Cultura
Francisco Martín Moreno desmitificación la historia
Con Arrebatos carnales, el autor pone al descubierto la vida amorosa y erótica de personajes históricos
“Pobre de aquella persona que no ha podido en su vida o que ya no pudo tener un arrebato carnal intenso, apasionado, hasta violento, porque se le fue la vida en blanco. Para mí un arrebato carnal es una manera de justificar la existencia. Es una vulgaridad lo que estoy diciendo, pero es un premio de la vida un arrebato carnal”, comenta.
Por eso es que Arrebatos carnales, su más reciente obra bajo el sello editorial Planeta, le sale del alma misma y con gusto saca a la luz un ángulo que al parecer estaba vetado por los historiadores oficiales. Pero como él tiene la lengua muy larga -cosa que dice con una enorme sonrisa-, se dio a la tarea de exhibir a personajes como Sor Juana Inés de la Cruz, Maximiliano y Carlota, Morelos y Porfirio Díaz, entre otros, con su ropa de seres humanos comunes y corrientes: “Yo tengo la lengua bien larga, porque tengo la cola muy corta; no tengo cola que me pisen”.
- ¿Cómo es que decide abordar a estos personajes desde este ángulo?
- “La mayor parte de los textos que he leído eran sesgados, eran parciales; cuentan la historia política, la historia académica, la social; pero no cuentan la historia erótica, la historia carnal, como si esto fuera un pecado, una inmoralidad o una irreverencia; porque le estoy faltando el respeto a los protagonistas de la historia de México, como si no tuvieran apetitos y deseos como los podría tener cualquier persona. Yo creo que esa desmitificación de la historia es la que más me atrae. Vamos a dibujar a través de la novela personajes de carne y hueso, como en realidad fueron. No puedo permitir que se diga que Morelos fue un ser asexuado, cuando tuvo dos hijos con Brígida Almonte y un hijo con Francisca Ortiz, y era un apasionado enamorado de la belleza femenina”.
- ¿Qué tan difícil fue acceder a esta historia?
- “Te podría decir que me la pasé buscando y buscando en archivos, en bibliotecas, pero estaba todo al alcance de mi mano, con una facilidad sorprendente; todo fue cuestión de buscarla. Por eso me sorprendía por qué si estaba tan fácil, no se había dicho. ¿Por qué nadie ha dicho que Pancho Villa se casó 28 veces y tuvo 27 hijos? ¿Por qué no se dijo que Sor Juana tenía relaciones amorosas con la virreina? ¿Por qué no se dijo que Carlota estaba embarazada de otro hombre y no de Maximiliano? ¿Por qué no se ha dicho que Porfirio Díaz se casó de 58 años de edad con Carmelita Romero Rubio que iba a cumplir 17? Lo que fue muy divertido, ya con el dato duro, fue empezar a novelarlo”.
Por cierto
Francisco Martín Moreno hace una advertencia para los lectores de Arrebatos carnales, aclarando que no encontrarán en la obra el kamasutra mexicano o un manual de posiciones sexuales. “Los seis personajes que están aquí responden a biografías políticas, artísticas, clericales, académicas, militares de los protagonistas de la historia. Es su vida, toda su vida, y ahí en esa vida tuvieron sus encuentros carnales”.
Síguenos en