Cultura

Fue ''Tito'' un personaje controversial y vital para la ex Yugoslavia

Se convirtió en suboficial del ejército austro-húngaro durante la Primera Guerra Mundial, en la que cayó prisionero de los rusos y se unió a los bolcheviques en 1917

CIUDAD DE MÉXICO (06/MAY/2012).- Como un personaje controvertido de la historia reciente, que logró unificar a la ex Yugoslavia, pero que no supo consolidar una nación para la posteridad, es recordado Josip Broz "Tito" el mariscal yugoslavo que nació el 7 de mayo de 1892.
 
De madre eslovena y padre croata, Josip vio la primera luz en la actual Croacia, y aunque poco se sabe de sus primeros años, destaca el hecho de que se convirtió en suboficial del ejército austro-húngaro durante la Primera Guerra Mundial, en la que cayó prisionero de los rusos y se unió a los bolcheviques en 1917.
 
De acuerdo con la sección de biografías de "HistoriasigloXX.org", retornó a su país en 1920 y se adhirió al Partido Comunista de Yugoslavia. Encarcelado durante un tiempo, adoptó el sobrenombre de "Tito".
 
En abril de 1941, Alemania invadió Yugoslavia y para junio también la (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por lo que "Tito" organizó un movimiento guerrillero que luchó contra el ejército invasor y participó en la derrota del Eje en aquel extinto país.
 
En 1945 proclamó la República Popular Federativa de Yugoslavia con lo que ascendió al poder e impuso un sistema comunista, hasta su muerte en 1980.
 
Fue la única de las llamadas repúblicas populares de Europa Oriental que no formó parte de ellas por la intervención soviética, según el sitio de Internet "biografiasyvidas.com".
 
Por ello, pudo construir un régimen socialista original, descentralizado y autogestionario, sin embargo, este modelo fracasó. Los conflictos económicos y territoriales entre los diversos pueblos que conformaban este país provocaron el endurecimiento de la dictadura.
 
En ese periodo, realizó acciones radicales como la ocupación de la ciudad de Trieste y el apoyo a las guerrillas comunistas griegas, entre otros, que produjeron tensión e inconformidad de la URSS y su entonces presidente Joseph Stalin (1879-1953).
 
La tensión entre ambos países desencadenó en la ruptura con la URSS hacia 1948, cuando Stalin y los otros países del bloque soviético condenaron al régimen yugoslavo. Con el apoyo militar y económico de otros países occidentales Yugoslavia resistió las presiones soviéticas.
 
A la muerte de Stalin, "Tito" intentó un nuevo acercamiento con aquel país, por lo que visitó Belgrado en 1955, sin embargo no aceptó volver a formar parte del bloque y prefirió unirse a los países del Tercer Mundo, con lo que participó en la Conferencia de Bandung en la que inició el movimiento de los países que no formaban parte ni del régimen capitalista ni del comunista.
 
Poco después, aprobó la intervención soviética en Hungría, sin embargo rechazó la invasión de Checoslovaquia en 1968.
 
Frente a una creciente crisis Josip Broz "Tito" murió el 4 de mayo de 1980 en Eslovenia.
 
Tras su muerte Yugoslavia se hundió en una profunda crisis en la que se intensificaron las tensiones nacionalistas, lo que la llevó a su desintegración, cita el portal "Historiasiglo20.org".
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