Cultura
Hablar solos
Andrés Neuman llegó a la escena literaria con un estrepitoso resuello. En él se combinan España y Argentina. Está en la FIL con dos novelas y varias actividades
—¿Cómo ha logrado ser la persona que es hoy?
—Creo que las personas no logran ser lo que son, sino que van teniendo una serie de accidentes, tropiezos, desgracias, algunas buenas suertes también; pero no creo que uno sea aquél que se puso como objetivo ser. La personalidad positiva tiene que ver con aceptar que uno es como puede.
—¿Cómo fue tu encuentro con la literatura?
—Primero tuvo que ver con la palabra oral, de hecho, de algún modo la novela Hablar solos, tiene que ver con la voz del personaje, y tengo la impresión de que esto proviene desde el principio. Me eduqué escuchando cuentos, leía el texto pero al mismo tiempo lo escuchaba en un vinil, desde ahí me quedó la sensación de que la palabra entra por el oído también, y que la literatura tiene que ver con la música y con una especie de susurro que nos dicen al oído.
—En Hablar solos, la voz femenina tiene demasiado peso ¿cómo consigue apropiarse de esa voz?
—Era algo que me preocupaba y me interesaba mucho, creo que los hombres tenemos una dificultad narrativa para ponernos en el lugar de una mujer, y esto se explica por razones culturales evidentes. Una mujer nace en un mundo narrado por hombres y tiene que sobrevivir en él; un hombre, en cambio, nace en un mundo que le confirma su género. Como narrador tienes la obligación de poder pensar como una mujer. Yo tardé cinco novelas en atreverme a eso.
—¿Qué descubre en la lógica femenina?
—Mágico nada. Creo que la vida de la mujer es una lucha. Ser mujer no sólo es bonito, es incómodo y duro. Me gustó mucho ponerme en el lugar de ella en el sentido de que ella hace algo que yo hice: cuidar. La novela cuenta dos cosas: una tiene que ver con una experiencia masculina de un viaje que hacen padre e hijo, y por otra parte cuenta la historia de ella, que en lugar de quedarse esperando inicia su propia aventura. Elena es un personaje sometido, por lo que de volverse loca y rebelarse va contra sus obligaciones.
Mar Adentro
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