Cultura
Gana pieza venezolana la Bienal de Escultura
La obra está pensada para una laguna artificial, aunque el jurado pide que se haga sobre tierra
GUADALAJARA, JALISCO (12/FEB/2011).- Martha Rodríguez, de origen venezolano, fue elegida como la ganadora de la II Bienal Internacional de Escultura que organiza la Universidad de Guadalajara (UdeG), a través del Museo de las Artes (Musa) con el proyecto Rebozos, una pieza escultórica a la que la curadora Bélgica Rodríguez calificó como “una metáfora visual de libertad e independencia, y que en conjunto con las otras 14 obras seleccionadas corresponden al tema planteado (en la convocatoria) y técnicamente es factible de ser realizada”.
El fallo emitido por el jurado calificador, integrado por Miriam Kaiser (México), Graciela Kortofel (Argentina), Dolores Ortiz (México), Ery Camara (Senegal), Carlos Álvarez del Castillo, director y editor de EL INFORMADOR (México), y Alfredo Hidalgo (México), le otorgó el premio que consiste en ofrecerle todas las facilidades para poder realizar su obra y un premio económico por 15 mil dólares.
Martha Rodríguez, quien admite estar emocionada, suelta la risa cuando se le pregunta cómo es que se enteró: “hoy me llamaron, me preguntaron qué pensaría si me dijeran que yo había ganado la bienal… en ese momento supe que yo era la ganadora”.
La determinación del proyecto ganador se decidió por diferencia de un voto, “nos preguntamos qué es lo que ya tiene Guadalajara, qué le queremos dar a esta ciudad y qué puede ayudar a definir el espacio de su ciudad”, relata Graciela Kortofel, al recordar el proceso de selección del ganador.
La pieza Rebozos es la cuarta maqueta de la exposición que está montada con los 15 mejores participantes en el Musa; pegada en la pared hay una descripción de la obra que la misma escultora ha escrito y a quién ha dedicado la obra, porque según ella, “esta es una obra de la libertad, pero también es una obra para ellas, para las que pocas veces las voltean a ver, a las mujeres que estuvieron ahí y nadie las quería ver”.
El proyecto de Rodríguez “rinde un homenaje a la participación de la mujer mexicana. A la memoria de Josefa Ortiz, Leona Vicario, Mariana Rodríguez del Toro, María Brausa, Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, Sara Estela Ramírez, Hermilia Galindo y todas aquellas mujeres que la historia ha olvidado”.
Detalla que “ellas buscaron el maíz y la leña, atendían heridos cubriéndoles las heridas con sus rebozos, cocinaban para tropas, alegraban con cantos el fin de las jornadas, participaron en las guerras aumentando visualmente al ejército, fueron espías, periodistas, también participaron en las luchas obreras y con ese coraje dieron al mundo lo que hoy son los ciudadanos libres mexicanos. Ellas son un ejemplo mundial”, dice Rodríguez en el planteamiento de su proyecto.
La controversia del jurado
Durante la presentación de la obra ganadora, donde también se dio la mención honorifica al proyecto del colombiano Fernando Pinto denominado Puerta de oro, la curadora Graciela Kartofel dijo que dentro del fallo del jurado habían escuchado la opinión del urbanista Alfredo Hidalgo, quien además de ver la viabilidad del proyecto “hizo un estudio de las piezas escultóricas que ya tienen en esta ciudad, y armó un plan para ir colocando las que se van a ir realizando”.
Rebozos, una obra de 100 metros cuadrados de dimensión por 1.60 metros de altura, estuvo planeada por Martha Rodríguez para que fuera colocada en una laguna artificial a las afueras de lo que será la Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola, en el Centro Cultural Universitario. Pero el fallo emitido, según Kartofel, “tiene un apartado donde pedimos que la obra no se realice en agua, sino en tierra. Porque con ello se hace participativa y no sólo contemplativa”.
Consultada desde Venezuela, la creadora dice desconocer ese apunte en el fallo del jurado, “no, eso que me estás diciendo no lo sabía”, aunque aclara: “mantengo la esperanza de que me permitan hacer mi proyecto en agua, ese es el proyecto original; tengo trabajando en él desde que salió la convocatoria y ahora sólo espero que me digan cuándo empiezo”.
