Cultura
Huberto Batis y las letras, un romance que dura ya 50 años
El ensayista, crítico literario y editor tapatío recibe la Medalla de Oro de Bellas Artes en su septuagésimo quinto aniversario
En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes de la capital del país, Batis, sin duda también uno de los más señeros lectores permanentes de la cultura occidental a la vez que un preciso y ameno comunicador de las más importantes manifestaciones humanistas, será condecorado con uno de los máximos reconocimientos culturales del país. En ese insigne escenario, alrededor del mediodía, recibirá la Medalla de Oro de Bellas Artes por sus grandes aportes a la cultura nacional, en una ceremonia que contará con la participación de Julio Aguilar, Eko, Guillermo Fadanelli, Alejandro González Acosta y Pura López Colomé.
Con esta condecoración, el Conaculta y el INBA reconocen a Huberto Batis su labor como “uno de los promotores literarios más importantes de México” y un autor “cuya obra de investigación y crítica ha contribuido al enriquecimiento de las letras mexicanas”. Basta mencionar su participación en la fundación de la emblemática publicación Cuadernos del Viento, sus colaboraciones en la Revista de Bellas Artes y en Siempre, en el periódico Unomásuno y en su suplemento literario Sábado, así como su incansable labor como editor, investigador en prestigiosas instituciones como El Colegio de México y catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde da clases desde hace 45 años. Entre los libros que ha publicado figuran Análisis, interpretación y crítica de la literatura y Reseñas al vapor de poesía mexicana 1960-1980.
Batis, quien nació en Guadalajara el 29 de diciembre de 1934, cuenta haciendo gala de su gran sentido del humor que los orígenes de su vocación literaria se fueron incubando “desde la cuna”, ya que ésta se encontraba junto a la biblioteca de su padre. “Nací entre libros”, afirma.
Entre sus recuerdos rescata el de un día cuando tenía siete años y abrió un libro: “Era la Divina Comedia de Dante, con grabados de Doré, y tuve que aprender a leer para saber qué decía, sólo que después supe que estaba escrito en toscano. Luego aprendí que cualquier cosa que se lee en español u otro idioma, la primera línea no la entiendes, la segunda la entiendes menos, la tercera te explica la primera línea y la cuarta la segunda, la línea tres mil 28 te explica la página siete y así. La literatura es como un círculo o una pintura a la que primero ves de golpe y después tienes que descubrir los detalles”.
Batis dice sentirse “muy alegre” con la obtención de la Medalla de Oro de Bellas Artes, a pesar de la difícil etapa que atraviesa en estos momentos de lucha contra el cáncer. “Es un reconocimiento a un trabajo de 50 años y lo recibo representando a una generación que ha desaparecido. Confieso que no lo esperaba, porque generalmente lo que está triunfando es otro tipo de intereses. Así que para mí fue realmente una sorpresa que me da mucho gusto, pero al mismo tiempo una pena, porque no están vivos los que me acompañaron para hacer lo que hice”.
- ¿Le entusiasma que llegue en este momento la medalla?
- Me da ánimos, porque estoy enfermo y estoy tomando un receso. Todos mis amigos estuvieron enfermos menos yo. Decían que no estaba enfermo pero sí loco. Ahora me tocó a mí enfermarme. Ahora me siento contento por el reconocimiento y quiero compartirlo con mis alumnos y con mis amigos.
- En este andar por las letras durante 50 años, ¿hay algún recuerdo negativo?
- Es muy doloroso tener hijos (refiriéndose a sus pupilos) y verlos partir. Duele ver cómo de una revista de jóvenes se iban a una mayor. Recuerdo que Octavio Paz se dedicaba a robarme a mis escritores jóvenes destacados; se los llevaba a la revista Vuelta y les pagaba muy bien.
- ¿Cambiaría algo de este medio siglo de vida dedicado al mundo literario?
- Creo que me hubiera gustado dedicarle más tiempo a escribir yo mismo, porque al final eso es lo que yo quería hacer, pero como faltaban editores, me tuve que ganar la vida corrigiendo pruebas en las imprentas y luego haciendo revistas y suplementos, sin tiempo para publicar yo. En la cabeza traigo muchas novelas y cuentos que nunca escribiré.
- ¿Sobre qué le hubiera gustado escribir más?
- Me hubiera gustado escribir de mi imaginación y de mis vivencias, que eran distintas de las demás.
- Pero todavía puede hacerlo.
- Es posible, si Dios me da vida.
- Su trabajo en el interior de las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras es, sin duda, uno de sus grandes motores. ¿Cuál cree que ha sido la mejor enseñanza que le ha dado a sus alumnos?
- Que sean libres y que no se dejen someter por los caciques culturales que están por todas partes. He procurado que convivan todos, elitistas y populacheros, en el mundo de las letras. Me deja gran satisfacción el ser docente, porque muchos alumnos ha destacado en distintos rubros.
“La literatura es como un círculo o una pintura a la que primero ves de golpe y después tienes que descubrir los detalles”
Huberto Batis, ensayista, crítico literario, editor y catedrático.
En síntesis
QUÉ. Entrega de la Medalla de Oro de Bellas Artes
QUIÉN. Huberto Batis
CUÁNDO. Domingo 6 de diciembre de 2009, 12:00 horas
DÓNDE. Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
Semblanza
Maestro en Lengua y Literatura Española por la UNAM, Huberto Batis se mudó a la Ciudad de México animado por Agustín Yáñez, donde trabó amistad con Carlos Valdés, José de la Colina y Juan García Ponce, con quienes después formaría la llamada Generación del 32.
Fundó junto con Carlos Valdés la revista Cuadernos del Viento (1960-1967). En la UNAM, fue director del Centro de Estudios Literarios, titular de la Imprenta Universitaria y miembro de la redacción de la Revista de la Universidad. Batis impulsó el periodismo cultural también desde las trincheras de la Revista de Bellas Artes, que dirigió en 1965 y 1971. Fue jefe de redacción del suplemento La cultura en México, poco tiempo después de haber sido jefe de redacción de El Heraldo Cultural, al lado de Luis Spota. Desde 1977 hasta enero de 2000 fue jefe de redacción y director del suplemento Sábado del diario Unomásuno.
En 1999 obtuvo el Premio Jalisco en el apartado de Letras y en el año 2001 recibió el Homenaje de Periodismo Cultural Fernando Benítez de la FIL.
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