Cultura
El placer absoluto de la pintura
La pintora capitalina Irma Grizá exhibe más de 50 piezas de arte abstracto en el Museo Regional de Guadalajara
GUADALAJARA, JALISCO.- Una mancha surge en el lienzo. Luego ésta da pie a una línea. Aparece una nueva mancha. Se crea entonces una armonía de formas y colores.
La complacencia de su autora debe ser absoluta antes de soltar el pincel, pero la obra nunca estará terminada. Eso lo define el espectador, el que se para ante el cuadro y decide si es triste o alegre según lo que le sugiera el cromatismo y la marejada de figuras abstractas condensadas en el lienzo. Porque para la pintora, para Irma Grizá, siempre habrá espacio, tiempo y dedicación para una nueva mancha, una nueva línea.
"Me sorprende el hecho de que cuando trabajo en algo que yo considero melancólico, a la gente le parece alegre. Por eso creo que mi obra depende del espectador. No puedo evitarlo. Yo me limito a pintar con toda honestidad. Mi pintura es muy visceral", señala Grizá, quien ha seleccionado alrededor de 50 óleos de reciente producción y de todos los formatos para armar Manifestaciones de la ausencia, una muestra que concluye su itinerario por diversos recintos del país en el Museo Regional de Guadalajara, sitio donde se exhibe desde el pasado viernes.
Dividida en dos salas de este recinto tapatío, la obra de Grizá que se incluye en Manifestaciones de la ausencia fue adecuada por la artista para realizar esta muestra itinerante que inició su recorrido a finales del año pasado en el Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz, para después pasar al Museo de Santo Domingo, en Oaxaca.
Sin embargo, aclara que no hay un discurso específico en las obras que constituyen esta exposición, ya que "esta vez decidí no hacerlo porque la abstracción es un tema por sí mismo. En el abstracto, el tema lo decide el espectador".
La neutralidad cromática es para la pintora el centro de su creación cuando se trata de los formatos más amplios. El blanco se antepone casi en la totalidad de los lienzos grandes con el propósito de darle ligereza, armonía y equilibrio al cuadro. Pero cuando Grizá decide pintar sobre telas pequeñas, prefiere concentrar en ese espacio los colores cálidos (el rojo en todas sus gamas) y tierra (ocre y sus variantes).
Grizá se dice satisfecha de tener la capacidad de crear "estas formas, estos colores y estos no colores. Estoy muy animada a continuar y sé lo que voy a hacer en un futuro. Cuando pinto un cuadro siento un gusto infinito. La pintura es una pasión, un placer absoluto".
La exposición Manifestaciones de la ausencia de la artista plástica Irma Grizá permanecerá en exhibición en las salas del Museo Regional de Guadalajara (Liceo 60) durante un mes.
La complacencia de su autora debe ser absoluta antes de soltar el pincel, pero la obra nunca estará terminada. Eso lo define el espectador, el que se para ante el cuadro y decide si es triste o alegre según lo que le sugiera el cromatismo y la marejada de figuras abstractas condensadas en el lienzo. Porque para la pintora, para Irma Grizá, siempre habrá espacio, tiempo y dedicación para una nueva mancha, una nueva línea.
"Me sorprende el hecho de que cuando trabajo en algo que yo considero melancólico, a la gente le parece alegre. Por eso creo que mi obra depende del espectador. No puedo evitarlo. Yo me limito a pintar con toda honestidad. Mi pintura es muy visceral", señala Grizá, quien ha seleccionado alrededor de 50 óleos de reciente producción y de todos los formatos para armar Manifestaciones de la ausencia, una muestra que concluye su itinerario por diversos recintos del país en el Museo Regional de Guadalajara, sitio donde se exhibe desde el pasado viernes.
Dividida en dos salas de este recinto tapatío, la obra de Grizá que se incluye en Manifestaciones de la ausencia fue adecuada por la artista para realizar esta muestra itinerante que inició su recorrido a finales del año pasado en el Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz, para después pasar al Museo de Santo Domingo, en Oaxaca.
Sin embargo, aclara que no hay un discurso específico en las obras que constituyen esta exposición, ya que "esta vez decidí no hacerlo porque la abstracción es un tema por sí mismo. En el abstracto, el tema lo decide el espectador".
La neutralidad cromática es para la pintora el centro de su creación cuando se trata de los formatos más amplios. El blanco se antepone casi en la totalidad de los lienzos grandes con el propósito de darle ligereza, armonía y equilibrio al cuadro. Pero cuando Grizá decide pintar sobre telas pequeñas, prefiere concentrar en ese espacio los colores cálidos (el rojo en todas sus gamas) y tierra (ocre y sus variantes).
Grizá se dice satisfecha de tener la capacidad de crear "estas formas, estos colores y estos no colores. Estoy muy animada a continuar y sé lo que voy a hacer en un futuro. Cuando pinto un cuadro siento un gusto infinito. La pintura es una pasión, un placer absoluto".
La exposición Manifestaciones de la ausencia de la artista plástica Irma Grizá permanecerá en exhibición en las salas del Museo Regional de Guadalajara (Liceo 60) durante un mes.
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