Friedeberg, una elevación del espíritu
Presentan las 'Memorias no autorizadas del pintor Pedro Friedeberg'
De vacaciones por la vida es un relato del surrealismo mexicano, donde las formas son determinados por una imaginación divertida. Así es Pedro, que lo mismo puede reir que reclamar en la presentación de un libro al que se le han quitado muchas páginas, dice su misma editora, porque “ha muchos pintores y artitas los ha dejado mal parados”.
Pero también, el libro de Pedro es también una carta consigo mismo. Un grito entre lo que ocurrió en los años cuarenta y cincuenta y lo que está pasando en estos momentos “hay un dialogo con las imágenes, en una prosa digerible que es ayudada por la tipografía, es un libro fácil de leer” dijo Jorge Hernández en la presentación mientras imágenes de los periódicos, cuyas fotografías denunciaban la felicidad eterna del artista plástico, se mostraban al revés en la pantalla.
Para los que llegaron temprano pudieron ver cómo Pedro no para de bromear. En su obra también están contenidos los mandamientos que hacen ser de este pintor todo un ser mitológico moderno. Entre ellos está los de nunca viajar en clase turista en avión. No leer libros de autoayuda o bestsellers; nunca nadar con zapatos; nunca hacer caso a los consejos u opiniones de los parientes o los amigos pero siempre escuchar a las mascotas; y dar propinas propinas gigantescas. “En una ocasión me toco ver como Pedro dejaba 50 pesos y se fue. Cuando le remordió la consciencia regresó para dejar otros 50 pesos. Y puso otros 50 pesos al final, es un una persona muy generosa” dijo Deborah Holtz, su editora.
En el salón José Luis Martínez de la Feria Internacional del Libro, el cual estaba a menos de la mitad de asistencia, el libro De vacaciones por la vida. Memorias no autorizadas del pintor Pedro Friedeberg, el libro refrenda lo interesante de la vida y obra del artista italiano nacionalizado mexicano nacido en 1936.
Narra desde su salida de Italia por la guerra y su llegada a México en 1941, hasta algunos pasajes sobre su amistad con su amigo y maestro Mathías Goeritz, su galerista Antonio Souza y amigos como Leonora Carrington y Kati Horna, entre otros.
En la obra también hay una entrevista con Mathías Goeritz y una serie de referencias hemerográficas, a manera de citas, de críticos de arte y periodistas como Fernando del paso o Ida Rodríguez Prampolini, entre otros. "En general, mi espíritu se inclina hacia lo absurdo, hecho posiblemente derivado del surrealismo y de la complicada, absurda y ridícula inutilidad de la vida".
En el evento, al que asistieron cerca de 50 personas, lo que llamó la atención fue la soltura con la que el artista plástico se desenvolvió con soltura en los micrófonos, algo que ha dicho que no le gusta hacerlo públicamente porque "cada que me dicen que soy un genio, me cansa". Y bromeó: "Una vez al día me gusta, pero me lo dicen muchas veces cansa. Yo no soy un pintor"
EL INFORMADOR /OMAR GARCÍA