos".

Aseguró estar bien, aunque triste. "Me siento triste por la situación tan terrible y nunca antes vista que se vive actualmente en la Ciudad de México, pero si alguien me pregunta cómo me siento, debo decir que bien, porque así me siento", acotó el autor de libros emblemáticos como "Ciudad de la memoria".

Poeta al fin, señaló que "la vejez es tan individual como el color de los ojos. Hay gente que decae totalmente y otros cuya última etapa de la vida es la mejor, como Sófocles, escribió Edipo Rey, a los 90 años. Y hay jóvenes que a los 20 años logran escribir una verdadera obra maestra de la literatura".

En su caso particular, dijo, no quiere tener 80 libros publicados o más "porque eso es una descortesía hacia los demás". Citó a Carlos Monsiváis y Carlos Fuentes como dos autores prolíficos, "más que Alfonso Reyes", y estimó que si alguien se aventurara a hacer una antología de "Monsi", serían 40 tomos.

Explicó que unos médicos le han dicho que ha permanecido sentado muchas horas de su vida. "Eso es lógico, porque he leído y escrito mucho". Pero otros le han dicho que su estado de salud está mal por tanto ejercicio que ha hecho en su vida; "Sí me ejercité, pero lo cierto es que la edad es quien me tiene así".

José Emilio Pacheco asistió esta tarde al Museo de Antropología para leer en voz alta algunos de los poemas incluidos en su más reciente libro, "Como la lluvia", del cual nunca antes había leído públicamente nada. "El poeta tiene al mundo a su disposición para hacer poemas", advirtió, y enseguida leyó y leyó.

Entre otros y ante un escaso público, recitó los poemas cortos ""El péndulo", "Salamanca", "Mañana", "Naturaleza muerta", "Pan", "Amor en japonés", "Tezontle", "Fracaso", "Morge", "Nubes" y "Papeles", que es una suerte de autocrítica a sus presentaciones públicas para leer textos de su propia autoría.

También alzó la voz para leer "Anden", poema que nació de su dolor al ver que en México ya no hay más ferrocarriles más que de carga, y "El comienzo o el fin", sobre lo que todos llevamos en la memoria genética. Hubo más versos y charla con el público. Al final, como rejuvenecido, José Emilio Pacheco partió.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando