Cultura
El poeta del contrapunto
El Salón de la Poesía, un lugar en común dentro de la FIL
Los poetas invitados a la feria el sábado inaugural, excepcionalmente porque suele leer uno por día, fueron dos: el norteamericano Forrest Gander y, en una sesión posterior, el francés Yves Bonnefoy. De hecho, apartar lugar para la lectura de Bonnefoy fue casi imposible: tanta expectativa despertó su presencia que incluso un público minoritario como es el de la poesía abarrotó los lugares disponibles de un salón cuyo cupo, de cualquier manera, es limitado.
Forrest Gander, un poeta y geólogo nacido en el desierto de Mojave y con una constante comunicación con la vivencia del español fronterizo, en cambio, es todavía poco leído en México. Y esto parece incomprensible, si se toma en cuenta que en 2012 fue finalista del Premio Pulitzer y que, entre otras apreciaciones, el imprescindible John Ashbery se refirió a su Libreto para Eros como uno de los más fascinantes libros de poesía que había leído en mucho tiempo. Además, ha sido traducido por los poetas Alfonso D’Aquino, Pura López Colomé y Valerie Meyer.
Ya en la lectura, entre el silencio de los espectadores, acompañó a Gander el poeta mexicano Julio Trujillo, en lugar de la anunciada Pura López Colomé. Su presentación fue breve, concisa, para dar lugar a la lectura del poeta norteamericano, que se expresaba en un español entrecortado aunque comprensible. Gander prefirió estar de pie, con el argumento de paliar el nerviosismo. El resultado fue una lectura en un inglés que parecía estar pautado por el movimiento de su mano derecha, los dedos tensados como si se sostuvieran sobre un piano, en ocasiones en contrapunto al leve balanceo de una de sus piernas.
Julio Trujillo leía a continuación, con gran claridad, las versiones en español. También traducía al vuelo cuando Gander tenía que responder en inglés alguna pregunta o explicación que ameritara algo más de complejidad.
En su conversación con el público, dio cuenta de cómo la geología le ha enseñado a observar con mayor detalle, en sus distintas estratificaciones, la realidad. Se mostraba de buen humor, feliz ante la publicación de su primera novela Como amigos, editada por Sexto Piso en traducción de Pura López Colomé. “Busco textura y música con contrapunto, no sólo melodía”, respondió un atento Gander ante la última pregunta de uno de los asistentes, mientras continuábamos rumiando la cadencia de sus poemas.
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