Cultura
Jorge Wilmot, artesano de pura cepa
El Museo de Arte Popular de la Ciudad de México rinde homenaje al reconocido ceramista asentado en Tonalá
Wilmot es uno de los artesanos más destacados de México. Es reconocido porque revolucionó desde hace más de 50 años la alfarería y el diseño de la cerámica de alta temperatura, además de que siempre se distinguió por ser un curioso investigador de las técnicas, las cuales después compartió con las comunidades de alfareros de Jalisco, principalmente de Tonalá, lugar en el que hasta la fecha sobrevive su escuela en diversos talleres.
El maestro ceramista Alberto Díaz de Cossío, amigo de Wilmot, lo describe como un creador tremendo y compañero muy generoso con la comunidad de alfareros. "Todos los ceramistas tenemos rachas buenas y malas. Jorge sí hizo mucho dinero, pero se lo gastó ayudando a los demás y luego con la casa-museo que creó en Tonalá y después cedió al municipio, y que ahora está casi abandonada".
Díaz de Cossío asegura que se debe tomar en cuenta que Jorge Wilmot llegó a revolucionar la cerámica de Tonalá, lugar que era considerado como "el ombligo del mundo" en esa disciplina durante el siglo XIX. Wilmot consiguió tal calidad y finura en sus diseños, que nadie ha logrado igualar su impresionante técnica.
Antecedentes
Jorge Wilmot trabajó en Monterrey, Nuevo León, en la industria cerámica, donde generó muchas propuestas y cambios a nivel industrial y comercial, "pero una vez que sus fórmulas estaban bien establecidas, lo hicieron a un lado y las empresas utilizaron sus técnicas", señala
Walther Boelsterly, director general del MAP.
Fue entonces cuando decidió trasladarse a Jalisco e instalarse en Tonalá. "Ahí comenzó a hacer mucha investigación sobre la cultura de occidente y, como siempre, compartió sus conocimientos con el resto de la gente. Eso llevó a que la industria alfarera y ceramista de Tonalá cambiara las técnicas, los diseños y los decorados de la alfarería, y empezó a generar un nuevo tipo de objetos, de fauna, de decoraciones de flora y fauna en las piezas. Por otro lado, propició que todo el mundo llegara a trabajar a su casa, porque tenía muchos hornos trabajando al mismo tiempo, los que ponía a disposición, al igual que el gas, sus engobes, sus conocimientos, sus técnicas y sus barros. Pero una vez que dominaron la técnica que él enseñó, otra vez lo hicieron a un lado", recuerda
Boelsterly.
Cuenta Alberto Díaz de Cossío que Wilmot se quejaba de que los artesanos populares querían agregarle detalles barrocos a las piezas que fabricaban. Él estaba por la austeridad y la pureza de formas, al estilo oriental.
No se consideraba a sí mismo como un innovador, más bien estaba interesado en unirse a la colectividad, apegado a los valores tradicionales. Nunca le interesó hacer cerámica de autor, creía que mientras más original fuera el lenguaje, poco comprensible sería el resultado de la obra.
Según el experto en arte Gutierre Aceves Piña, coordinador de la Casa ITESO Clavigero de Guadalajara, artistas que colaboraron con Jorge Wilmot, una vez que salieron de su taller, comenzaron a tomar su forma de trabajo, haciéndolo mucho más extenso y común. "Esto, aunado a que la personalidad de Jorge lo llevó a regalar sus moldes, permitió ver su labor por todo Tonalá".
Boelsterly resalta la importancia de reconocer el papel de
Wilmot como uno de los fundadores del Bazar del Sábado de la Ciudad de México, junto con Manuel Felguérez y otros artistas. Este espacio ofrece la venta de artículos decorativos de alta calidad elaborados en distintas regiones del país.
"Ya era hora de hacerle un gran homenaje a este maestro ceramista. Se le dio el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1995, pero por una situación fuera de control de todo el mundo, Jorge no tiene prácticamente de qué vivir, lo hace muy austeramente, y por lo menos en términos morales tendríamos que darle el apoyo para poder reconocerle todo lo que hizo por México, por la alfarería, por la cerámica", expresa Boelsterly.
Agrega que "hay muchos artistas que le deben mucho, pero no en términos de estilística, sino que simplemente él fue el que abrió las puertas de la cerámica de alta temperatura en México, junto con muchos otros, pero él es el gran investigador de la cerámica de alta temperatura, por lo tanto, artistas como Francisco Toledo, Juan Manuel de la Rosa, Graciela Díaz de León, Martín Coronel y otros que han trabajado ese tipo de cerámica, sí se deben a la técnica de Jorge Wilmot".
Exposición
Artes y oficios en la obra de Jorge Wilmot se ha reunido cerca de 400 piezas provenientes de colecciones particulares y de museos como el de la Cerámica de Tonalá y el Regional de Guadalajara. Entre las piezas, según el director del MAP, hay una que será una sorpresa incluso para el autor: una obra que hizo cuando tenía apenas ocho años de edad.
"Nos
interesa que el MAP sea el espacio donde se pueda dar a conocer todo lo que hizo en vidrio, pintura, joyería, cerámica de diferentes técnicas y que volvamos a reconocer que todo lo que se ha dado en este rubro es en gran medida por la gran mente, talento y generosidad de Jorge Wilmot", apunta Walther Boelsterly.
La exposición Artes y oficios en la obra de Jorge Wilmot permanecerá abierta al público hasta el 15 de noviembre de 2009 en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México.
Biografía
Jorge Wilmot nació en Monterrey en 1928 y en 1958 fundó su taller y una escuela de cerámica en Tonalá. Realizó estudios de cerámica en la Academia de San Juan y en el Instituto Franco-Italiano de París (1953) y trabajó en Suecia con el ceramista Limberg Koge Londgren, en tanto que en Basilea, Suiza, cursó estudios en la Escuela de Oficios (1953-1957).
Ha expuesto individual y colectivamente desde 1972 en México, Francia y Canadá, y entre los reconocimientos a su obra destacan el Galardón Presidencial del IV Premio Nacional de la Cerámica de Tlaquepaque (1982) y el Premio Nacional de Ciencias y Artes, categoría Artes y Tradiciones Populares (1995).
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