Cultura
Ibargüengoitia sigue ''vivito y coleando''
Destacados escritores recuerdan con humor el legado del periodista y coinciden que el país no ha cambiado
El país que él retrató se ha seguido descomponiendo y ahora, incluso, se ven personajes públicos, pícaros, que pudieron haber salido de sus novelas, expresó el escritor Juan Villoro en el homenaje realizado en la FIL, con la reedición de su obra que presenta la editorial Planeta. Por mencionar un ejemplo: el ex presidente Vicente Fox, que cuando no menciona que las mujeres parecen lavadoras de dos patas, le hace la atenta invitación a Fidel Casto "comes y te vas".
"La gente le decía: 'Qué divertido eres' y él sentía que secretamente le estaban reclamando: 'Lástima que no seas más serio'. En la cultura mexicana se asocia la grandeza artística con la desgarradura, con el dolor, con el sufrimiento. Lo que nos enseñó Ibargüengoitia es que también el sentido del humor es un atributo de inteligencia", relató Villoro.
Él fue el primero en proponer que un mexicano puede ser el más refinado, pero apenas se junte con un compatriota puede ser un "imbécil". Su mirada está atenta a las ridiculeces y mezquindades que le rodean, comentó el escritor Antonio Ortuño.
"Abro al azar cualquiera de las novelas o artículos de Ibargüengoitia y al leer encuentro esa particular forma de consuelo que es confirmar que en México, desde los tiempos de Moctezuma Xocoyotzin, nos están viendo la cara".
Ibargüengoitia encontró el humor para enfrentar la fatalidad que no puede cambiar: el sistema político y social de México, señaló el periodista Jorge Zepeda Patterson. Para que no pasara desapercibida la clase política o la mezquindad del prójimo, el escritor guanajuatense le encontró al humor el uso terapéutico. Esa capacidad de reírse de sí mismo implica inteligencia y talento en la autoconcepción.
Pero la intención de Ibargüengoitia nunca fue hacer chistes, recordó el escritor Pedro Ángel Palou, si sus obras causan gracia fue por el punto de vista desde el que se contaron. Y si todavía los mexicanos se siguen riendo es porque no ha cambiado su país. Se tomó una licencia que nadie que no sea Ibargüengoitia habría podido: contó un chiste de Pepito completo en "La Ley de Herodes", cuenta Palou.
Benito Taibo le leyó una carta póstuma al escritor: le platicó cómo los jóvenes se quedan serios al leer las absurdas cotidianidades que sucedían hace 30 años, y lo peor, que continúan. "Te extrañamos mucho, por lo demás, en México nada ha cambiado".
EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA
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