Cultura
Entre aplausos, sepultan a Óscar Niemeyer
En medio de oraciones y cánticos, dan el último adiós al arquitecto brasileño
Niemeyer fue inhumado en el cementerio Sao Joao Batista, en el barrio de Botafogo, después de una ceremonia religiosa que se celebró en su memoria, a pesar de ser ateo, en el palacio municipal de Río de Janeiro al término del velatorio.
La Banda de Ipanema, una orquesta de barrio del carnaval carioca, de la cual el arquitecto era patrono, interpretó la música "Carinhoso" cuando el cortejo ingresó al camposanto.
En el momento de bajar a la sepultura, algunos de los presentes lo aplaudieron mientras sus familiares rezaban un Padrenuestro y compañeros de militancia comunista entonaban partes de "La Internacional", el himno de la clase trabajadora mundial.
Después de la sepultura, la Banda de Ipanema interpretó "Cidade Maravilhosa", himno de Río de Janeiro, la ciudad en la que nació y murió, y "Acuarela do Brasil".
El cadáver fue velado en el Palacio da Cidade, sede oficial de la alcaldía carioca, y el féretro, cubierto con la bandera de Brasil, fue transportado en un vehículo del cuerpo de bomberos hasta el cementerio.
Al velatorio acudieron a lo largo del día el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, el gobernador Sergio Cabral, y su homólogo del estado de Minas Gerais, Antonio Anastasia.
Igualmente asistieron viejos compañeros de militancia comunista y centenares de personas que quisieron rendirle un último homenaje al genio que creó los principales edificios de Brasilia y proyectó centenares de obras para numerosos países.
Pese a que Niemeyer era comunista y ateo, antes de salir del Palacio da Cidade se ofició una ceremonia religiosa en la que participaron dos sacerdotes católicos, un rabino y un pastor evangélico.
Estaba previsto que el entierro fuera un acto reservado a familiares y amigos más cercanos, pero finalmente se permitió el acceso de periodistas y de espontáneos que se sumaron a la despedida.
Óscar Niemeyer cumpliría 105 años de edad el próximo 15 de diciembre.
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