Cultura
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Libres y nuevas voces
Gracias al trabajo de profesores universitarios los nuevos escritores salen a la luz impresa, a partir de los concursos que la propia Universidad de Guadalajara celebra. Uno de ellos, quizá el más socorrido en los últimos tres lustros es Creadores literarios, de donde han salido importantes facturas literarias.
Esas voces nuevas sí deberían estar aquí. Porque la poesía es lo más cercano a la juventud. Y su mejor hechura viene de la epidermis de los jóvenes. La juventud como el poema es una fuente de vida que sale a borbotones de la boca del tiempo, ese monstruo que sólo a la juventud se le arrodilla.
Por eso, escribir y ser joven es un doble desafío que sólo los valientes asumen. Ser joven, escribir y ser valientes, ¿qué otra forma tiene la libertad?
Hoy en día los jóvenes huyen de la libertad. Renuncian a la libertad de pensamiento para asumir los dictados de las verdades mayoritarias, confundiendo lo real con lo mucho. Pareciera que se desprecia la libertad de elección prefiriendo imitar, hacer lo que otros, ser víctimas de la inercia.
Celebro dentro y fuera de la FIL, que haya preparatorianos que escriban y se les reconozca con una primera publicación, para que sea pisible conocer versos como los de Boris cuando interroga a la libertad de las ideas: “Intento aprender como camina mi corazón/intento/paso a paso/tu silencio/me persigue. Escapo/busco algo que no sé/analizo/ y me enfado otra vez/deslizándome entre los párrafos/ te busco…/y solo eres mi sombra”.
El ritmo del verso de Ufo, quien toma la libertad del cuerpo y su mundo imaginario: “Estaré en el pupitre de la boca incesante/majestuosidad inmensa si beso la carne/pureza de nube, mismo blancor/tocando el vértice ondulante de tu cuerpo”.
Zohmvras se cuestiona: “Pero por qué a la Luna ya no le llegan mis mails?/por qué el fantasma de tu párpado ya no llora a los abismos?”
Y nos llega, radiante, la libertad plástica del paisaje artificial con Jack Mandarino: “En un cielo lleno de aviones de papel/ hechos de infancia, enviados al capricho del viento/ los susurros del sol amaneciente,/pintan mi camino en la tarde/ para verte a las 5.”
Flor de luna sentencia una libertad identitaria con sus palabras que dicen: “Yo soy aquel color escarlata,/ ese que saca un hilo rojo de sus entrañas/ atada la congoja, arrastrándola/ hasta el fondo de sí”.
La libertad puesta siempre a contraluz por estos cinco jóvenes poetas, es toda, sin restricción alguna, para los lectores, siempre con la necesidad primigenia de ser libres.
Enhorabuena, voces nuevas de la poesía de Jalisco.
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