Para saber
La Bienal Internacional de Escultura es un proyecto que busca dar un nuevo sentido a los espacios urbanos, por medio de la ubicación de esculturas monumentales en áreas públicas para que enriquezcan la vida de los habitantes de Guadalajara. Pretende, además, convertirse en un taller que les funcione a los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas, que sirven de ayudantes a los artistas mientras se realiza la obra.
La segunda bienal contó con la participación de 118 proyectos provenientes de 17 países, de los cuales la curadora Bélgica Rodríguez seleccionó 15 maquetas.
El fallo emitido por el jurado calificador, integrado por Miriam Kaiser (México), Graciela Kortofel (Argentina), Dolores Ortiz (México), Ery Camara (Senegal), Carlos Álvarez del Castillo, director y editor de EL INFORMADOR (México), y Alfredo Hidalgo (México), le otorgó el premio que consiste en ofrecerle todas las facilidades para poder realizar su obra y un premio económico por 15 mil dólares.
Martha Rodríguez, quien admite estar emocionada, suelta la risa cuando se le pregunta cómo es que se enteró: “hoy me llamaron, me preguntaron qué pensaría si me dijeran que yo había ganado la bienal… en ese momento supe que yo era la ganadora”.
La determinación del proyecto ganador se decidió por diferencia de un voto, “nos preguntamos qué es lo que ya tiene Guadalajara, qué le queremos dar a esta ciudad y qué puede ayudar a definir el espacio de su ciudad”, relata Graciela Kortofel, al recordar el proceso de selección del ganador.
La pieza Rebozos es la cuarta maqueta de la exposición que está montada con los 15 mejores participantes en el Musa; pegada en la pared hay una descripción de la obra que la misma escultora ha escrito y a quién ha dedicado la obra, porque según ella, “esta es una obra de la libertad, pero también es una obra para ellas, para las que pocas veces las voltean a ver, a las mujeres que estuvieron ahí y nadie las quería ver”.
El proyecto de Rodríguez “rinde un homenaje a la participación de la mujer mexicana. A la memoria de Josefa Ortiz, Leona Vicario, Mariana Rodríguez del Toro, María Brausa, Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, Sara Estela Ramírez, Hermilia Galindo y todas aquellas mujeres que la historia ha olvidado”.
Detalla que “ellas buscaron el maíz y la leña, atendían heridos cubriéndoles las heridas con sus rebozos, cocinaban para tropas, alegraban con cantos el fin de las jornadas, participaron en las guerras aumentando visualmente al ejército, fueron espías, periodistas, también participaron en las luchas obreras y con ese coraje dieron al mundo lo que hoy son los ciudadanos libres mexicanos. Ellas son un ejemplo mundial”, dice Rodríguez en el planteamiento de su proyecto.
La controversia del jurado
Durante la presentación de la obra ganadora, donde también se dio la mención honorifica al proyecto del colombiano Fernando Pinto denominado Puerta de oro, la curadora Graciela Kartofel dijo que dentro del fallo del jurado habían escuchado la opinión del urbanista Alfredo Hidalgo, quien además de ver la viabilidad del proyecto “hizo un estudio de las piezas escultóricas que ya tienen en esta ciudad, y armó un plan para ir colocando las que se van a ir realizando”.
Rebozos, una obra de 100 metros cuadrados de dimensión por 1.60 metros de altura, estuvo planeada por Martha Rodríguez para que fuera colocada en una laguna artificial a las afueras de lo que será la Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola, en el Centro Cultural Universitario. Pero el fallo emitido, según Kartofel, “tiene un apartado donde pedimos que la obra no se realice en agua, sino en tierra. Porque con ello se hace participativa y no sólo contemplativa”.
Consultada desde Venezuela, la creadora dice desconocer ese apunte en el fallo del jurado, “no, eso que me estás diciendo no lo sabía”, aunque aclara: “mantengo la esperanza de que me permitan hacer mi proyecto en agua, ese es el proyecto original; tengo trabajando en él desde que salió la convocatoria y ahora sólo espero que me digan cuándo empiezo”.
Para saber
La Bienal Internacional de Escultura es un proyecto que busca dar un nuevo sentido a los espacios urbanos, por medio de la ubicación de esculturas monumentales en áreas públicas para que enriquezcan la vida de los habitantes de Guadalajara. Pretende, además, convertirse en un taller que les funcione a los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas, que sirven de ayudantes a los artistas mientras se realiza la obra.
La segunda bienal contó con la participación de 118 proyectos provenientes de 17 países, de los cuales la curadora Bélgica Rodríguez seleccionó 15 maquetas.
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