Cultura
El muro se instala en el Experimental
Un espectáculo de danza inspirado en el muro de los lamentos estará todos los jueves de mayo en el Teatro Experimental de Jalisco
GUADALAJARA, JALISCO (06/MAY/2010).- El coreógrafo y bailarín Rafael Carlín regresa a los escenarios con la reposición de El muro, un espectáculo de danza inspirado en el muro de los lamentos que a partir de hoy puede verse todos los jueves de mayo, a las 20:30 horas, en el Teatro Experimental de Jalisco.
Tras su exitosa presentación en la pasada edición del Festival de Danza Contemporánea Onésimo González, el reconocido bailarín repone temporada en el escenario de Calzada Independencia, esta vez como parte importante del elenco.
“Me sirvió mucho estar afuera en la temporada pasada, porque así pude pulir muchos detalles y llevar a los bailarines a donde yo quería, a donde ellos tenían que llegar en su proceso”, comenta el también coreógrafo de Miel y Luna.
El muro se inspira además en textos de Gustavo Adolfo Bécquer, pero “surge de la premisa de que me han llamado mucho la atención los actos de fe que tenemos; todo se ve reflejado en eso. Nos levantamos y hacemos lo que tenemos que hacer como un acto de fe, lo podamos o no comprobar.
Entonces esta metáfora visual a mí me inspiró para hacer el trabajo, porque la obra no toca ni habla en sí de algo religioso, la propuesta estética va más allá”.
El montaje está dividido en cuatro momentos escénicos titulados Camino de niebla, Fe de viento y fuego, Templo de piedra y Puerto de luz, los cuales cuentan con composiciones musicales originales de Miguel Ruiz.
Tras su exitosa presentación en la pasada edición del Festival de Danza Contemporánea Onésimo González, el reconocido bailarín repone temporada en el escenario de Calzada Independencia, esta vez como parte importante del elenco.
“Me sirvió mucho estar afuera en la temporada pasada, porque así pude pulir muchos detalles y llevar a los bailarines a donde yo quería, a donde ellos tenían que llegar en su proceso”, comenta el también coreógrafo de Miel y Luna.
El muro se inspira además en textos de Gustavo Adolfo Bécquer, pero “surge de la premisa de que me han llamado mucho la atención los actos de fe que tenemos; todo se ve reflejado en eso. Nos levantamos y hacemos lo que tenemos que hacer como un acto de fe, lo podamos o no comprobar.
Entonces esta metáfora visual a mí me inspiró para hacer el trabajo, porque la obra no toca ni habla en sí de algo religioso, la propuesta estética va más allá”.
El montaje está dividido en cuatro momentos escénicos titulados Camino de niebla, Fe de viento y fuego, Templo de piedra y Puerto de luz, los cuales cuentan con composiciones musicales originales de Miguel Ruiz.
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