Cultura
El día más triste en la vida de Martha Acevedo
Revolucionó la manera de entender los libros en el aula
GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2011).- Eran las ocho de la mañana. Martha recogió un documento de su escritorio y salió por última vez de esa oficina. Ese día su jefe Ernesto Zedillo activaba un plan de emergencia económica para un barco llamado México que se estaba hundiendo en una crisis financiera. El día más triste de su vida, dice ella misma, fue ese 3 de enero de 1995. Cinco minutos después de las 8 de la mañana llegó a la oficina de recursos humanos de la Secretaria de Educación Pública e hizo lo que le tocaba hacer por ley: renunciar.
Lo peor es que su renuncia como coordinadora del programa Libros del Rincón fue aceptada. “Fue algo muy triste porque todavía tenía muchos proyectos, los rincones de lectura sólo eran el principio”. Su nombre es Martha Acevedo, la funcionaria que en 1986 revolucionó la manera de entender la lectura en el aula.
Nacida en el Distrito Federal en mayo de 1940, Martha aprendió a leer en su casa a los cinco años. Su madre fue una maestra de primaria, y también la primera persona que le formó el hábito de la lectura: “Mi mamá nos contaba cuentos todos los días por la noche, eran cosas fabulosas… tener libros en casa era como tener regalos, quizá por eso entendí de otra manera los libros en el aula”.
Martha no es maestra, es editora. Martha no fue funcionaria, fue facilitadora. El día más difícil fue cuando, nueve años después de haber iniciado el proyecto de Libros del Rincón, le dijeron que la idea se quedaba pero ella se iba.
Durante nueve años editó casi 500 títulos que presentaban a la lengua escrita de muchas y diversas formas. También ligó la edición a un programa cultural y educativo en las escuelas.
Lo peor es que su renuncia como coordinadora del programa Libros del Rincón fue aceptada. “Fue algo muy triste porque todavía tenía muchos proyectos, los rincones de lectura sólo eran el principio”. Su nombre es Martha Acevedo, la funcionaria que en 1986 revolucionó la manera de entender la lectura en el aula.
Nacida en el Distrito Federal en mayo de 1940, Martha aprendió a leer en su casa a los cinco años. Su madre fue una maestra de primaria, y también la primera persona que le formó el hábito de la lectura: “Mi mamá nos contaba cuentos todos los días por la noche, eran cosas fabulosas… tener libros en casa era como tener regalos, quizá por eso entendí de otra manera los libros en el aula”.
Martha no es maestra, es editora. Martha no fue funcionaria, fue facilitadora. El día más difícil fue cuando, nueve años después de haber iniciado el proyecto de Libros del Rincón, le dijeron que la idea se quedaba pero ella se iba.
Durante nueve años editó casi 500 títulos que presentaban a la lengua escrita de muchas y diversas formas. También ligó la edición a un programa cultural y educativo en las escuelas.
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