Cultura

Evocaron a Octavio Paz, el retratista

Hoy termina el coloquio dedicado al Nobel mexicano en el Colegio de Jalisco. Participan Alberto Ruy Sánchez y Charles Malamoud, entre otros

GUADALAJARA, JALISCO (07/JUL/2011).- El poeta Octavio Paz retrataba a través de las palabras a los otros, sus colegas, como la chilena Gabriela Mistral, el mexicano Jorge Cuesta y el francés Jean Paul Sartre. Esta faceta, poco conocida del galardonado con el Premio Nobel en 1990, fue descrita por el crítico literario Christopher Domínguez, quien participó en la primera jornada del coloquio dedicado al autor de El laberinto de la soledad, que se lleva a cabo en El Colegio de Jalisco.

“Paz era  un gran  retratista literario”, expresó Domínguez. Y un ejemplo es el perfil realizado para Sartre, quien fue descrito, después de su muerte en 1980, por el autor de Libertad bajo palabra como un hombre que “pensó  y escribió mucho, y sobre muchas cosas. A pesar de esta diversidad, mucho de lo que dijo incluso cuando se equivocó me parece esencial, aclaro, esencial para nosotros sus contemporáneos. Sartre vivió las ideas, las luchas y las tragedias de nuestra época con la intensidad con la que otros viven sus dramas privados. Fue una consciencia y una pasión, las dos palabras no se contradicen porque la suya fue la consciencia de una pasión, quiero decir, consciencia del tránsito del tiempo y de los hombres. Más que un filósofo, fue un moralista, no en el sentido del gran siglo, interesado en la descripción del alma y sus pasiones (…). Él tuvo durante toda su vida el valor de hacerse las únicas preguntas que de veras importan: ¿qué razones tenemos para vivir?, ¿por qué y para qué vivimos?, ¿vale la pena vivir como vivimos?...”.
Christopher Domínguez señaló que uno de sus proyectos, el cual no ha podido concretarse, es rescatar esa faceta a través de un diccionario de Octavio Paz para llevar al papel “la hermosísima galería que él recopiló”.

Sabrosas anécdotas
La faceta de retratista, y otras, fueron expuestas por los panelistas  en la primera jornada del coloquio titulado Octavio Paz, la palabra en libertad, que hoy concluye, con la participación del escritor y editor Alberto Ruy Sánchez, el lingüista Charles Malamoud, la académica y novelista Fabienne Bradu y el investigador Guillermo de la Peña, quienes ofrecerán diferentes ponencias sobre la obra ensayística del galardonado con el Premio Nobel de Literatura, en 1990.

El encuentro, coordinado por Jacques Lafaye, del Colegio de Jalisco, comenzó ayer con un invitado especial: el escritor Fernando del Paso, quien expresó su deseo participar en el coloquio, pero la escritura de un nuevo libro, que se publicará bajo el sello Fondo de Cultura Económica (FCE), le impidió ofrecer una ponencia. Sin embargo, asistió  a la inauguración como muestra de su “gran admiración por Paz”.

Fernando del Paso aprovechó la ocasión para contar una anécdota sobre su relación con el autor de El laberinto de la soledad. “Conocí a Octavio Paz cuando era muy joven, lo seguí en todas sus obras y fui colaborador alguna vez de Plural y de Vuelta. Por supuesto un lector fervoroso de casi todo lo que escribió y publicó. Estaba en París como cónsul general. Se organizó un festival o coloquio: Les belles lettres étrangères –las bellas letras extrajeras-. Se hacía cada año o dos y consistía en invitar a un grupo de 10, 12 o 15 escritores de otros países para presentarlos en la Sorbona y que dieran conferencias en varias ciudades de Francia. Me tocó parte de la organización y como cónsul y escritor inaugurar en la Sorbona ese acontecimiento.

“Resulta que un amigo mutuo, cuyo nombre no voy a mencionar, fue el autor de la solapa de una carpeta de presentación del evento. Ahí ese señor eligió un texto de Octavio Paz que se ponía más o menos de acuerdo con que los mexicanos habíamos llegado tarde  a la cultura. Eso era en buena parte verdad y seguimos llegando tarde, pero el problema fue que fuera de contexto eso sonaba un poco peyorativo y a mí me pareció que eso estaba mal elegido para ponerlo ahí y critiqué ese hecho. Se hizo un escándalo muy sabroso, ahora sé que es sabroso, antes no me pareció tanto,  y fue que un periodista dijo que yo había destrozado un texto de Paz en la Sorbona. Se hizo una bola de nieve”, recordó Del Paso.

Más adelante, Fernando del Paso señaló que cuando Raúl Padilla López lo invitó a la dirección de la Biblioteca Iberoamericana le comentó que si no tenía problemas con que el nombre de la biblioteca fuera Octavio Paz. “Le dije que no porque siempre había tenido una gran admiración por Octavio”.
Dicho problema entre los autores quedó solucionado con el detalle de repintar las letras del nombre de Octavio Paz de la biblioteca y enviarle unas fotografías al autor de Libertad bajo palabra, “quien entendió como yo que fuimos víctimas y no protagonistas de un pleito así”.

Anécdotas del escritor galardonado con el Nobel de Literatura y su obra ensayística son el centro de las reflexiones del coloquio Octavio Paz, palabra en libertad.

Festejos en la Iberoamericana  
El próximo 19 de julio se cumplen 20 años de la apertura de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz. El escritor y director del recinto Fernando del Paso señaló que el presidente municipal de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, inauguré la nueva Plaza Universidad.

“La idea es tener mesas para los niños en el exterior de la biblioteca, pero tras una reja”, expresó el autor de Noticias del imperio. Las mesas, sillas y sombrillas serán donadas por la Universidad de Guadalajara al municipio tapatío. De los festejos de la biblioteca destacó que  habrá una ceremonia, en la cual se darán a conocer los proyectos y logro de la institución, que recibe mensualmente 18 mil visitantes.
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