Cultura
Escritor cubano reflexiona sobre vínculo de Hemingway con FBI
Leonardo Padura Fuentes señala que 'siguen en pie los misterios' de las relaciones de Hemingway con el FBI
Padura señala que "siguen en pie los misterios" de las relaciones de Hemingway con el FBI y "las posibles conexiones" de esa agencia con el suicidio del famoso novelista norteamericano.
En su opinión, la existencia de 15 páginas censuradas y otras 40 manchadas con tinta negra en el expediente del FBI dedicado a Hemingway, además de que haya sido objeto de su "interés investigativo" incluso después de su muerte, "cuando menos advierten de lo problemática de esa relación".
En ese sentido, Padura recuerda que el autor de "Adiós a las armas" y "El viejo y el mar" decidió colaborar con la agencia federal, en 1942, cuando ya estaba radicado en Cuba, y a través de la embajada norteamericana en La Habana.
Apunta que los objetivos fundamentales de su colaboración con el FBI eran "informar sobre las actividades de los miembros de la Falange española y simpatizantes nazis en la isla, montar una operación de búsqueda de los submarinos alemanes y descubrir dónde y quién les suministraba el combustible para navegar en el Caribe".
Padura apunta que "bajo el amparo del FBI, Hemingway, con su manía de protagonismo, montó y dirigió una red de informantes 'aficionados'".
Pero indica que aquella colaboración solo duró siete meses, hasta el 1 de abril de 1943, cuando el embajador estadounidense en La Habana "la canceló, alegando que la información entregada por el escritor resultó 'en casi todos los casos carente de todo valor'".
El escritor cubano cree que una hipótesis que explicaría las reacciones del FBI es que la operación de caza de submarinos alemanes hubiera colocado a Hemigway "en una peligrosa revelación", aunque todavía "no existen documentos capaces de probarlo".
Asegura como "un hecho indiscutible" que los nazis "reabastecían sus submarinos en varios puertos cubanos", una operación que considera "no podía hacerse a espaldas" del ejército y a la policía del régimen del entonces presidente de la isla, Fulgencio Batista.
Padura subraya la "manía persecutoria" que mostraba Hemingway en los últimos años de su vida hasta el momento que se suicidó con un disparo el 2 de julio de 1961 en su cabaña de Idaho (EU).
En ese sentido, cita que documentos abiertos en 1984 revelaron que "realmente el escritor estaba siendo seguido y vigilado por agentes" del FBI.
También dice que "resulta inquietante" que la viuda del novelista, Mary Welsh, la única que estaba con él en el momento de su muerte, "haya negado por años que su marido se suicidara".
Añade que Mary Welsh, unos meses después del suicidio de su esposo, incineró "una notable cantidad de papeles" que se encontraban en su casa de La Habana.
"¿Qué incineró Mary Welsh? Sólo ella lo supo. Quizá algunas de las claves de la persistente vigilancia que el FBI dedicó a Hemingway", concluye Padura.
La casona de "Finca Vigía", situada a unos 15 kilómetros al este del centro de La Habana, fue durante más de 20 años la residencia cubana de Ernest Hemingway, que se convirtió en museo después de su muerte.
Leonardo Padura (La Habana, 1955) es uno de los escritores cubanos más reconocidos internacionalmente y su último éxito editorial ha sido "El hombre que amaba a los perros", su novela sobre León Trostky y su asesino, Ramón Mercader.
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