Cultura
Entusiasmo y suspicacia en la venta noctura de la FIL
Se cumplen 28 años de la FIL y como es tradición, el viernes por la noche se realiza la venta nocturna
GUADALAJARA, JALISCO (06/DIC/2014).- Habría que aclarar que, a pesar de sus 28 ediciones, la Feria Internacional del Libro (
FIL) de Guadalajara sigue alimentando la idea de que es posible encontrar descuentos de distinta clase aunque, la verdad, eso se sujeta a parámetros de consumo limitados por el presupuesto personal y los precios que alcanzan ciertas ediciones; después de todo, en este juego de impresiones y con dos días más de feria por delante, la realidad es que la venta nocturna de este viernes por la noche -en la que cada año se extiende el horario del evento hasta las 23:00 horas- tiene más que ver con brindar oportunidad a las personas que no pueden asistir en horario regular por motivos de trabajo u otras obligaciones, para que tengan oportunidad de consumir (aunque, claro, sí hay descuentos en algunas editoriales).
Dos caras de una moneda
Y sí, en algunos pasillos resonaba más la música y en uno que otro espacio podía escucharse en vivo acompañada de montajes de danza; el flujo de gente se mantuvo un poco después de las 21:00 horas y, la verdad, el entusiasmo de algunos stands no era compartido por la mayoría. Por ejemplo, en RGS Libros -en el área internacional- indica Fernando Medina, encargado del stand, "tenemos un descuento general de 20 por ciento y algunas editoriales al 50, pero en este día pusimos seis sellos con un 40 de descuento; para nosostros es primer año que proponemos un descuento adicional. La verdad, a veces no nos creen el precio y, de verdad, algunos títulos los tenemos a un costo muy bajo, casi rídiculo".
En este sentido, también son optimistas en Sexto Piso; Saúl Trejo, gerente editorial, señala que sus precios "son muy accesibles y, para este viernes por la noche, de manera sucesiva, por cada 500 pesos de compra se aumenta el descuento en un 5 por ciento. De hecho, en lo que va de FIL llevamos un 20 por ciento por encima de lo que registramos en ventas en 2013".
Ahora, para las editoriales locales, refiere Antonio Marts -de Editorial Paraíso Perdido- que "aunque es mera percepción, parece haber menos público, aunque quizá en las cifras finales no sea así; no sé si la cantidad de gente tenga que ver con las ventas, pero son las novedades y la difusión lo que acerca a las personas y posibilita las ventas, que no están mal pero van más lentas que el año anterior".
Rarezas y deudas
Con todo, desde el stand de Tusquets Editores, las cosas tienen otro color; así, el coordinador comercial Víctor Tejeda establece que "respecto del año pasado, ha habido menos ganancia y menos gente. Quienes vienen se han llevado más libros, pero la fuerza y el impacto del año anterior no se comparan; vendemos mucho de colecciones Maxi y Fábula (en un promedio de 129 pesos, más descuento)"; el mensaje, al menos en dimensiones, es que este sello -ahora del Grupo Planeta- creció "al doble" en cuanto espacio, lo que "indica que no hemos perdido identidad. Me parece que cerraremos bien, porque nos identifican como un sello de calidad. Para esta venta nocturna ofrecimos un 30 por ciento a partir de la compra de tres libros, de siete en adelante, el descuento es de 40 por ciento; claro, sin incluir novedades".
Cerca de las 23:00 horas, aún se percibían algunas filas esperando pagar por sus libros y, minutos antes, grupos de control y vigilancia comenzaron el "pastoreo" de los visitantes hacia la salida, muchos de ellos bastante cargados y, como diría Epigmenio Dorantes -comerciante que llevó a sus tres hijos adolescentes a la feria- "debiendo hasta la camisa".
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
Dos caras de una moneda
Y sí, en algunos pasillos resonaba más la música y en uno que otro espacio podía escucharse en vivo acompañada de montajes de danza; el flujo de gente se mantuvo un poco después de las 21:00 horas y, la verdad, el entusiasmo de algunos stands no era compartido por la mayoría. Por ejemplo, en RGS Libros -en el área internacional- indica Fernando Medina, encargado del stand, "tenemos un descuento general de 20 por ciento y algunas editoriales al 50, pero en este día pusimos seis sellos con un 40 de descuento; para nosostros es primer año que proponemos un descuento adicional. La verdad, a veces no nos creen el precio y, de verdad, algunos títulos los tenemos a un costo muy bajo, casi rídiculo".
En este sentido, también son optimistas en Sexto Piso; Saúl Trejo, gerente editorial, señala que sus precios "son muy accesibles y, para este viernes por la noche, de manera sucesiva, por cada 500 pesos de compra se aumenta el descuento en un 5 por ciento. De hecho, en lo que va de FIL llevamos un 20 por ciento por encima de lo que registramos en ventas en 2013".
Ahora, para las editoriales locales, refiere Antonio Marts -de Editorial Paraíso Perdido- que "aunque es mera percepción, parece haber menos público, aunque quizá en las cifras finales no sea así; no sé si la cantidad de gente tenga que ver con las ventas, pero son las novedades y la difusión lo que acerca a las personas y posibilita las ventas, que no están mal pero van más lentas que el año anterior".
Rarezas y deudas
Con todo, desde el stand de Tusquets Editores, las cosas tienen otro color; así, el coordinador comercial Víctor Tejeda establece que "respecto del año pasado, ha habido menos ganancia y menos gente. Quienes vienen se han llevado más libros, pero la fuerza y el impacto del año anterior no se comparan; vendemos mucho de colecciones Maxi y Fábula (en un promedio de 129 pesos, más descuento)"; el mensaje, al menos en dimensiones, es que este sello -ahora del Grupo Planeta- creció "al doble" en cuanto espacio, lo que "indica que no hemos perdido identidad. Me parece que cerraremos bien, porque nos identifican como un sello de calidad. Para esta venta nocturna ofrecimos un 30 por ciento a partir de la compra de tres libros, de siete en adelante, el descuento es de 40 por ciento; claro, sin incluir novedades".
Cerca de las 23:00 horas, aún se percibían algunas filas esperando pagar por sus libros y, minutos antes, grupos de control y vigilancia comenzaron el "pastoreo" de los visitantes hacia la salida, muchos de ellos bastante cargados y, como diría Epigmenio Dorantes -comerciante que llevó a sus tres hijos adolescentes a la feria- "debiendo hasta la camisa".
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
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