Cultura
Inicia festival de la dramaturgia en LARVA
Con la lectura Cuentos Para Dormir Infantas, de LEGOM, dio inicio la 10ª Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea
La Décima Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea arrancó este lunes por la noche. La actividad creada por el actor y director Boris Schoemann hace diez años, se realiza por primera vez en Guadalajara, después de siete años consecutivos de celebrarse en la Ciudad de México y dos en Monterrey.
Más de cien personas ingresaron de manera gratuita al Foro Larva para escuchar la lectura “Cuentos para dormir infantas (O la verdadera historia de la prima hermafrodita)”, una obra inédita del dramaturgo jalisciense Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio.
“Mi autor preferido”, confesó Schoemann en el acto de inauguración acerca de LEGOM –como es más conocido—“porque ha participado en este crecimiento de la dramaturgia mexicana contemporánea, que es una de las mejores del mundo”, afirmó el también traductor francés radicado en el país desde 1989.
A pesar de que en numerosas ocasiones LEGOM ha afirmado que odia el teatro y que no le gusta ver sus obras en escena, el autor radicado en Xalapa estuvo ahí para presenciar la manera en que Manuel Parra dirigió la lectura-espectáculo basada en su texto.
Su distintivo tono irónico, irreverencia y lenguaje “poético altisonante” –como lo llamó Schoemann— se manifestaron a través de las líneas leídas y semi-actuadas por los intérpretes Alejandro León y Alcides Zepeda. “Si hay conciencias frágiles, mejor sálganse de una vez”, advirtió el director francés.
Después de las palabras de Schoemann, de Verónica López –directora de Larva— y Mario Cantú –dramaturgo regiomontano—, se bajaron las luces y aparecieron dos hombres al fondo del enorme Foro Larva. Lenta y sigilosamente, se fueron acercando al escenario elevado en el que esperaban dos sillas vacías.
Tan sólo las miradas y gestos de extrañeza de estos personajes –uno greñudo, otro con una larga barba, ambos vestidos con traje casual— empezaron a provocar las risas del público, que se acentuaron una vez que inició el diálogo.
“Había un hombre enamorado de su prima hermafrodita”, dice uno de ellos sobre la historia que se dispone a contar; “era joven y lo había perdido todo”. El otro lo escucha con interés y recuerda después la historia de su abuela, quien tenía por encomienda tener sexo con todos los presos del pueblo que obtenían su libertad.
La conversación, discusión, disertación, el intercambio de recuerdos y –en ocasiones—el debate filosófico entre los dos hombres, continuó durante cerca de una hora y media. Las grotescas historias de pueblo y de familia, se acaban entrecruzando y apelan cada vez más a un diálogo del absurdo.
Los temas recurrentes de sexo explícito, sodomía, prostitución, infidelidad, apocalipsis, Dios, abuso infantil, fermentación, y claro, la prima hermafrodita –tratados con un humor ácido y frívolo— lograron provocar las carcajadas de los asistentes.
LEGOM por él mismo
“Mi nombre no es LEGOM es Luis Enrique Gutiérrez y soy un imbécil. No estudié con Harold Pinter no con Carmen Salinas, no me han publicado en checo ni en esloveno; todos los premios que he ganado llevan el nombre de perfectos desconocidos y, para acabarla de joder, paso de ocho a doce horas por semana pegado a un riñón de polisulfona. Tengo escritas más de cuarenta obras de teatro. Estas no se ocupan con prodigiosa certeza de los grandes problemas del hombre moderno, el mexicano y esas pendejadas. Además, yo sólo quería ser novelista. Será por todo eso que odio el teatro y odio a las enfermeras. Me quedan menos de dos años en el SNCA y después no sé de qué voy a comer”.
EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL
Síguenos en