Cultura
Gala para celebrar al Degollado
El recinto cumplió 145 años y los festejos incluyeron un concierto de la Orquesta Filarmónica de Jalisco
GUADALAJARA, JALISCO (12/SEP/2011).- Los músicos acomodados en sus lugares con sus instrumentos listos, esperaban la orden del director para hacerlos sonar y festejar el 145 aniversario del Teatro Degollado. La gala de música clásica que ayer ofreció la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) en el recinto cultural, que el martes 13 de septiembre cumplirá un año más.
A las 12:30 horas, Enrique Radillo fue recibido con cálidos aplausos del público, que prácticamente poblaba las localidades principales del teatro. El director saludó a los presentes y se erigió frente a los músicos, tomó la batuta y con suaves movimientos extrajo sutiles y armoniosas notas de cada instrumento, y conforme avanzaba la pieza se iban haciendo más fuertes, incluso dramáticas, que la gente recibía con agrado.
Luego de 15 minutos, la orquesta paró, Radillo salió del escenario y regresó acompañado de un joven caballero: el tenor José Alonso Pérez Hernández, quien saludó con una tímida sonrisa mientras era recibido por la gente.
Silencio… Endureció el ceño y a la par del director, Pérez Hernández interpretó I Pourquoi me réveiller, para hacer notar su presencia con la vehemencia de su voz y la orquesta de fondo, así se logró una pieza en vivo de la ópera Werther, de Jules Massenet.
Aplausos más intensos agradecieron la interpretación del joven tenor y violinista, quien sin prisa se retiró para dejar su lugar a otra artista: Lorena Flores, soprano tapatía, quien se situó frente a la orquesta con un vestido negro destellante.
El director ordenó, en silencio, continuar. Finas melodías de esparcían en cada rincón del recinto, se preparaban para recibir la prodigiosa voz de Flores. Asombrados, esbozando una sonrisa los presentes se deleitaban con la soprano, quien jugaba con el volumen de su voz y la hacía resonar sin ayuda de micrófonos.
Así pasó al interpretar la aria La canción a la Luna, de Antonín Dvorák. Tomó aire y cuidadosamente lo liberó al cantar Ecco respiro appena, Tu che di gel sei cinta, D’Oreste, d’Ajace y otras piezas. Así tomó, ella la voz a lo largo de una hora, pero hubo un espacio para felicitar al Teatro por su aniversario.
“Este teatro sin duda es una de las obras más importantes de la arquitectura del siglo XIX en México y nuestro mural también”, se expresó Carlos Sánchez, director de Actividades Culturales de la Secretaría de Cultura. Con respecto al mural, que reposa en la sala principal, que representa el Canto Cuarto de la Divina Comedia, de Dante Alighieri, realizado por los pintores jaliscienses Jacobo Gálvez, Gerardo Suárez y Carlos Villaseñor.
La música clásica se volvió a escuchar, a la par de Flores que interpretaron Vissi d’arte, de Puccini, y la Sinfonía No.1, de Beethoven, así cerró la gala en honor al teatro, que es sede del arte y folclor jalisciense desde 1866.
A las 12:30 horas, Enrique Radillo fue recibido con cálidos aplausos del público, que prácticamente poblaba las localidades principales del teatro. El director saludó a los presentes y se erigió frente a los músicos, tomó la batuta y con suaves movimientos extrajo sutiles y armoniosas notas de cada instrumento, y conforme avanzaba la pieza se iban haciendo más fuertes, incluso dramáticas, que la gente recibía con agrado.
Luego de 15 minutos, la orquesta paró, Radillo salió del escenario y regresó acompañado de un joven caballero: el tenor José Alonso Pérez Hernández, quien saludó con una tímida sonrisa mientras era recibido por la gente.
Silencio… Endureció el ceño y a la par del director, Pérez Hernández interpretó I Pourquoi me réveiller, para hacer notar su presencia con la vehemencia de su voz y la orquesta de fondo, así se logró una pieza en vivo de la ópera Werther, de Jules Massenet.
Aplausos más intensos agradecieron la interpretación del joven tenor y violinista, quien sin prisa se retiró para dejar su lugar a otra artista: Lorena Flores, soprano tapatía, quien se situó frente a la orquesta con un vestido negro destellante.
El director ordenó, en silencio, continuar. Finas melodías de esparcían en cada rincón del recinto, se preparaban para recibir la prodigiosa voz de Flores. Asombrados, esbozando una sonrisa los presentes se deleitaban con la soprano, quien jugaba con el volumen de su voz y la hacía resonar sin ayuda de micrófonos.
Así pasó al interpretar la aria La canción a la Luna, de Antonín Dvorák. Tomó aire y cuidadosamente lo liberó al cantar Ecco respiro appena, Tu che di gel sei cinta, D’Oreste, d’Ajace y otras piezas. Así tomó, ella la voz a lo largo de una hora, pero hubo un espacio para felicitar al Teatro por su aniversario.
“Este teatro sin duda es una de las obras más importantes de la arquitectura del siglo XIX en México y nuestro mural también”, se expresó Carlos Sánchez, director de Actividades Culturales de la Secretaría de Cultura. Con respecto al mural, que reposa en la sala principal, que representa el Canto Cuarto de la Divina Comedia, de Dante Alighieri, realizado por los pintores jaliscienses Jacobo Gálvez, Gerardo Suárez y Carlos Villaseñor.
La música clásica se volvió a escuchar, a la par de Flores que interpretaron Vissi d’arte, de Puccini, y la Sinfonía No.1, de Beethoven, así cerró la gala en honor al teatro, que es sede del arte y folclor jalisciense desde 1866.
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