Cultura
El sentido que nos toca
Para no pasar las de Caín
La Casa Inverso en coordinación con Diversa Producciones, arrancó esta semana con el Encuentro de teatro pequeño formato. Pequeños formatos para llegar a mayores públicos. Pequeños formatos para resolver la producción. Pequeños formatos, dígase, para hacer grandes cosas. En esta casita, ubicada en el mero centro de la ciudad, desfilarán grupos –según dice su programa- de Guanajuato, Tamaulipas, Durango y varios de aquí de Guadalajara. Ayer por ejemplo el director El Mosco presentó una lectura dramatizada, también estará la puesta en escena de Sofía Olmos Un tutú muy apretado y Estación Juárez, una obra de Teófilo Guerrero. Particularmente aplaudo la iniciativa y hacerle caso a esa necesidad de autogestión. Nadie hará las cosas que los teatristas no hagan (mos) por sí mismos, ni una institución, ni los Reyes Magos, ni las becas. Quizá es en tiempos de crisis, cuando los procesos creativos se agudizan. Para que exista la salud , debe de haber una acción correspondente con una profunda necesidad. Y tienen que ser verdaderas, ambas. Me preguntaba yo un día y quizá mi pregunta tenga un particular enfoque. Por qué en una ciudad donde ha existido una sólida tradición dancística que se evidencia en escuelas y compañías, la necesidad expresiva no cubierta de creativos específicos los orilló a buscar espacios alternativos, hacer obras de mini formato con poderosos niveles poéticos, hablo de la bailarina Bety Cruz, por ejemplo. Qué pasa con los actores, me preguntaba. Con los grupos. Bajo qué sombra queremos seguir estando, cuáles eran o son nuestras ataduras.
Es importantísimo cómo se ha impulsado el teatro de Guadalajara, ahora unos autogestionan, luego otros se pusieron interdisciplinarios, multidisciplinarios y ahora Casa Inverso se arma una serie de obras chiquitas. Salud por la salud y por el ciclo de pequeños formatos. Santa Mónica 256.
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