Cultura

El oboe y el violín irrumpen en el Concierto 3 de la OSN

Velada de ciertas singularidades en el despliegue de tres músicos de privativas consideraciones en el universo de la música de concierto

CIUDAD DE MÉXICO (23/FEB/2013).- Dentro de las actividades musicales del 85 aniversario de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y en continuidad de la Temporada anual de Conciertos 2013, tuvo lugar anoche la presentación --Sala Principal del Palacio de Bellas Artes-- del Programa No. 3 con obras de Johann Nepomuk Hummel (1778-1837), Samuel Coleridge-Taylor (1875-1912) y Franz Schubert (1797-1828).

"Introducción, tema y variaciones para oboe y orquesta en Fa Mayor", de quien fuera alumno de Mozart y Nepomuk Hummel; "Concierto para violín y orquesta en sol menor" (estreno en México), de "El Mahler africano", Coleridge-Taylor; y "Sinfonía No. 4 en do menor", del autor de las "Lieder" más populares del romanticismo, Franz Schubert.

Velada de ciertas singularidades en el despliegue de tres músicos de privativas consideraciones en el universo de la música de concierto.

Humell, sucesor de Haydn como director musical de la corte de los Esterházy, y, asimismo, gran virtuoso del piano, para muchos el principal vínculo de la escuela pianística entre el clasicismo y el romanticismo. Gozó de mucha fama en su época como solista del instrumento: se llegó a decir que su habilidad en la improvisación superaba a la de Beethoven.

Coleridge-Taylor tuvo que luchar en contra de los prejuicios sociales por su origen racial, violinista destacado y solvente director de orquesta, fue amigo de Edward Elgar (1857-1934), quien promocionó su obra, y lo presenta en los espacios musicales de la conservadora Inglaterra del siglo XIX.

Franz Schubert sigue siendo el compositor de las Lieder, la grandiosa Sinfonía No. 8 ("Inconclusa") y el famoso "Quinteto para cuerda en do mayor" que escribiera poco antes de morir a los 31 años. Destino trágico de un músico significativo que supo plasmar en sus obras orquestales, sobre todo las sinfonías, un depurado arrojo italiano con reflujos clásicos mozartianos de hermoso arrobamiento instrumental.

Comenzó la recepción con "Introducción, tema y variaciones para oboe y orquesta" que el alemán Schellenberger conduce y ejecuta como solista del oboe. 15 minutos de prosodia posclásica y preludios románticos de rasas proporciones en soliloquio entre el oboe y cuerdas de ligeras propensiones, y acompasada danza en la segunda parte (grácil allegretto). Solista que supo deletrear los pasajes de las variaciones del vals protagónico final con virtuoso discernimiento.

Siguió el recital con el "Concierto para violín y orquesta", del también apodado "El Dvorak de color". El violinista ucraniano --residente en México--, Klochkov, lo asumió con ágil prestancia y serena postura en muestra de total seguridad concertina.

Allegro maestoso- Vivace-Allegro molto que inició con tutti orquestal sentencioso y solista que lo secunda con categórica dicción; Andante semplice-Andantino en el que el violín subraya y sostiene, con atento artejo, un elocuente soliloquio con las cuerdas; Allegro molto -Moderato de alternadas ordenaciones melódicas y violín de pródiga técnica.

Ovación cerrada. Tres salidas al proscenio del joven solista, segundo violín de la Sinfónica Juvenil Carlos Chávez. Encore: "Capricho No. 16 en sol menor", de Niccoló Paganini: un intérprete de incitante técnica (legato, stacatto, martelé, spicato, chop...), pero quizás demasiado impertérrito en sus gestualidades escénicas.

Concluyó el convite con "Sinfonía No. 4", del autor de "La muerte y la doncella", con Adagio molto-Allegro vivace de arranque muy característico de Schubert: planteamiento temático de las cuerdas y mudanzas armónica inquietantes de fuerte influjo sentimental. Ha sido muy discutido el subtitulo que le adjudicó el compositor vienés de "Trafica" a una sinfonía de lenitivo preludio y consonancias muy haydnianas.

Andante y Menuetto: Allegro vivace transcurrieron en bosquejos que hacen referencia a la ópera "Orfeo y Eurídice", de Christoph Willibald Gluck (1714-1787), para rematar con un Allegro de refulgente gradación en Do mayor --satisfecho, resuelto, teñido de certidumbre-- que la OSN ejecutó espléndidamente.

Conductor de complicidades manifiesta con la orquesta que reconoció a los metales y a las cuerdas. Tres salidas al proscenio. No cesan los bravos. Las armonías de Schubert afianzaron una recepción de conformes clásicos/románticos muy singulares.

Wagner, Mozart y Mendelssohn los compositores anunciados para el próximo fin de semana (viernes 1 y domingo 2 de marzo) con Julieta Cedillo (flauta), Margit-Anna Süss (arpa barroca) y Hansjörg Schellenberger como director huésped. Convite de suntuosas escudillas musicales que ningún melómano se atreverá a desdeñar.
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