Cultura
Jessie Evans enciende con su sabor latino el Foro Expo
Jessie repartió su candela por el escenario con una apariencia que se encuentra en el límite de lo exótico y lo folclórico
Con una apariencia que se encuentra en el límite de lo exótico y lo folclórico, la californiana avecindada en Berlín saltó al escenario poco después de las 21:15 horas, derrochando energía con un traje que mezclaba su gusto por la cultura mexicana con el cuero.
"Hola Guadalajara, es un placer estar de vuelta", saludó Jessie, mezclando siempre el español con el inglés, y recibiendo como respuesta inmediata el alarido del público.
¡Ardiente!
Si la voz y el aspecto de Evans ya bastaban para llamar la atención de los presentes, no se quedó atrás su habilidad para bailar.
Como si se tratara de un trompo, recorrió el largo del escenario ubicado afuera de la Expo Guadalajara con pasos de baile donde lo mismo mezcló los saltos, los aplausos y los contoneos, que fueron celebrados con más de un piropo desde las gradas, que poco a poco fueron entrando en calor gracias a la propuesta sonora de la cantante.
Salpicado de sonidos latinos, como lo había prometido desde días antes, Evans ofreció un recital muy a su desparpajado estilo. Arrojó juguetonamente agua a los que estaban en las primeras filas, se bajó a bailar entre los presentes, modificó (y se quitó) parte de su vestuario, lució las frutas con las que adornó su peinado. Y claro, también ofreció su repertorio sonoro, compuesto principalmente por temas de su álbum debut, It is Fire?, donde además de cantar demostró su pericia con el saxofón.
Acompañada en el escenario por Toby Dammit y apoyada casi siempre por la batería del músico y nada más, Jessie repartió su candela por el escenario, ya fuera repartiendo besos entre el público o moviendo sugerentemente su plumero. La escenografía, compuesta únicamente por tres enormes discos dorados y un sobrio juego de luces hizo que la figura de la cantante fuera en todo momento el centro de atención, dejándose querer por un público que tuvo en la bolsa desde la primera hasta la última canción.
EL INFORMADOR/FRANCISCO GONZÁLEZ
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