Cultura
Enrique Serna, el encantador
El escritor presenta ''Ternura caníbal'' en el marco de la Feria Internacional del Libro
FIL, que se desarrolla cruzando la calle ("no me entusiasma mucho caminar por las pilas de libros. Ni tampoco engentarme", confesaría posteriormente).
Escritor de largo aliento, de inspiración súbita y lecturas meditadas. Enrique Serna, es hoy por hoy, una de las plumas más socorridas del panorama literario mexicano. Y laureadas, aunque el autobombo no le guste. Ese status no le impide seguir arriesgándose en cada texto que escribe, como lo demuestra en Ternura caníbal, trabajo que presenta en el marco de la Feria Internacional del Libro.
Las redes sociales han condicionado a una nueva generación de lectores a que un texto, entre más breve, mejor. El poder de la síntesis. El reinado del resumen. La pesadilla de los escritores románticos, cuyas prosas de 800 páginas se convierten en vetustos libros invendibles. Pero Serna, irredento amante del cuento, es un rara avis en el panorama.
"Es un reto interesante, en el espacio más breve posible, contar una historia que sorprenda a los lectores. En ese sentido, creo que el oficio de cuentista tiene que ver con la tendencia a la condensación o sintetización que nos obligan los medios contemporáneos como el Twitter".
"Ahora, viéndolo desde el punto de vista artístico, la novela es un género prolijo, que permite que haya muchas digresiones y redundancias. Del otro lado, el cuento no permite que sobre, que ni falte nada. En ambos casos, hay que ser como un encantador de serpientes, que atrape al lector".
Vivencial
Compuesto por 10 cuentos, La ternura caníbal es una conexión de historias con giros inesperados y finales que se escapan al poder de las mejores predicciones. Serna es un tahúr que hace como que muestra todas las cartas para comprender la historia, pero siempre se guarda un as, o hasta una baraja distinta, bajo la manga.
Cuando habla de inspiración, Serna se define como "una aspiradora. Los escritores tomamos elementos de todo. De lo que vivimos, lo que nos cuentan, notas de periódico, hasta sueños. Por ejemplo, uno de los cuentos de Ternura caníbal fue un sueño, La vanagloria, en el que me desperté y lo anoté".
Pero la creatividad no conoce de plazos. Por eso, el dramaturgo no comprende que existan contratos que obliguen a los escritores a entregar un libro cada año. Lo considera una aberración a la creación orgánica de un texto. "El converso (incluido en Ternura caníbal), es una historia a la que le estuve dando vueltas durante 30 años, hasta que encontré la conclusión de una manera providencial, en una charla con mi hija".
La charla concluye con un saludo y unas cuantas fotografías, posadas. El autor entonces regresa, como si nada hubiera pasado, a Los Buddenbrooks, ajeno, nuevamente, a absolutamente todo lo que pasa a su alrededor.
HERRAMIENTAS
Autores que recomienda:
"Budenbrooks, de Thomas Mann. Me está gustando mucho".
Lo que le gusta de la FIL
"Me gusta poder acercarme a los lectores de Guadalajara. Así descubro si logré crear en los lectores el impacto necesario".
Lo que no le gusta de la FIL
"Me siento un poco engentado, no me gusta circular entre las montañas de los libros, aunque es necesario, pues ese contacto me retroalimenta".
Cómo vive la experiencia FIL
"Este año, con mucha seguridad, mucha vigilancia".
Una frase o palabra que resuma la emoción de ser escritor.
"Es un medio de conocimiento. Intuitivo y subjetivo, que trata de entender mejor la conducta. Y en ese sentido, tiene mucha similitud con las humanidades. Lo que pasa es que como no tiene una metodología, se basa en la imaginación, es un medio más caprichoso y menos sencillo de reglamentar".
Por cierto
Enrique Serna ya se encuentra escribiendo su nuevo texto. El autor afirma, sin querer revelar mucho, que será una novela negra, "que ocurre en Cuernavaca, lugar donde he vivido los últimos 12 años".
La frase:
"Las historias llegan de modo inesperado, en momentos de ocio, cuando uno no la está esperando".
