Cultura
Gerda Taro, pionera del periodismo gráfico de la guerra
Se integró a movimientos socialistas y obreros desde muy temprana edad, lo cual provoca que sea detenida a la llegada de los nazis
CIUDAD DE MÉXICO (31/JUL/2011).- La alemana Gerda Taro, que fue una pionera periodista gráfica de la guerra, nació el 1 de agosto de 1910, falleció el 26 de julio de 1937, tomando fotos en el frente de Brunete, durante la Guerra Civil Española (1936-39), compartió autoría con su compañero, el húngaro Robert Capa, luego firmó sola y después cayó en el olvido.
Su nombre real era Gerda Pohorylle, hija de judíos polacos, quien a pesar de su origen burgués, se integró a movimientos socialistas y obreros desde muy temprana edad, lo cual provoca que sea detenida a la llegada de los nazis y decidió huir con una amiga a París.
Tras su huida a la capital francesa, Gerda conoce a André Friedman, judío húngaro que intentaba ganarse la vida como fotógrafo y le enseñó el oficio.
Las cosas no les favorecieron y no conseguían trabajo, de manera que se les ocurrió inventar un personaje llamado Robert Capa, el cual se supone era un reputado fotógrafo llegado de Estados Unidos para trabajar en Europa.
Así, el famoso personaje vendía sus fotos a través de sus representantes Friedman y Pohorylle, al triple del precio que un fotógrafo francés.
La osada fotoperiodista encontró la muerte en el frente de Brunete, mientras cubría como reportera la Guerra Civil Española. Huía del avance de las tropas franquistas montada sobre el estribo de un coche que transportaba algunos soldados heridos.
En ese momento, un ataque de la aviación hizo que un tanque republicano golpeara el automóvil haciéndola caer al suelo, las cadenas del carro de combate pasaron sobre la parte inferior de su cuerpo, sobrevivió al incidente y fue trasladada a un hospital en El Escorial.
Sin embargo fallece la madrugada del 26 de julio, a pocos días de que hubiera cumplido 27 años el 1 de agosto. Su cadáver fue llevado a París, en donde el Partido Comunista Francés organizó un entierro multitudinario que la transformó en heroína y mártir.
A pesar de no pertenecer al partido, se presentó como una camarada caída en combate por la revolución, pues su trabajo se publicó para la prensa ilustrada de izquierdas en revistas como 'Regards', 'Ce Soir', y su simpatía era próxima al Frente Popular en Francia.
También se le reconoció por su posicionamiento militante en la guerra, a través de sus imágenes. Su corta carrera, apenas de un año, creció paralelamente al desarrollo de los acontecimientos en España, se centró exclusivamente en la Guerra Civil.
Desde que conoce a Friedman, crecieron paralelamente, para Gerda, tanto la fotografía como sus conocimientos fueron en aumento, comenzó trabajando en octubre de 1935 en la agencia 'Alliance Photo', cuatro meses después consiguió su primer carnet de prensa, coincidiendo así con el estallido de la Guerra Civil.
La pareja trabajó para revistas 'Regards' o 'Vu', al principio la firma de 'Capa' era utilizada indistintamente por ambos, cuando se distancian Andre Friedman se quedó con el nombre.
Entre sus reportajes, que se le reconocen a Gerda, ya estando sola, el más importante es uno en la primera fase de la batalla de Brunete, en donde fue testigo del triunfo republicano.
Estuvo en la primera línea de fuego durante el enfrentamiento, una de las batallas más descarnadas y cruentas de esa guerra.
También fotografió la realidad que ofrecían los milicianos en las calles, los niños jugando entre las barricadas y las mujeres instruyéndose para la guerra en la playa.
Su nombre real era Gerda Pohorylle, hija de judíos polacos, quien a pesar de su origen burgués, se integró a movimientos socialistas y obreros desde muy temprana edad, lo cual provoca que sea detenida a la llegada de los nazis y decidió huir con una amiga a París.
Tras su huida a la capital francesa, Gerda conoce a André Friedman, judío húngaro que intentaba ganarse la vida como fotógrafo y le enseñó el oficio.
Las cosas no les favorecieron y no conseguían trabajo, de manera que se les ocurrió inventar un personaje llamado Robert Capa, el cual se supone era un reputado fotógrafo llegado de Estados Unidos para trabajar en Europa.
Así, el famoso personaje vendía sus fotos a través de sus representantes Friedman y Pohorylle, al triple del precio que un fotógrafo francés.
La osada fotoperiodista encontró la muerte en el frente de Brunete, mientras cubría como reportera la Guerra Civil Española. Huía del avance de las tropas franquistas montada sobre el estribo de un coche que transportaba algunos soldados heridos.
En ese momento, un ataque de la aviación hizo que un tanque republicano golpeara el automóvil haciéndola caer al suelo, las cadenas del carro de combate pasaron sobre la parte inferior de su cuerpo, sobrevivió al incidente y fue trasladada a un hospital en El Escorial.
Sin embargo fallece la madrugada del 26 de julio, a pocos días de que hubiera cumplido 27 años el 1 de agosto. Su cadáver fue llevado a París, en donde el Partido Comunista Francés organizó un entierro multitudinario que la transformó en heroína y mártir.
A pesar de no pertenecer al partido, se presentó como una camarada caída en combate por la revolución, pues su trabajo se publicó para la prensa ilustrada de izquierdas en revistas como 'Regards', 'Ce Soir', y su simpatía era próxima al Frente Popular en Francia.
También se le reconoció por su posicionamiento militante en la guerra, a través de sus imágenes. Su corta carrera, apenas de un año, creció paralelamente al desarrollo de los acontecimientos en España, se centró exclusivamente en la Guerra Civil.
Desde que conoce a Friedman, crecieron paralelamente, para Gerda, tanto la fotografía como sus conocimientos fueron en aumento, comenzó trabajando en octubre de 1935 en la agencia 'Alliance Photo', cuatro meses después consiguió su primer carnet de prensa, coincidiendo así con el estallido de la Guerra Civil.
La pareja trabajó para revistas 'Regards' o 'Vu', al principio la firma de 'Capa' era utilizada indistintamente por ambos, cuando se distancian Andre Friedman se quedó con el nombre.
Entre sus reportajes, que se le reconocen a Gerda, ya estando sola, el más importante es uno en la primera fase de la batalla de Brunete, en donde fue testigo del triunfo republicano.
Estuvo en la primera línea de fuego durante el enfrentamiento, una de las batallas más descarnadas y cruentas de esa guerra.
También fotografió la realidad que ofrecían los milicianos en las calles, los niños jugando entre las barricadas y las mujeres instruyéndose para la guerra en la playa.
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