Cultura

John Connolly o el arte refractario de narrar

El escritor escandinavo encuentra puntos culturales de contacto que explican su éxito en países hispanos

GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2014).- Aunque dublinés, las novelas de John Connolly se desarrollan en los Estados Unidos, el entorno donde su personaje más conocido —el detective privado Charlie Parker— se desenvuelve y en el que, en su más reciente entrega, “La ira de los ángeles” (Tusquets Editores, 2014)” —que se presenta hoy en la FIL—, busca desentrañar un misterio añejo que involucra la desaparición de un avión, más de un asesino singular y un misterio “sobrenatural” que parece desafiar toda lógica.

Alguna vez visitó Tijuana, confiesa, pero sólo por unas horas; en esta ocasión —su primera estancia prolongada en el país— no desconoce que su obra se vende bastante bien en México (y España), lo que atribuye a “varios puntos culturales de contacto que tenemos; primero, somos naciones católicas y compartimos una fascinación por las historias mitológicas de lo sobrenatural. Eso está en mi trabajo y, por ejemplo, es algo que no se presenta en los autores escandinavos”.

Connolly piensa que los libros de autores de los países del Norte europeo —sin importar si son “daneses, fineses o suecos”— se parecen demasiado, “quizá por eso gustan mis historias, porque compartimos una tradición de lo irracional; finalmente, el mundo es más complejo e inefable de lo que la razón puede explicar.

Esta forma de ‘tolerancia’, creo, se prueba en el hecho de que no vendo tan bien en Alemania, por poner un caso”.

En la larga y nutrida tradición de autores policiales, Connolly es alguien que toma su tiempo para detenerse en el desarrollo y la complejidad psicológica de sus personajes; comenta que “hay una tradición norteamericana y una europea; esta última ha tomado elementos de la primera y pueden percibirse influencias de Chandler, Himes o Ross McDonald en algunas novelas, pero no pasa mucho en sentido contrario, la sensibilidad de Europa no permea mucho en los estadounidenses”.

Con una formación periodística, el dublinés encara su trabajo con una buena dosis de investigación sobre lo que necesita para “crear” un personaje; asegura que el periodismo “se basa en el interés por las personas; por eso me gusta sentarme y dialogar con la gente, aprender, de hecho, les robo, así de simple. Al final, todos queremos una oportunidad para contar nuestra historia”.

Con todo, en este proceso “las razones pueden ser siempre distintas; el motivo por el que escribo un libro difiere de los que tiene una persona para leerlo; claro, hay una zona donde las motivaciones coinciden. No sé con exactitud cuál es, pero está ahí. Hay quien lee novelas de misterio porque encuentra respuestas en ellas que la vida real no le da; no es la razón por la que me agradan a mí, pero si de mis historias elimino esos elementos de identificación quizá nadie las compraría”.

FRASE

"El motivo por el que escribo un libro difiere de los que tiene una persona para leerlo; claro, hay una zona donde las motivaciones coinciden. No sé con exactitud cuál es, pero está ahí”.

John Connolly.
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