Cultura

El estilo ecléctico, herencia del porfiriato

Guillermo de Alba, Adamo Boari y Ambrocio Ulloa fueron algunos de los arquitectos que con sus creaciones marcaron la arquitectura de la época

GUADALAJARA, JALISCO.- La arquitectura durante el periodo previo a la Revolución Mexicana estuvo marcada por el llamado estilo ecléctico, como se puede ver en edificios como el Palacio Nacional de Bellas Artes, en la capital del país, y el Templo Expiatorio, en la ciudad.
“Fue un momento muy esplendente, sobre todo en la Ciudad de México y en Guadalajara, donde se lograron ejemplos basados en ese estilo arquitectura”, afirma Modesto Aceves Ascencio, director general de Patrimonio de la Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco, quien anunció la publicación de un libro que relata la historia a través de fotografías de la Estación de Ferrocarril de Chapala, obra diseñada por el arquitecto tapatío Guillermo de Alba.

A finales del siglo XIX, con el ascenso al poder del Porfirio Díaz (1830-1915) comenzó un periodo de modernización nacional, sobre todo en el terreno de la arquitectura y el diseño de las urbes del país, que tuvieron que incluir nuevos diseños como estaciones de ferrocarril, vías férreas y otros inmuebles dedicados a los sistemas de comunicaciones como correos y telégrafos, según explica Modesto Aceves.

Algunos de los arquitectos tapatíos más destacados por sus trabajos y sus propuestas fueron Ambrocio Ulloa, quien fundó de la Escuela Libre de Ingenieros (1905), Guillermo de Alba, el autor de la estación de ferrocarril de Chapala. Otro de los nombres más destacados en ese momento fue el de Adamo Boari, quien fuera el arquitecto predilecto del mandatario Porfirio Díaz.

Las obras

A finales del siglo XIX predominaba la llamada arquitectura del porfiriato, que también se le puede nombrar ecléctica, según Alejandro Canales, director de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente ( ECRO).

Un ejemplo de lo anterior tiene que ver con la gran presencia de intelectuales, músicos, escritores y pintores que se instalaron y vivieron durante largas temporadas en esa ciudad europea.

Esa ola de modernidad que se marcó desde París fue la que motivó a Porfirio Díaz a enviar a algunos arquitectos a perfeccionarse y a estudiar en la capital francesa, con la finalidad de exportar al territorio nacional los estilos que desde Francia surgían para el mundo. 

“Es importante señalar que no sólo fue gente a aprender, sino que vieron varios arquitectos como Adamo Borari con ideas eclécticas” que quedaron plasmadas en edificios construidos en ese momento histórico como el Palacio Nacional de Bellas Artes (1904).

La llamada arquitectura ecléctica retoma ciertos elementos de diferentes estilos de la historia del hombre, que son colocados en un mismo edificio, algunos ejemplos de lo anterior en la capital del país son el Palacio Nacional de Bellas Artes, el Palacio de Correos y el Palacio de Comunicaciones, y el Templo Expiatorio, en Guadalajara.

El director general de Patrimonio explica que “en Guadalajara se retoman diferentes estilos en un mismo edificio. Dentro del eclecticismo podemos ver cómo ciertos edificios eran adornados con guirnaldas, balaustradas, macetones y una serie de elementos que hacía una ornamentación bastante decorosa”.

Modesto Aceves destaca que la presencia de este estilo arquitectónico no sólo quedó registrado en grandes obras, sino en las fincas de la ciudad. “La mayoría de las casas de principios de siglo XX ubicadas en avenida Vallarta son una prueba del estilo afrancesado”, comenta.
En cuanto a las fincas de la clase social más desfavorecida, éstas se caracterizaban por ser de una planta con ventanas verticales y con algunas pequeñas molduras.

En las cabeceras municipales y en lugares donde los recursos para la construcción de inmuebles eran pocos, se buscó incluir al menos un “elemento significativo, aunque fuera sencillo, la intención era la decoración”, según el director de Patrimonio de la SC del Estado.

Otro inmueble que se construyó durante el proceso de la Revolución Mexicana fue el edificio de la Universidad de Guadalajara (UdeG), el Paraninfo, que data de la segunda década del siglo XX, cuando el porfiariato en la arquitectura ya vivía sus últimos momentos.

Para Alejandro Canales en el caso de Guadalajara no se atreve a señalar que el movimiento social de 1910 haya dejado su huella en la arquitectura de la ciudad.

Antes de la lucha de 1910 y durante la misma, el estilo predominante en las obras estaba influenciado por las corrientes del pensamiento francés, debido que a finales del siglo XIX la ciudad de París era llamada la “capital del mundo”, explica Aceves.

EL INFORMADOR/ MAYRA TORRES DE LA O

La reconstrucción

Después de la lucha de 1910 se buscó la reconstrucción nacional e impulsar el nacionalismo, corriente que fue difícil de incluir en la arquitectura, destaca el director de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente.

El nacionalismo entró en los edificios con el muralismo, afirma Canales, quien también señala que un impulso de renovación trajo en los primeros años de la segunda década del siglo XX el movimiento moderno, en México uno de los precursores fue Juan O’Gorman.  

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