Cultura

En crisis, industria editorial mexicana

Desde 2007 el sector tiene resultados negativos, afirman industriales

GUADALAJARA, JALISCO.- La industria editorial mexicana está en crisis y no solamente por el supuesto bajo índice de lectura que prevalece en el país, sino por las políticas del gobierno de ser el principal proveedor de libros en las escuelas, y por el alto número de reproducciones ilegales de publicaciones.

El precio del papel, la inflación y los costos generales de producción de libros también han ido en aumento, lo que ha contribuido a la situación negativa, aseguró la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

La organización presentó hoy su informe sobre la actividad en ese sector del mercado cuyas conclusiones apuntan a un deceso en la producción y venta de libros con respecto al año anterior.

Roberto Banchik, prosecretario de la Cámara, dijo que el 2006 fue el último año con buen saldo para la industria.

"El 2008 fue un año malo y el 2009 claramente no será nada mejor... Esto habla de una crisis en la industria editorial mexicana", declaró en una rueda de prensa celebrada en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Según datos presentados en el 2008, se produjeron veinte mil 242 títulos, un 28% menos que el año previo. El número de ejemplares producidos en el mismo año fue de 125 mil millones, un descenso de 3,1% en comparación con 2007.

La información fue recopliada entre 100 empresas privadas del total de 149 que existen en el país y no incluyen a editores particulares, sin fines de lucro o distribuidores.

Banchik dijo que en el 2008 se vendieron 133 mil 314 títulos para un levísimo incremento de 0.05%, mientras que el número de ejemplares vendidos fue de 138.7 millones, o un 5.7% menos que el año anterior.

"Tanto en las ediciones propias como en las importaciones, se advierte un descenso en el número de ejemplares vendidos, el cual es de 10.2% y 4.9%, respectivamente'', agregó.

El ejecutivo dijo que para salir de esta mala racha se podrían aprobar políticas fiscales que incentiven la producción y reduzcan los impuestos para "darnos un poco de respiro a corto plazo''.

A largo plazo propuso un cambio en las estructuras de distribución a las escuelas. Actualmente, esa tarea recae mayormente en el Estado.

El Estado domina el 75% de la producción editorial nacional y distribuye libros gratuitos a escuelas y bibliotecas, pero según Banchik eso está ahogando a las librerías. A su juicio, la gente debería comprar los libros en tiendas, "como se hace en el resto del mundo''.

En cuanto al mercado ilegal, se estima que cada año se venden más de 20 millones de ejemplares reproducidos ilegalmente, pero esa cifra puede ser mucho mayor, advirtió Jesús Galera, coordinador del comité de estadísticas de la cámara.

"Hay que picar piedra'' y hacer un esfuerzo aún mayor para evitar que la gente siga incrementando el mercado de libros reproducidos ilegalmente y para que se incentive aún más la lectura, expresó.
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