Cultura
El sentido que nos toca
Tiempos de utopías
GUADALAJARA, JALISCO (22/DIC/2011).- Alguien dijo un día, que de lo posible se sabe demasiado. Y por ello, tal vez, el espectro artístico europeo apunta hacia las ilusiones. Hace diez años, la marquesina de los teatros de Madrid y Barcelona, incluidos los más alternativos ( Francia tenía notables excepciones), apuntaban a discursos realistas, reflexivos y descarnados.
En Madrid por ejemplo, se podían encontrar en temporada al mismo tiempo, obras de Miller como La muerte de un viajante y Panorama desde el puente. Y en el caso de la danza, los grandes del flamenco se quedaban en los linderos de lo “puro” o lo “impuro” o de plano, la balanza se inclinaba a lo que hacia Nacho Duato en los límites de lo contemporáneo.
Por supuesto, las manifestaciones artísticas nos hablan de intereses, de catarsis personales -si se le puede nombrar así- y de los tiempos que se viven, eso es lo que me parece realmente importante y que llama la atención. Estando el mundo como está y Europa, específicamente, metida en una crisis sólo comparable a la de los años cuarenta, surge de entre las tinieblas un espectaculo llamado Utopía, que se presenta actualmente en el Teatro Español de Madrid, de la autoría de María Pages, una particular bailaora que estuvo en Guadalajara por alla del año 2004 con un trabajo titulado Flamenco Republic. Después de ello, se lanzó a crear Canciones para una guerra o cosas como Autorretrato, con un cuidado particular en lo que a plástica se refiere.
De ella misma escribió Jose Saramago. Una creadora indiscutible, lectora de la vida, de la prensa diaria, vinculadora de la generaciones artísticas, arriesgada en la búsqueda de nuevas experiencias musicales y con la que parece, que el flamenco es sólo una experiencia y un lenguaje, para provocar al espectador desde astucias más profundas. Una artista preocupada por las preguntas que nos hace una realidad contundente, que puede recuperar los lenguajes más tradicionales y “descalzarlos” para hablarnos de un todo que hoy, dibuja intuiciones metafísicas, incluso. María me hace reflexionar sobre el hecho artístico, sobre la importancia de indagar en diversos lenguajes, saber mirar hacia atrás (hacia los grandes, diría mi abuela) y alumbrar con la luz de su arte, el tunel de los caminos nuevos en la escena y en la vida... de cualquier lugar del mundo. A Pages no hay que perderla de vista, amenaza con volver. Utopía es una reflexión sobre las ilusiones y el afan de soñar con un mundo mejor.
En Madrid por ejemplo, se podían encontrar en temporada al mismo tiempo, obras de Miller como La muerte de un viajante y Panorama desde el puente. Y en el caso de la danza, los grandes del flamenco se quedaban en los linderos de lo “puro” o lo “impuro” o de plano, la balanza se inclinaba a lo que hacia Nacho Duato en los límites de lo contemporáneo.
Por supuesto, las manifestaciones artísticas nos hablan de intereses, de catarsis personales -si se le puede nombrar así- y de los tiempos que se viven, eso es lo que me parece realmente importante y que llama la atención. Estando el mundo como está y Europa, específicamente, metida en una crisis sólo comparable a la de los años cuarenta, surge de entre las tinieblas un espectaculo llamado Utopía, que se presenta actualmente en el Teatro Español de Madrid, de la autoría de María Pages, una particular bailaora que estuvo en Guadalajara por alla del año 2004 con un trabajo titulado Flamenco Republic. Después de ello, se lanzó a crear Canciones para una guerra o cosas como Autorretrato, con un cuidado particular en lo que a plástica se refiere.
De ella misma escribió Jose Saramago. Una creadora indiscutible, lectora de la vida, de la prensa diaria, vinculadora de la generaciones artísticas, arriesgada en la búsqueda de nuevas experiencias musicales y con la que parece, que el flamenco es sólo una experiencia y un lenguaje, para provocar al espectador desde astucias más profundas. Una artista preocupada por las preguntas que nos hace una realidad contundente, que puede recuperar los lenguajes más tradicionales y “descalzarlos” para hablarnos de un todo que hoy, dibuja intuiciones metafísicas, incluso. María me hace reflexionar sobre el hecho artístico, sobre la importancia de indagar en diversos lenguajes, saber mirar hacia atrás (hacia los grandes, diría mi abuela) y alumbrar con la luz de su arte, el tunel de los caminos nuevos en la escena y en la vida... de cualquier lugar del mundo. A Pages no hay que perderla de vista, amenaza con volver. Utopía es una reflexión sobre las ilusiones y el afan de soñar con un mundo mejor.
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