Cultura

Gabriel Figueroa llena de belleza visual el MAZ

El Museo de Arte de Zapopan ofrece un recorrido por más de medio siglo en la historia de la cinematografía mexicana

GUADALAJARA, JALISCO.- Gabriel Figueroa (1907-1997) ha legado a la historia cinematográfica una copiosa obra que, en su conjunto, cabe descifrar como un enorme mural de celuloide sobre el que se consigue plasmar con maestría el cromatismo y la ambientación de México. Su cámara recogió los paisajes, los tipos y los cielos del país con una vibración emotiva que evoca los monumentales frescos de los grandes pintores Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, coetáneos suyos.

Su prolífica trayectoria como creador de imágenes, unas veces en calidad de retratista y en otras ocasiones como stillman o fotógrafo de fijas, iluminador y camarógrafo, podrá admirarse en la exposición Gabriel Figueroa. Cinefotógrafo que acogerá a partir del próximo 15 de marzo el Museo de Arte de Zapopan (MAZ), en el marco de la celebración del vigésimo quinto Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).

Estructurada en 12 núcleos temáticos, esta muestra resultado de un proyecto de investigación de la Fundación Televisa comprende proyecciones videográficas, obras pictóricas, fotografías, carteles y documentos procedentes de diversos museos de México y el extranjero, además de colecciones particulares, brindando la oportunidad al público de conocer de cerca el trabajo de Gabriel Figueroa, un icono de la época dorada del cine mexicano y figura emblemática de una fábrica de sueños que ofreció a varias generaciones de mexicanos entretenimiento y educación sentimental.

“La exposición tiene la ventaja de poder seducir a las personas mayores que crecieron con este cine tradicional mexicano, pero también a los jóvenes con unas partes que generalmente no han sido tocadas en las investigaciones, como las últimas etapas de Gabriel Figueroa, donde empieza a investigar de manera muy audaz con el color y donde la televisión ya cumple un papel muy importante en la sociedad mexicana y el cine, de cierta manera, tiene que responder a esta competencia de la pantalla chica. Entonces, está esta parte como de la cultura pop de los setenta y ochenta con la que los jóvenes también se enganchan”, aseguró Mauricio Maillé Iturbe, director de Artes Visuales de la Fundación Televisa, en la reunión con los medios de comunicación locales que se celebró ayer para dar a conocer los detalles de la muestra y a la que asistieron también el titular del Instituto de Cultura de Zapopan, Guillermo Gómez Mata, y los directores del FICG y el MAZ, Jorge Sánchez Sosa y Alicia Lozano, respectivamente.

El recorrido por esta exposición organizada conjuntamente por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara y la Fundación Televisa, con el apoyo del Ayuntamiento de Zapopan y Cultura UDG, da a conocer al espectador, aunque sea de manera fragmentaria, la variedad de géneros que Gabriel Figueroa frecuentó como cineasta: comedias, tragicomedias, melodramas, epopeyas históricas, adaptaciones de novelas y telenovelas, cintas que forzaron la conciencia nacionalista o que evidenciaron la fatiga del canon que tuvo algunas de sus expresiones más sublimes en los cielos, paisajes y rostros retratados por el fotógrafo de títulos como Flor silvestre, María Candelaria y Río Escondido.

Programada en un principio para que Gabriel Figueroa. Cinefotógrafo se exhibiera en el MAZ durante dos meses, Alicia Lozano está negociando con Maillé Iturbe para que la muestra se extienda hasta junio y que más gente tenga la oportunidad de conocer la particular visión de su protagonista de la construcción de la cultura nacional, definida, en opinión de la directora del Museo de Arte de Zapopan, por “la apertura y el enmarcamiento del ser humano en la tierra y con el cielo”.

En las más de 200 cintas que componen su filmografía, Gabriel Figueroa dejó muestras de dominio técnico, cuidadoso manejo del encuadre y gran afinidad con otros artistas y los mejores directores del momento. En sus largos planos puede descubrirse, de una sola vez, el vigor, la belleza y la violencia de la tierra agreste; el deslumbramiento de la luz en el prístino azul de la altura contra el que se recortan las nubes; la original geometría de la vegetación; el brillo de los ojos semientornados y las armas, apenas escondidas; el encanto simultáneamente lánguido y bravío de las mujeres.

Cronología

1907. Nace en la Ciudad de México, el 26 de abril (otras fuentes fechan su nacimiento un año después, en 1908).
1936. Inicia su carrera como camarógrafo en Allá en el Rancho Grande.
1938. Su trabajo en Allá en el Rancho Grande es premiado en el Festival de Venecia.
1947. Premio de Fotografía en Bruselas por su trabajo en Enamorada.
1949. Es galardonado en el Festival de Karlovy Vary (República Checa) por la película Maclovia.
1951. Trabaja con el director español Luis Buñuel en Los olvidados.
1960. Su trabajo en Macario es distinguido en el Festival de Cannes.
1963. Obtiene el Premio Ariel por la película Ánimas Trujano.
1971. Se le concede el Premio Nacional de Artes.
1987. Obtiene el Premio Ariel de Oro por su contribución al cine mexicano con la película Maclovia.

Trayectoria

Gabriel Figueroa fue alumno de la Academia de San Carlos y del Conservatorio Nacional. Realizó, además, otros estudios muy diversos, como cursos de diseño y violín, aunque, en principio, pensaba dedicarse profesionalmente a la pintura. El encuentro y amistad con el fotógrafo Eduardo Guerrero supuso para él la toma de contacto con la naciente industria cinematográfica y con los principios de la escenografía teatral.

Después de trabajar para Alex Philips, e interesándose ya por las nuevas técnicas, se trasladó a Estados Unidos y siguió un curso de perfeccionamiento en Hollywood, que le permitió obtener un sólido bagaje técnico y una segura experiencia. Regresó a México con los conocimientos profesionales necesarios para dar con pie seguro su salto al mundo de la cinematografía.

Su admirable y prolífica labor cinematográfica se ha caracterizado por la captación de una belleza visual llena de emotividad, sugerencias y lirismo. Su manejo de la imagen rebosa plasticidad y, a decir de algunos, es francamente preciosista, sobre todo en las películas dirigidas por el famoso Emilio Fernández “El Indio”, de quien fue colaborador habitual desde que comenzaron a trabajar juntos en 1943.

Para Gabriel Figueroa, el soberbio paisaje mexicano se convierte en testigo vigoroso de la magia, la grandeza y la tragedia del medio rural, fruto, a la vez que fuente, de las virtudes, el valor y el heroísmo de los campesinos.
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