Cultura
Exposición muestra los juegos de la guerra en Alemania
Juegos inspirados en enfrentamientos, de destreza o estrategia, tematizan la guerra
Juegos inspirados en enfrenamientos de la Marina o del Ejércitos, juegos de destreza o estrategia, ya fuera en cartas o sobre tablero, tematizaban la guerra.
El Museo de Cultura Sepulcral de la ciudad alemana de Kassel alberga desde ayer la exposición "¡La guerra no es un juego!", que muestra más de 60 juegos del coleccionista Dieter Mensenkamp, de Detmold, que tematizan la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
"Los juegos estaban pensados para pasar veladas nocturnas en familia en casa. La normalidad con la que se percibía la guerra me aterroriza", comentó el director del museo, Rainer Sörries, sobre la muestra.
El objetivo de esos juegos de guerra era movilizar interiormente a la gente, provocar la emoción y admiración por el combate, es decir, suponían todo un instrumento de propaganda. "El tema bélico se trataba como si fuera algo maravilloso", señaló Sörries.
Ello contribuía a extender una cultura de apoyo por la guerra. Los niños podían recortar soldaditos de papel, colorear imágenes de combates o hacer un rompecabezas con la imagen del Káiser alemán, Guillermo II (1859-1941).
Mientras, que los mayores dedicaban su tiempo libre a juegos de estrategia con barcos de guerra o tropas de tierra, conquistando países extranjeros en su tablero.
También había juegos conocidos como los del campo de batalla, en los que se enviaban a los soldados del frente, entre ellos el parchís. De hecho el juego comenzó a hacerse famoso cuando se empezó a regalar en el Ejército en 1916, narró Sörries.
Esos juegos se vendían muy bien, pues hace un siglo estaban totalmente basados en la actualidad del momento.
"Los juegos servían como medio informativo", comentó el historiador experto en juegos y director del museo de juegos suizo en La Tour-de-Peilz, Ulrich Schädler.
Las empresas reaccionaban a los sucesos del momento, diseñando juegos de la guerra aérea y marina o presentando nuevos sistemas de armas, explicó.
Sin embargo, las ideas no eran nuevas, y muchos eran juegos ya conocidos adaptados a los nuevos temas. Se trataba de formar la opinión, también contra los enemigos.
La exposición muestra por ejemplo la figurita de Guillermo II que si se acciona un botón aparece devorando a soldados franceses, con el objetivo de presentar a Alemania como un país que devoraba personas.
Pese a todo ello, Schädler consideró que esos juegos eran más inofensivos que los que existen hoy en día, pues se limitaban a presentar a soldados en un campo de batalla.
Algo que no ocurre con los <strong>videojuegos</strong> actuales, plagados de detalladas atrocidades, en los que la abundancia de la sangre es un elemento esencial.
Además, la población perdió interés cuando vio la violencia de cerca: en 1916, ante las numerosas bajas entre los soldados alemanes, cuando la población vio el horror de cerca, estos juegos perdieron popularidad.
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