Enrique Serna, escritor
EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ
GUADALAJARA, JALISCO (07/DIC/2013).- Sentado en el balcón del hotel Hilton, leyendo en el más absoluto y sepulcral silencio. Los rayos del Sol están lo suficientemente lejos como para tocarlo, pero lo necesariamente presentes para evadir el frío decembrino que ya se cierne sobre la ciudad. Allí está Enrique Serna. Devora un libro con los ojos, Los Buddenbrook, totalmente ajeno al bullicio de la
Escritor de largo aliento, de inspiración súbita y lecturas meditadas. Enrique Serna, es hoy por hoy, una de las plumas más socorridas del panorama literario mexicano. Y laureadas, aunque el autobombo no le guste. Ese status no le impide seguir arriesgándose en cada texto que escribe, como lo demuestra en Ternura caníbal, trabajo que presenta en el marco de la Feria Internacional del Libro.
Las redes sociales han condicionado a una nueva generación de lectores a que un texto, entre más breve, mejor. El poder de la síntesis. El reinado del resumen. La pesadilla de los escritores románticos, cuyas prosas de 800 páginas se convierten en vetustos libros invendibles. Pero Serna, irredento amante del cuento, es un rara avis en el panorama.
"Es un reto interesante, en el espacio más breve posible, contar una historia que sorprenda a los lectores. En ese sentido, creo que el oficio de cuentista tiene que ver con la tendencia a la condensación o sintetización que nos obligan los medios contemporáneos como el Twitter".
"Ahora, viéndolo desde el punto de vista artístico, la novela es un género prolijo, que permite que haya muchas digresiones y redundancias. Del otro lado, el cuento no permite que sobre, que ni falte nada. En ambos casos, hay que ser como un encantador de serpientes, que atrape al lector".
Vivencial
Compuesto por 10 cuentos, La ternura caníbal es una conexión de historias con giros inesperados y finales que se escapan al poder de las mejores predicciones. Serna es un tahúr que hace como que muestra todas las cartas para comprender la historia, pero siempre se guarda un as, o hasta una baraja distinta, bajo la manga.
Cuando habla de inspiración, Serna se define como "una aspiradora. Los escritores tomamos elementos de todo. De lo que vivimos, lo que nos cuentan, notas de periódico, hasta sueños. Por ejemplo, uno de los cuentos de Ternura caníbal fue un sueño, La vanagloria, en el que me desperté y lo anoté".
Pero la creatividad no conoce de plazos. Por eso, el dramaturgo no comprende que existan contratos que obliguen a los escritores a entregar un libro cada año. Lo considera una aberración a la creación orgánica de un texto. "El converso (incluido en Ternura caníbal), es una historia a la que le estuve dando vueltas durante 30 años, hasta que encontré la conclusión de una manera providencial, en una charla con mi hija".
La charla concluye con un saludo y unas cuantas fotografías, posadas. El autor entonces regresa, como si nada hubiera pasado, a Los Buddenbrooks, ajeno, nuevamente, a absolutamente todo lo que pasa a su alrededor.
HERRAMIENTAS
Autores que recomienda:
"Budenbrooks, de Thomas Mann. Me está gustando mucho".
Lo que le gusta de la FIL
"Me gusta poder acercarme a los lectores de Guadalajara. Así descubro si logré crear en los lectores el impacto necesario".
Lo que no le gusta de la FIL
"Me siento un poco engentado, no me gusta circular entre las montañas de los libros, aunque es necesario, pues ese contacto me retroalimenta".
Cómo vive la experiencia FIL
"Este año, con mucha seguridad, mucha vigilancia".
Una frase o palabra que resuma la emoción de ser escritor.
"Es un medio de conocimiento. Intuitivo y subjetivo, que trata de entender mejor la conducta. Y en ese sentido, tiene mucha similitud con las humanidades. Lo que pasa es que como no tiene una metodología, se basa en la imaginación, es un medio más caprichoso y menos sencillo de reglamentar".
Por cierto
Enrique Serna ya se encuentra escribiendo su nuevo texto. El autor afirma, sin querer revelar mucho, que será una novela negra, "que ocurre en Cuernavaca, lugar donde he vivido los últimos 12 años".
La frase:
"Las historias llegan de modo inesperado, en momentos de ocio, cuando uno no la está esperando".
Enrique Serna, escritor
EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ
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