Cultura

En librerías el joven Saramago

La viuda del escritor portugués, Pilar del Río, habla de la reciente publicación de ''Claraboya'', la primera novela del Nobel de Literatura 1998

GUADALAJARA, JALISCO (22/MAY/2012).- El Premio Nobel de Literatura 1998, José Saramago, sufrió lo que algunos autores sufren: el rechazo de las editoriales con su primera novela, en el caso de él fue "Claraboya". Y también le sucedió lo que varios escritores muertos: les publican obras que ellos no quiseron ver en libro.  No quería que se publicara mientras estuviera vivo, afirma en entrevista la viuda del escritor portugués, Pilar del Río, quien  sin embargo explica que con esta entrega, editada por  Alfaguara, se da luz a la obra general del autor de Ensayo sobre la ceguera.

Del Río recuerda que Saramago, fallecido en 2010, escribió esta historia en 1953.   

“Claraboya es la historia de un edificio en el que viven seis humildes familias cuyos miembros se ven sucesivamente envueltos en un enredo”, explicó  elescritor,  dice un comunicado de la editorial.

Pilar del Río señala que en esta novela “la familia no es sinónimo de hogar, sino de infierno, las apariencias tienen más fuerza que la realidad, ciertas utopías que aparecen como objetivos loables son, páginas después, descritos como relativos, donde se condenan de forma explícita los malos tratos a las mujeres o se narra con naturalidad el amor entre personas del mismo sexo, expresado con angustia personal aunque sin condena por la mirada del autor”.

—¿Cuál es la diferencia entre Claraboya y los últimos textos –como Caín— de José Saramago?

—Este libro –"Claraboya"— es el de un José Saramago de veintitantos años, evidentemente la marca Saramago todavía no estaba desarrollada porque después de haber escrito esta novela hubo 20 años de silencio, y luego, posteriormente, se puso a escribir.

Lo que sí puedo decir es que la voz de Saramago está ahí. Entera. Los relatos son, de alguna manera, los que desarrolló a lo largo de toda su vida, los personajes, que pueblan esta novela, son los mismos. Esta novela contiene a un Saramago, aunque esté lejos del estilo más elaborado, más complejo o más barroco que tenía.

Es la novela escrita por un joven Saramago, pero es una novela muy madura. No es una novela así, de ilusiones banas, de un optimismo desbordante, que suele caracterizar a la juventud, o incluso de un pesimismo. Es una novela muy reflexiva, muy trasgresora y muy compleja, desde el punto de vista narrativo, porque claraboya es la ventana que está arriba en el tejado y el autor se asoma por ahí a ver a los habitantes de seis pisos, ve a cada familia, a cada miembro y la relación que se establece entre ellos.

Es una novela muy compleja, muy madura, muy fácil de leer y con la compasión, que luego destacaría la Academia Sueca cuando se le entregó el Nobel.

—¿Cómo fue su encuentro con este texto?

—Me encontré con este texto el día que la editorial contactó a Saramago para decirle que sería un honor publicarlo. Ese mismo día, Saramago –fue por el manuscrito— lo trajo a casa y yo me puse a leerla y hasta que no acabé, no levanté la cabeza. La conozco desde finales de los años setenta, lo que pasa es que él dijo que no quería ver el libro publicado en vida, que cuando él no estuviera las personas que vinieran detrás hiciera lo que quisieran.

—¿Saramago le dijo por qué no quería ver la publicación?

—Fue una novela que le había hecho sufrir mucho porque se la pasó meses, años, esperando una respuesta, que no le dieron. Luego, por otra parte, cuando apareció esta novela, que estaba perdida, él estaba en otra cosa, él estaba escribiendo "El Evangelio según Jesucristo".

Saramago no era un hombre que mirara para atrás. Él era un hombre que vivía su presente y miraba hacia el futuro continuamente por eso escribía tanto.  

—¿Claraboya es una novela fundamental para comprender la obra de este Premio Nobel de Literatura?

—No es una novela fundamental porque se puede entender a José Saramago sin haber leído "El Evangelio según Jesucristo", que me parece una novela fundamental, pero también se puede entender a José Saramago habiendo leído "El Evangelio según Jesucristo" y sin haber leído "Memorial del convento" o "Ensayo sobre la ceguera" o "Las intermitencias de la muerte".

PARA SABER
El origen de una obra


"Claraboya" es la novela que las editoriales rechazaron a un joven José Saramago cuando en sus veinte se las propuso.

Después de eso duró dos décadas sin escribir.

Ahora está en librerías después de que Pilar del Río, su viuda, decidiera publicarla, pues asegura, arroja luz sobre la gestación de su obra.

Llegan objetos personales a Lisboa


LISBOA.- La Casa dos Bicos, el emblemático edificio lisboeta que albergará la Fundación José Saramago, comenzó a recibir ayer, en más de 150 cajas, una sustanciosa cantidad de objetos personales del fallecido escritor luso procedentes de la isla española de Lanzarote, en el archipiélago canario, donde residía.

Miles de libros -algunos escritos por él, otros que versan sobre su figura-, manuscritos, textos inéditos y diversos enseres llegaron por barco desde la ciudad canaria a Lisboa en un contenedor, informaron portavoces de la Fundación José Saramago.

La operación fue controlada a través de web cam por la viuda del Nobel portugués, la española Pilar del Río, quien no pudo asistir in situ.  Entre todo el material enviado, destacan también varias piezas del escritorio personal de Saramago, que será reproducido en la Casa de los Bicos, construida junto al río Tajo en el siglo XVI, aunque reconstruida integralmente en 1983 pues había quedado arrasada en el terremoto de Lisboa de 1755.

La apertura de la Fundación se prevé a mediados de junio, y estará acompañada de una exposición con los objetos llegados  a Lisboa, entre los que también hay agendas, recortes de prensa, fotografías, correspondencia, textos de conferencias o tesis sobre su obra.  El edificio de la capital lusa que albergará la Fundación fue precisamente el lugar escogido por la familia de Saramago para depositar sus cenizas, en un acto que tuvo lugar el pasado 18 de junio, cuando se cumplía el primer aniversario de su muerte.

Con información de EFE
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