Cultura
Ex haciendas en Zacatecas serán museos
Más de 20 inmuebles de los siglos XVIII Y XIX serán remodelados para promover la cultura rural
Esta tarea dará comienzo con la finca Trancoso, ubicada a 14 kilómetros de la capital zacatecana.
Se trata de un proyecto de largo aliento que deriva de un convenio firmado hace unos días por Xavier Boelsterly, director del Centro INAH-Zacatecas, y Francisco Domínguez Garay, rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) , a partir del cual se impulsará la puesta en valor de los cascos ubicados en el sureste de esa entidad, y que conforman el derrotero hacendario Zacatecas-Monte Escobedo.
El esquema comenzará con una inversión de más de un millón de pesos aportados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que se destinarán para la intervención de la Ex Hacienda Trancoso y la edición de dos publicaciones sobre los trabajos de restauración que se realizarán en este inmueble.
Así como un catálogo de más de una veintena de edificaciones de este tipo, con posibilidades de ser usadas como museos.
Al respecto, el arquitecto Jaime Medina, del Centro INAH-Zacatecas, explicó que esta recuperación del patrimonio hacendario del estado, se hará a partir del proyecto universitario Diagnóstico y Puesta en Valor para la implementación del Modelo de Ecomuseos en Espacios Hacendarios de Zacatecas, que comprende la intervención de los espacios y el rescate de las tradiciones.
Detalló que primero se comenzará con la emblemática Ex Hacienda Trancoso -que data del siglo XIX y está cercana a la capital zacatecana-, por presentar un mejor grado de conservación.
Esta servirá como modelo para después aplicar ese esquema con las otras 24 edificaciones, entre las que destacan La Cieneguilla, La Quemada, La Labor, Víboras y El Cuidado.
Asimismo, se intervendrán las ex haciendas de Buenavista, El Tesorero, Santa Fe y El Maguey, esta última fue muy importante durante el movimiento revolucionario, al haber sido fue tomada como cuartel y centro de abastecimiento por las tropas de Francisco Villa en 1911.
Actualmente de lo que fue la próspera hacienda sólo queda el casco, sin embargo, especialistas del INAH, bajo la dirección del arquitecto Jaime Medina, intervendrán la edificación de lo que fue la casa principal.
'Se consolidarán las estructuras, también se hará restitución de aplanados, se cambiará el piso, y se hará una limpieza general a todo el espacio y la formulación de un programa de mantenimiento que se aplique cuando se abra el espacio como museo', expresó Medina.
'Además de la adecuación como museo comunitario de la Ex Hacienda Trancoso, en la primera fase del proyecto también se planea la publicación de un libro sobre los ecomuseos en México, en el cual se dé cuenta de las aplicaciones prácticas para la adecuación de los espacios hacendarios', precisó.
Por su parte, la arquitecta Laura Gemma Flores, investigadora de la UAZ y responsable técnica del proyecto, detalló que 'se trata de un plan a largo plazo que permitirá conjuntar las conocimientos teóricos y técnicos para la recuperación de este patrimonio edificado, con miras a darles un nuevo uso como ecomuseos desde la perspectiva del desarrollo sustentable, y favorecer el desarrollo económico de Zacatecas.
Desde este tipo de espacios museísticos, dijo, se podrá hacer una revaloración de las tradiciones de las localidades en las que se ubican las ex haciendas, y de esta manera atraer el turismo, lo que tendrá un impacto económico favorable para las comunidades.
La arquitecta Flores comentó que en el caso de la primera ex hacienda que se rehabilitará, la Trancoso, fue propiedad de Juan Nepomuceno de Moncada, quien en pleno proceso de la Guerra de Independencia, hacia 1811 impulsó el auge ganadero de esta finca.
Posteriormente, en 1826, fue adquirida por Antonio García Salinas, quien la consolidó como productora de ganado por casi 100 años.
Ya para 1848 en esta hacienda se creó la primera fábrica textilera, La Zacatecana, la cual en pocos meses se posicionó debido a la calidad de sus productos de lana que elaboraba, tales como bufandas, sarapes y cobijas.
No obstante su prosperidad, concluyó la especialista de la UAZ, durante la Revolución Mexicana y con el reparto agrario en todo el territorio nacional, 18 campesinos pidieron a los dueños la división de las tierras. Fue entonces que se suscitó un enfrentamiento violento y a partir de entonces la finca entró en decadencia.
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