Cultura

Irán saca a la luz cuadros de Picasso, Miró y Monet

La exhibición ''Obr'' recupera un centenar de obras menores de la pintura de los siglos XIX y XX

TEHERÁN, IRÁN (21/JUN/2010).- Empujados al olvido, privados de la luz que los concibió, Picasso, Miró, Monet o Modigliani jamás intuyeron que un arrebato fanático condenaría a la oscuridad a algunos de sus lienzos.

Fue en un frío invierno de 1979, en pleno fervor revolucionario, cuando un grupo de voluntarios islámicos asaltó el museo de Arte Contemporáneo de Teherán, cuya colección está considerada como la mejor existente lejos de las fronteras de Estados Unidos y Europa.

Presos de la vorágine islamista, protestaban por la exhibición de cuadros inmorales como el desnudo "Woman III", de Willem de Kooning, que en su percepción atentaban contra la moral musulmana y representaban la perniciosa "occidentalización" que promovía la depuesta dinastía Pahlevi.

Preocupados, los empleados de la gran pinacoteca decidieron descolgar los cuadros y ponerlos a salvo en los sótanos, apenas dos años después de que la colección fuera inaugurada.

Tres décadas después, una mínima parte de los Picasso, Chagall, Van Gogh, Pisarro, Warhol o Diego Rivera coleccionados por Farah Diba, esposa del último Sha de Persia, han sido liberados de aquella fría caja de seguridad transformada con el tiempo en mazmorra.

Bajo el título "Obr", la exhibición recupera un centenar de obras menores de la pintura de los siglos XIX y XX, que la última reina de Irán compró con el objetivo de promover el arte en el país.

Algunas de las obras ya recuperaron la luz el pasado año, en una primera exposición titulada "Obras Maestras de los Grandes Artistas del Mundo".

El objetivo este año es algo más ambicioso."La intención es que se convierta en una exposición permanente", explica Payam Parishanzadeh, representante del departamento Internacional del museo.

"El problema radica en la dificultad de mantener en buen estado obras tan importantes", explica.
Farah Diba era una amante del arte. Pintores, escultores, artistas en general recuerdan como prósperos los tiempos de la emperatriz persa.

Su ambición pictórica le llevó a recorrer Europa y Estados Unidos en busca de obras de los mejores artistas de los siglos XIX y XX.

Dos años antes de que estallara la revolución, logró uno de su sueños: inaugurar el Museo de Arte Contemporáneo de Irán.

Un edificio ubicado en uno de los parques más bellos del centro de la ciudad, construido por el arquitecto iraní Kamran Diba con elementos de la arquitectura tradicional persa y que recuerda de forma vaga al Museo Guggenheim de Nueva York.

Por segundo año consecutivo, recupera el uso para el que fue concebido.Enroscada en su espiral concepción interior, la muestra presenta un amplio recorrido por la pintura moderna, desde el impresionismo de Pisarro al cubismo de Picasso, el arte abstracto de Kandinsky, el modernismo de Chagall, el surrealismo de Miró o el arte pop de Warhol.

En esta nueva edición ha salido a la luz obras como "Suicide (Purple Jumping Man)", de Warhol, "Tensions Claires", de Wasily Kandinsky, o "Oiseaux de Grottes", de Joan Miró.

También ha vuelto a las oscuras salas del museo "Siena, Orange, and Black on Dark Brown", de Mark Rothko, junto al arte pop de artistas Robert Cottingham.

Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Pisarro o Monet dan la bienvenida a una exposición que deja con un amargo sabor de boca.

Ante la vista de los lienzos, el visitante siente nostalgia de aquello que según los expertos, aún permanece oculto en la que se considera la mayor y más importante pinacoteca de Oriente Medio.

Un sótano de sospechas en el que según registros no oficiales, podrían penar tesoros como el mejor cuadro de Jackson Pollock conservado fuera de Estados Unidos.

Tímida bajo su velo azul, Farzaneh, una joven estudiante de arte de 28 años, lanza un suspiro de esperanza: "solo nos falta esperar a que las sombras algún día se disipen".
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