Cultura
El poder de la metáfora me conmueve: Circee Rangel
Es lo que todavía se llama una artista comprometida, trabaja con niños desprotegidos y trata de darles sentido con el arte
GUADALAJARA, JALISCO (15/SEP/2012).- El teatro nos recuerda. Y hay cosas de las que Circee no tiene ni idea. Trabaja desde hace dos años con el grupo La Banda Teatro, un núcleo conformado por niños del alberge Villa Miravalle y que recientemente junto con La Valentina Teatro —proyecto al que también pertenece Carla Constantini— presentaron la obra Toc—Toc, de Maribel Carrasco en agosto pasado.
Este proyecto hace que los pequeños se vinculen con el arte y encuentren en su propio espacio vital otras posibilidades. ¿Cuánto tiempo llevará este proceso? Circee no lo sabe, está aprendiendo pero este es el segundo montaje que realizan, luego de La Banda del General que participó en el Sexto Encuentro de Teatro Hecho por Niños y Niñas celebrado en Guadalajara el año pasado.
Ha dirigido proyectos de teatro cabaret como Noches de Cabaret y Mexican Rainbow, le preocupa la sociedad por eso de ahí brincó a una búsqueda de la mano con pequeños desprotegidos. Es pacífica pero se hace preguntas. Cree en el teatro como una manera de encontrar historias, confía en el actor por sobre todas las cosas y a diferencia de directores más jóvenes, afirma que el espectador sí está dispuesto a la catarsis.
—¿El poder de los jóvenes en el mundo hoy en día?
—Lo primero que se me viene a la mente es esto del 132 y los jóvenes indignados en el mundo. Pero, estoy tratando de centrarme en algo digamos, localizado, porque creo mucho que a partir de mi pequeño trabajo éste se puede expandir.
—¿En qué consiste tu pequeño trabajo?
—Estoy compartiendo la herramienta del teatro para que los niños del albergue se den cuenta que hay otras opciones en la vida, que no es sólo el dolor, el desprecio, la depresión, el abuso del que han sido objetos.
¿Cuál es el poder del teatro hoy?
—Creo que el espectador sí puede encontrar respuestas a cuestiones que ni siquiera se había planteado. El teatro es del ser humano. Va para el individuo. Creo que en estos tiempos hay que buscar el corazón del individuo para estrujarlo, besarlo. Es necesario, hablarnos de frente. Preocuparnos y ocuparnos por el otro, eso hace el teatro. El poder de la metáfora me conmueve mucho. Llegar a la persona desde las vísceras y el corazón. Ahí encontramos respuestas.
—Hemos traspasado la era de la información, el mundo virtual ¿para qué vamos al teatro?
—Para encontrarnos. Concebirnos como personas a partir del personaje. Vamos a encontrar otras historias.
—¿Crees que hay una personalidad del teatro jalisciense en territorio nacional?
¬Pues se está formando, muy poco a poco. Creo que afortunadamente cada uno busca a partir de sus propias necesidades.
—Dice Peter Brook que la catarsis es un concepto que hemos comenzado a olvidar ¿la gente hoy está dispuesta a la catarsis?
—Sí, lo he visto. El público lo agradece. Yo lo agradezco mucho. Creo que tendríamos que hacer teatro para dejar algo siempre en el espectador. La gente por supuesto que está dispuesta a la catarsis.
—¿Crees que el teatro se ha alejado de los clásicos?
—Creo que nos hemos alejado tristemente. Los clásicos son clásicos porque lo han sabido decir todo muy bien. Veo que directores jóvenes no tocan a los clásicos porque no los conocen.
—¿Qué género teatral puede ser el regreso del PRI a los Pinos?
—Una farsa mágico cómico musical (risas). Da tanto coraje y al mismo tiempo lo sabíamos y ese lo sabíamos es un chiste amargo...
—De Sabina Berman a Legom ¿qué hay en medio?
—Me gusta Alfonso Cárcamo, por supuesto Gerardo Mancebo del Castillo Trejo, Maribel Carrasco. Debo decir que Vero Maldonado, mi dramaturga de cabecera.
—La crisis ¿nos hará mejores?
—Creo que sí. Son los artistas los que salen avante, no sólo para entretener, sino como decía Brecht para decirnos cómo están las cosas y por qué están así y para atrevernos a decir que las cosas pueden cambiar. Eso te lo da una crisis.
