Cultura

Hockney moderniza los cuentos de los hermanos Grimm

La muestra coincide con el 200 aniversario de la primera edición de los cuentos de los hermanos Grimm

MADRID, ESPAÑA (29/ENE/2013).- David Hockney, el polifacético artista inglés afincado en Los Ángeles (California), es un "enamorado de los cuentos", lo que le llevó en 1969 a pasar los cuentos clásicos de los hermanos Grimm por el tamiz de la modernidad que imprime toda su obra.

La Fundación Canal expone en Madrid desde el 30 de enero hasta el 14 de abril la serie de 39 grabados creados por Hockney (Bradford, 1937) basados en seis cuentos de los menos conocidos de los hermanos Grimm: "El enano saltarín", "Verdezuela" (Rapunzel), "El viejo Rinkrank", "Piñoncito", "La liebre de mar" y "Juan sin miedo".

Coincidiendo con el 200 aniversario de la primera edición de los cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm, los grabados del artista inglés aportan un punto de vista "original" y "grandes dosis de humor" sobre la obra de los dos hermanos alemanes, según ha puesto de manifiesto hoy el crítico de arte Francisco Carpio, encargado de presentar a los periodistas la exposición.

Para Carpio, la exposición muestra la faceta menos conocida de "uno de los artistas más importantes del siglo XX", la de ilustrador-grabador, y da muestra de su dominio "de todas las artes plásticas".

David Hockney empleó un año entero en realizar estos grabados, para los que buscó los cuentos menos famosos de los hermanos Grimm y, sobre todo, aquellos que le divirtieran o que supusieran "un reto plástico" para él, prescindiendo en algunos de ellos de elementos significativos o bien aportando otros que él consideraba oportuno "sin variar por ello el significado de los relatos", según Carpio.

Además, según el crítico de arte, las ilustraciones revelan el "profundo conocimiento" de Hockney de la tradición pictórica clásica, en las que no faltan alusiones a grandes artistas como Leonardo Da Vinci, Uccello, Carpaccio o Goya, utilizando técnicas similares a las de éstos.

Así, el artista inglés combina a lo largo de estos 39 grabados tres técnicas distintas, como son el aguafuerte, aguatinta y punta seca, en función de su intención por aportar un toque dramático, divertido o de efectos asombrosos a las ilustraciones.

El sorprendente diseño expositivo de Enrique Bonet introduce al visitante de la muestra en un cuento, como si estuviera pasando páginas de alguno de los famosos cuentos de los Grimm, gracias a la decoración de la sala y a los colores y luces utilizados para recrear el mágico mundo de los cuentos.

Un homenaje a Catherina Dorothea Viehmann -la anciana alemana que relató a los Grimm la mayoría de los cuentos que ellos luego recopilaron- abre la muestra, una mujer "a la que ni siquiera Jacob y Wilhelm homenajearon" y a quien Hockney reconoció el mérito de transmitir para las generaciones venideras esas historias populares.

"El chico escondido en un pez" (de "La liebre de mar"); "La cocinera" (de "Piñoncito"), en la que Hockney se inspira en las cabezas grotescas de Da Vinci; o "Rapunzel creciendo en su jardín", con influencias de Brueghel, son algunos de los grabados que se pueden ver en la Fundación Canal.

Los grabados, alejados de las coloristas y características pinturas del artista inglés, esconden, según Carpio, "constantes guiños" y referencias a la historia del arte, pero también a la literatura e incluso al cine, y en los mismos su creador se toma "constantes licencias" para adaptar el dibujo a lo que quiere ilustrar.

Las emblemáticas torres que aparecen en muchos cuentos clásicos están en seis de los 39 grabados de Hockney, experimentando distintos estilos con las mismas, especialmente en el cuento de Rapunzel, que acapara cuatro de ellas.

"Juan sin miedo" monopoliza, por ser la historia más larga, una sala para todas sus ilustraciones, rodeadas de la atmósfera "inquietante y de misterio" que envuelve el cuento ayudándose del color rojo.

En toda la serie de "Juan sin miedo" destaca la inspiración que el artista encuentra en Magritte y Carpaccio, con una mezcla de realidad y fantasía, como en la ilustración de "El sacristán disfrazado de fantasma".

"Esos grabados acabaron convirtiéndose en algunas de mis piezas más famosas", escribió Hockney sobre su trabajo inspirado en los cuentos de los hermanos Grimm, y recordaba el tiempo empleado en los mismos al señalar: "Si trabajas en una pintura durante un año, la consideras una pieza importante".
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