El español es un campo de resistencia: Cristina Rivera Garza
La autora pide defender el idioma como escritura creativa y no sólo idioma de trabajo
GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2016).- Ante un panorama de creciente xenofobia y nacionalismo exacerbado por parte de Estados Unidos, la escritora Cristina Rivera Garza pondera la importancia de ceñirnos al idioma español y analizar el papel que la lengua tiene en el país vecino.
"El español no es una reliquia del pasado, defender al español no se trata de algo que sea parte de un mundo que ya se fue, cuando hablamos del español en Estados Unidos estamos hablando del futuro, es más importante que nunca asomarnos a ver que el español es un campo de resistencia aquí y ahora, en Estados Unidos y fuera, que la Feria (Internacional del Libro de Guadalajara) este dedicada a Latinoamericana, lo tomo como eso, como parte de estas prácticas de resistencia que van a hacer más falta que nunca en estos cuatro años que vienen, tal vez ocho".
La autora norteña, quien presenta esta tarde el libro "Había mucha neblina o humo o no sé qué" en donde aborda cómo choca la vida laboral de Juan Rulfo con su obra, explicó que ha vivido en el país vecino los últimos 27 años de su vida, por lo que después de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre el panorama ha sido desolador y triste. "El español que se habla de la frontera para abajo es un español del estado, de poder, un español que ha también erradicado y destruido la realidad multilingüistica de nuestro país, sabiendo eso, cuando el español cruza las fronteras, es un español que se parece mucho a las lenguas indígenas de México, es un español sin estado, sin ejército, un español de trabajo. Estoy creando un doctorado de escritura creativa en español en la Universidad de Houston, y un poco el lema que he estado repitiendo es que el español ha sido considerado un idioma de trabajo, pero es importante decir que también es una lengua de reflexión, de creación, una lengua de presencia artística, y tener presente ambas cosas".
Rivera Garza, que recién acaba de ganar el Premio José Emilio Pacheco 2017 por su capacidad para cultivar con excelencia distintos géneros literarios, consideró que la amenaza más tremenda es la posible deportación de los Dreamers. "Hay que prepararse para lo peor, con fortuna, creo que especialmente la comunidad latina que ha sobrevivido por tanto tiempo y en circunstancias límites, en parte por múltiples estrategias, como la del español".
Interesada en la experimentación literaria
Cristina Rivera Garza señaló que recibe el Premio José Emilio Pacheco con una gran sorpresa y gratitud ya que han estado relacionados a este galardón grandes nombres de las letras mexicanas (Juan Villoro, Fernando del Paso, Elena Poniatowska). "Son escritores que yo leo y admiro, que no sólo se han dedicado a cultivar sus novelas y sus cuentos, sino que no han dejado de poner atención a su entorno social, a las comunidades a las que pertenecen, es apabullante, me honra decir que soy su aprendiz, su lectora, siempre tratando de trabajar en lo que cada quien nos toca y en el proceso, si tenemos suerte, tratamos de aprender de ellos".
Sobre el fallo del jurado, que celebró su destreza en los géneros literarios -como muestra en su reciente publicación "Había mucha neblina o humo o no sé qué" - indicó que le interesa la experimentación pero cuando está ligada a los temas con los que trabaja y no por imposición. "En el caso de este libro de Rulfo, no sólo estoy frente a un personaje complejo, con una obra de muchos niveles, sino también la relación entre lector y autor es muy compleja, había que echar manos de cuanto sé hacer, inventarme también lo que no sé hacer, para poder abarcar este tipo de relación, eso me interesa de los géneros, los tenemos que cruzar, subvertir, deformar, siempre y cuando eso nos pida la materia con la que tratamos, que no sea un asunto principista ajeno a nuestros materiales".
Acerca de lo que significan los premios, la escritora subrayó que el principal objetivo es atraer la atención hacia los textos. "A veces libros que no conocemos y que llegamos a conocer por las conversaciones alrededor de los premios, cuando sirven para eso me parece muy bien porque se cruza un puente que es difícil de cruzar, hay otro nivel que es una cuestión más de jerarquía que no me interesa mucho".
EL INFORMADOR / ILSE MARTÍNEZ