Dolores Tapia
Para saber
Margules, Tavira, sus maestros
Originaria del Distrito Federal, Circee Rangel estudió la carrera de actuación teatral en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, y posteriormente en El Foro Teatro Contemporáneo, dirigida por Ludwik Margules, y en la Casa del Teatro, dirigida por Luis Tavira. Fue integrante de la compañía de teatro de la Universidad de Guadalajara, de la Non Clavatio Company, del grupo de teatro independiente El Clan y de la Liga Mexicana de Improvisación.
Este proyecto hace que los pequeños se vinculen con el arte y encuentren en su propio espacio vital otras posibilidades. ¿Cuánto tiempo llevará este proceso? Circee no lo sabe, está aprendiendo pero este es el segundo montaje que realizan, luego de La Banda del General que participó en el Sexto Encuentro de Teatro Hecho por Niños y Niñas celebrado en Guadalajara el año pasado.
Ha dirigido proyectos de teatro cabaret como Noches de Cabaret y Mexican Rainbow, le preocupa la sociedad por eso de ahí brincó a una búsqueda de la mano con pequeños desprotegidos. Es pacífica pero se hace preguntas. Cree en el teatro como una manera de encontrar historias, confía en el actor por sobre todas las cosas y a diferencia de directores más jóvenes, afirma que el espectador sí está dispuesto a la catarsis.
—¿El poder de los jóvenes en el mundo hoy en día?
—Lo primero que se me viene a la mente es esto del 132 y los jóvenes indignados en el mundo. Pero, estoy tratando de centrarme en algo digamos, localizado, porque creo mucho que a partir de mi pequeño trabajo éste se puede expandir.
—¿En qué consiste tu pequeño trabajo?
—Estoy compartiendo la herramienta del teatro para que los niños del albergue se den cuenta que hay otras opciones en la vida, que no es sólo el dolor, el desprecio, la depresión, el abuso del que han sido objetos.
¿Cuál es el poder del teatro hoy?
—Creo que el espectador sí puede encontrar respuestas a cuestiones que ni siquiera se había planteado. El teatro es del ser humano. Va para el individuo. Creo que en estos tiempos hay que buscar el corazón del individuo para estrujarlo, besarlo. Es necesario, hablarnos de frente. Preocuparnos y ocuparnos por el otro, eso hace el teatro. El poder de la metáfora me conmueve mucho. Llegar a la persona desde las vísceras y el corazón. Ahí encontramos respuestas.
—Hemos traspasado la era de la información, el mundo virtual ¿para qué vamos al teatro?
—Para encontrarnos. Concebirnos como personas a partir del personaje. Vamos a encontrar otras historias.
—¿Crees que hay una personalidad del teatro jalisciense en territorio nacional?
¬Pues se está formando, muy poco a poco. Creo que afortunadamente cada uno busca a partir de sus propias necesidades.
—Dice Peter Brook que la catarsis es un concepto que hemos comenzado a olvidar ¿la gente hoy está dispuesta a la catarsis?
—Sí, lo he visto. El público lo agradece. Yo lo agradezco mucho. Creo que tendríamos que hacer teatro para dejar algo siempre en el espectador. La gente por supuesto que está dispuesta a la catarsis.
—¿Crees que el teatro se ha alejado de los clásicos?
—Creo que nos hemos alejado tristemente. Los clásicos son clásicos porque lo han sabido decir todo muy bien. Veo que directores jóvenes no tocan a los clásicos porque no los conocen.
—¿Qué género teatral puede ser el regreso del PRI a los Pinos?
—Una farsa mágico cómico musical (risas). Da tanto coraje y al mismo tiempo lo sabíamos y ese lo sabíamos es un chiste amargo...
—De Sabina Berman a Legom ¿qué hay en medio?
—Me gusta Alfonso Cárcamo, por supuesto Gerardo Mancebo del Castillo Trejo, Maribel Carrasco. Debo decir que Vero Maldonado, mi dramaturga de cabecera.
—La crisis ¿nos hará mejores?
—Creo que sí. Son los artistas los que salen avante, no sólo para entretener, sino como decía Brecht para decirnos cómo están las cosas y por qué están así y para atrevernos a decir que las cosas pueden cambiar. Eso te lo da una crisis.
Dolores Tapia
Para saber
Margules, Tavira, sus maestros
Originaria del Distrito Federal, Circee Rangel estudió la carrera de actuación teatral en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, y posteriormente en El Foro Teatro Contemporáneo, dirigida por Ludwik Margules, y en la Casa del Teatro, dirigida por Luis Tavira. Fue integrante de la compañía de teatro de la Universidad de Guadalajara, de la Non Clavatio Company, del grupo de teatro independiente El Clan y de la Liga Mexicana de Improvisación.