Cultura
García Márquez y sus 'desaires' colombianos
El novelista no está exento de críticas y señalamientos políticos de su natal Colombia
Gabriel García Márquez no está exento de las críticas y de los señalamientos políticos en su natal
Colombia. Su estrecha amistad con Fidel Castro y su admiración pública por el modelo socialista lo convierten en el blanco de la derecha colombiana.
La decisión de hacer de México su residencia principal y lugar de su muerte, acentúan el reclamo por su aparente distanciamiento del país sudamericano en las últimas décadas.
Sus detractores señalan que prefirió la fama en otros países y que su activismo por el bienestar social en Colombia fue poco, indican que no donó ninguno de sus premios en beneficio de Aracataca, su pueblo natal, por lo que el amigo del Nobel, Plinio Apuleyo, argumentó en su defensa "el salió a los ocho años de ahí".
La cercanía de García Márquez con líderes de izquierda aún genera inconformidad entre militantes del Centro Democrático, por lo que la congresista electa en Colombia, María Fernanda Cabal, publicó varios mensajes en Twitter para evidenciar al escritor, apuntando que Castro y García Márquez irían al "infierno".
No obstante, luego de sus señalamientos la legisladora fue blanco de críticas en redes sociales, por lo que tuvo que pedir disculpas.
Roberto Bolaño llegó a decir que a García Márquez le gustaba rodearse de personajes que ostentaban el poder, entre los que se cuenta a Bill Clinton, Francois Guillard y Felipe González, no obstante, el nobel colombiano fue un hombre fiel a sus principios, destacó el ex presidente mexicano, Carlos Salinas, quien contó con el apoyo del escritor en una negociación entre la Habana y Washington durante la llamada "crisis de los balseros".
El autor de "Cien años de soledad" reveló que decidió su exilio definitivo de Colombia, durante el gobierno del presidente Julio César Turbay, porque algunos amigos le avisaron que el ejército lo interrogaría por supuestos vínculos con la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19).
Después de ese episodio, en 1985 García Márquez participó en las conversaciones de paz por invitación del entonces presidente Belisario Betancur, quien inició un proceso de negociación con las FARC, el ELN y el Movimiento 19 de Abril (M-19).
El autor también participó en las frustradas negociaciones del Gobierno de Andrés Pastrana con las FARC en 1999, y en las conversaciones que Álvaro Uribe mantuvo con el ELN en el periodo 2002-2010.
Sin embargo, la muerte de García Márquez logró una coincidencia entre la guerrilla y el gobierno colombiano, ya que ambos se pronunciaron por la sensible pérdida que significó para el país sudamericano la partida del escritor.
CIUDAD DE MÉXICO (20/ABR/2014).-
La decisión de hacer de México su residencia principal y lugar de su muerte, acentúan el reclamo por su aparente distanciamiento del país sudamericano en las últimas décadas.
Sus detractores señalan que prefirió la fama en otros países y que su activismo por el bienestar social en Colombia fue poco, indican que no donó ninguno de sus premios en beneficio de Aracataca, su pueblo natal, por lo que el amigo del Nobel, Plinio Apuleyo, argumentó en su defensa "el salió a los ocho años de ahí".
La cercanía de García Márquez con líderes de izquierda aún genera inconformidad entre militantes del Centro Democrático, por lo que la congresista electa en Colombia, María Fernanda Cabal, publicó varios mensajes en Twitter para evidenciar al escritor, apuntando que Castro y García Márquez irían al "infierno".
No obstante, luego de sus señalamientos la legisladora fue blanco de críticas en redes sociales, por lo que tuvo que pedir disculpas.
Roberto Bolaño llegó a decir que a García Márquez le gustaba rodearse de personajes que ostentaban el poder, entre los que se cuenta a Bill Clinton, Francois Guillard y Felipe González, no obstante, el nobel colombiano fue un hombre fiel a sus principios, destacó el ex presidente mexicano, Carlos Salinas, quien contó con el apoyo del escritor en una negociación entre la Habana y Washington durante la llamada "crisis de los balseros".
El autor de "Cien años de soledad" reveló que decidió su exilio definitivo de Colombia, durante el gobierno del presidente Julio César Turbay, porque algunos amigos le avisaron que el ejército lo interrogaría por supuestos vínculos con la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19).
Después de ese episodio, en 1985 García Márquez participó en las conversaciones de paz por invitación del entonces presidente Belisario Betancur, quien inició un proceso de negociación con las FARC, el ELN y el Movimiento 19 de Abril (M-19).
El autor también participó en las frustradas negociaciones del Gobierno de Andrés Pastrana con las FARC en 1999, y en las conversaciones que Álvaro Uribe mantuvo con el ELN en el periodo 2002-2010.
Sin embargo, la muerte de García Márquez logró una coincidencia entre la guerrilla y el gobierno colombiano, ya que ambos se pronunciaron por la sensible pérdida que significó para el país sudamericano la partida del escritor.
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