Cultura

El último año del Festival Onésimo González

Herederos del bailarín solicitan que se retire el nombre del artista porque el encuentro ya no cumple el objetivo que lo originó

GUADALAJARA, JALISCO (23/OCT/2014).- Tres generaciones de la familia González y diferentes profesionales de la comunidad artística se reunieron ayer en las instalaciones del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA) de Jalisco para dar a conocer que, por decisión de sus herederos, el XVII Festival Internacional de Danza Contemporánea Onésimo González —que, organizado por la Secretaría de Cultura (SC), dará inicio mañana— será “el último que porte el nombre del maestro y artista”, consignó su viuda, Sonia Salcedo.

Lo anterior, porque —como declaró la hija del bailarín y coreógrafo, Itzel González Salcedo— los miembros de la familia “no han sido tomados en cuenta para los cambios estructurales a los que ha sido sometido” el festival, alteraciones que “lejos de fortalecerlo” como evento de la Entidad lo vuelven uno donde “el interés primordial no surge de los bailarines, creadores y público en general”.

En opinión de la familia, este tipo de decisiones “debe tomarse en consenso y a partir de consultas y necesidades específicas”; además, alegaron que la “trayectoria, pensamiento, labor, inspiración, fundamento y visión” de Onésimo, no se reflejan en la edición de este año que, bajo la curaduría del jalisciense Eleno Guzmán Gutiérrez, presenta un programa que no está “al servicio de quienes hacen y crean la danza día a día”.

Asimismo, alegaron fallas de protocolo y desatenciones para con la familia que, si bien no ha intervenido nunca en la integración del programa, han padecido “faltas de respeto” de parte de los organizadores; a lo que se suma la participación de última hora del Joven Ballet de Jalisco en la función de clausura en sustitución de una compañía francesa, porque la agrupación de la SC presenta un perfil “totalmente ajeno” al festival.

Aunque la puerta al diálogo no está clausurada, Itzel González dejó en claro que “la decisión está tomada”, porque siempre han buscado que el festival sea “incluyente”, pero no bajo una perspectiva “guiada por lo que se hace en otros estados y países”; lo que se necesita, precisó, es “regresar a las entrañas de Onésimo González”.

Por su parte, Sonia Salcedo enfatizó que se podría llegar a un arreglo con la SC si se conserva “la filosofía y visión de Onésimo, su presencia y esencia”; en caso contrario, “buscaremos que eso esté presente haciendo otra cosa” —lo que prefiguró la posibilidad de “otro” festival—, porque, aseguró Carlos Hernández —bailarín y nieto del maestro— a pesar de que “se desvirtúa el nombre de mi abuelo”, la protesta de la familia se hace “a nombre de la comunidad”.

Voces de la comunidad

La maestra Débora Velázquez, aunque en desacuerdo con la decisión de la familia de retirar el nombre de Onésimo González al festival, sí declaró que le parece “absurdo” que con el enorme talento que existe en la Entidad, “nadie los apoye”.

La bailarina y coreógrafa Martha Hickman dijo que, en su opinión, “hace mucho que dejó de ser importante la figura del maestro Onésimo González para el festival”; además, lamentó que con la nueva propuesta “dejará de ser nuestro festival”.

Hiram Abif, director de la compañía local Corpodanza, señaló que dejar la curaduría “en manos de una sola persona” no es conveniente para un evento que debería “potenciar a los creadores del Estado para que aprovechen esta plataforma”.

Abif abogó por “un órgano colegiado” a cargo de la programación y de “vigilar y reglamentar” los procesos para brindarle “transparencia” a un evento cuya difusión ha sido “poquísima o casi nula” (con una logística en la que no se involucró a la comunidad dancística ni a estudiantes de la disciplina) y que se beneficiaría si ofrece “un amplio espectro de visiones”.

Por su parte, la maestra Olivia Díaz hizo hincapié en que este festival, cuya primera edición “se realizó a iniciativa de la familia”, se ha ido “al pozo” porque se privilegian “propuestas de fuera en lugar de retroalimentar a la comunidad”.

René Arce, titular del CECA, dijo que el Consejo busca“incidir para que sea tomada en cuenta la opinión de la comunidad”.

El proyecto continuará: Sandra Soto

Sandra Soto, coordinadora de Danza de la SC, explica que el festival es de propuestas contemporáneas y todos los años rinde homenaje a Onésimo González, y como evento organizado por la SC, “tiene un mecanismo que busca cumplir con expectativas del público y lo que solicita el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), puesto que está en la Red Nacional de Festivales, pero la familia no forma parte de las mesas de programación”.

Asegura que habló por teléfono con Sonia Salcedo, viuda de González, para solicitarle el texto de presentación para el programa general y que le invitó personalmente a la inauguración; además, ante las quejas, destaca que se incluye “producciones locales”.

La también bailarina y coreógrafa indica que “en todas las administraciones existe este tipo de problemas, porque hay resistencia a los cambios y están en todo su derecho”, pero el festival “se está transformando, sigue una línea contemporánea pero también experimental, porque define una identidad de la danza que se hace en Jalisco y se deben abrir espacios, como una manera de actualizarse. El festival lo hace la Secretaría y no la familia, que puede tener intereses muy particulares; el evento se está especializando y es profesional”.

Sandra Soto puntualiza que el proyecto continuará, y “si los intereses de la familia son distintos no puedo hacer nada. Como coordinadora no le he cerrado la puerta a nadie; yo pediría un acercamiento, porque la familia tiene siempre un lugar especial en el evento”.

Respecto de la participación del Joven Ballet de Jalisco, afirma que “tienen una formación contemporánea y no se sujetan a una sola rama dancística”, por lo que no ve problema en la queja de la familia; además, aclara que las compañías foráneas vienen por invitación, como se ha hecho tradicionalmente.
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