Cultura

Exhibe museo poblano joyas de la historia conventual femenina

Este viernes se presentará el libro y la muestra ''La conservación de las coronas de monjas del Museo de Arte Religioso''

PUEBLA (07/MAR/2012).- Tras un arduo proceso de restauración, ocho coronas de monjas que datan de finales del siglo XIX e inicios del XX, serán expuestas por primera vez, a partir del próximo viernes, en el Museo de Arte Religioso (MAR), de esta ciudad.
 
En el recinto que hace poco reabrió sus puertas al público, también será presentado el libro del mismo nombre de la muestra, "La conservación de las coronas de monjas del Museo de Arte Religioso", que narra el proceso de restauración de estas importantes piezas de la historia conventual femenina de México, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.
 
Destacó que estos emblemas, utilizados por las religiosas en distintos momentos de su "unión con Cristo": noviciado, profesión, conmemoración y muerte, sólo habían sido admirados en las llamadas pinturas de monjas coronadas, sin embargo, los objetos como tal, permanecían desconocidos para el público.
 
De ahí la importancia de la muestra temporal, que estará hasta mediados de abril, en el Ex Convento de Santa Mónica, sede del MAR, donde este viernes será presentada la publicación del INAH, que dedica sus páginas a la historia del antiguo conjunto conventual, además de abundar en el simbolismo, la tecnología, el análisis y la restauración de dichas coronas.
 
La restauradora Katia Perdigón Castañeda tuvo bajo su responsabilidad esta complicada y paciente labor, que implicó en cada caso el desmontaje de las flores de seda y de algodón, capullos de mariposa y pequeñas esculturas de cera, que están sobre bases metálicas.
 
Aunque las ocho coronas de monjas pertenecen al acervo del Museo de Arte Religioso, es posible que éstas procedan de distintos conventos poblanos que registraron la exclaustración en 1935.
 
Aunque los elementos de tres ellas --que tienen forma globular-- hacen suponer que pertenecieron a dominicas; mientras otro par --de diseño radiado-- sería de agustinas, como sugieren antiguas fotografías donde las monjas de esta orden portan coronas de picos. El otro estilo presente en esta colección es la llamada "media corona".
 
La ubicación de herramientas para la fabricación de flores de seda y de algodón, también en los acervos del Museo de Arte Religioso, sugiere que las monjas elaboraban su ornamentación, como un oficio que podría remontarse desde la Colonia.
 
El texto editado por el INAH reúne una serie de artículos que reflejan el carácter interdisciplinario que tuvo este proyecto, de modo que incluye aspectos históricos, iconográficos y de análisis de materiales constitutivos, más la propuesta de conservación; lo cual le convierte en un material de consulta obligado para la futura restauración de coronas de este tipo.
 
Las piezas que provienen del Museo de Arte Religioso de Santa Mónica son un ejemplo importante de la tradición de coronación de religiosas de reminiscencia virreinal, únicas en su especie por su técnica de manufactura y diseño que, ahora --más allá de su imagen en óleos-- se conoce de manera tangible.
 
De las ocho coronas, una resulta peculiar por su manufactura, pues tiene rosas hechas con capullos de mariposa, lo cual habla no sólo de la paciencia que debieron tener las monjas para su elaboración, sino del conocimiento y de la habilidad manual para llevarlo a cabo", detalló la especialista de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural de INAH.
 
El libro también brinda una propuesta de identificación de las flores usadas en estos ornamentos religiosos, información que se contrastó con la iconografía.
 
Para adornar las coronas de monjas, solía representarse --generalmente en papel o tela-- el azahar, la azucena, el clavel, la flor de lis, la gardenia, el geranio, el jazmín, las lilas, los lirios, la margarita... todas ellas con un significado específico relacionado con Cristo y los votos de las monjas, entre ellos, el de castidad.
 
En algunos casos fue necesario soldar la base metálica, además de trabajar flor por flor, con el fin de reintegrar en lo posible, las coronas a su estado original.
 
Para ello se emplearon las mezclas antes mencionadas, y también se aplicó la tecnología original, es decir, las técnicas de floristería y ceriescultura que subsisten en algunas partes del país.
 
Este arduo trabajo, que se prolongó de 2003 a 2005, se materializa ahora en la exhibición temporal en el Museo de Arte Religioso, en Puebla, y en la publicación del libro.
 
El Museo de Arte Religioso se ubica en la calle 18 Poniente, en el Centro Histórico de Puebla. Los domingos la entrada es gratuita para el público nacional y extranjeros residentes.
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