Cultura
El arte, una gran aventura: Javier Arévalo
El Museo Regional de Guadalajara alberga el trabajo del pintor tapatío, quien recibió ayer la Medalla José Clemente Orozco
El artista plástico tapatío cumple con dichas condiciones y el ejemplo más claro son sus constantes viajes, que le permiten encontrarse con lo desconocido. Incluso tiene el deseo de morir en un territorio lejano durante uno de esos itinerarios que le han llevado a conocer cara a cara el trabajo de creadores de diversas épocas y de diferentes nacionalidades.
Arévalo señala que sigue creando en medida de lo posible porque “cada vez, el tiempo se nos viene encima”.
El trabajo del tapatío, nacido en 1937, permanecerá expuesto en la sala Ixca Farías y en la Capilla del inmueble, ubicado sobre la calle de Liceo 60, en el Centro Histórico de la ciudad.
De las casi 80 piezas que integran Yo, pintor, el autor comenta que la mayoría fueron realizadas durante sus viajes. “Desde muy joven pensé que no iba a ser un pintor de estudio, me di cuenta, muy pronto, que todo mi potencial estaba en mis manos, así yo podía vivir donde sea”, afirma el artista que no se imagina encerrado en un estudio, mientras puede encontrarse en cualquier parte del mundo.
Este camino que eligió de nómada “no es fácil”, expresa Javier Arévalo. Y tiene razón, ya que “en el estudio se tienen muchas comodidades y durante los viajes no siempre las hay, no siempre hay lugares idóneos para trabajar, pero uno se entrena para hacerlo en cualquier parte”.
Otro ejemplo son sus cuadros firmados y fechados en diferentes lugares, algunos tan cercanos como Acapulco y otros tan lejanos como Turquía.
La exhibición, que inauguró ayer en el Museo Regional, está dividida en dos salas. En la primera, Ixca Farías, se presenta la obra figurativa del artista, la cual está integrada por las piezas tituladas: Retrato de Frida, Adivina quién soy, Mujer diva, Echándole una manita, Sandía, La vida es un sueño que camina, Recuerdo de Turquía y Quiubo mano.
En la segunda sección, en la Capilla, se encuentra la propuesta abstracta del tapatío y los grandes y medianos formatos, así como los óleos. Algunos de los cuadros expuestos son Puerta al destino, Puerta de la pasión, Puerta al cielo y Puerta al conocimiento.
Los seguidores del trabajo artístico de Javier Arévalo podrán observar en Yo, el pintor, diferentes momentos de un creador que considera que “su estilo es no tener estilo”.
El reconocimiento
Desde 1983 no se entregaba la presea José Clemente Orozco, pero ayer llegó a las manos de Javier Arévalo, quien durante su larga trayectoria, que comenzó desde la infancia, ha recibido una gran cantidad de premios y reconocimientos, pero señaló que uno de los más significativos es la medalla que lleva el nombre del pintor que más admira.
Arévalo destacó el gran talento del muralista jalisciense y lo calificó como uno de los grandes de la historia de la plástica. Además, consideró que todavía falta proyección de la obra de Clemente Orozco.
La fortuna de Arévalo siempre ha sido buena y a los ocho años conoció a su ídolo durante la estancia de Orozco en el Instituto Cultural Cabañas. Precisó que el físico del pintor lo impactó por los grandes lentes.
“Si Orozco hubiera nacido en Francia, no se los dijo; pero nació en México e hizo un obra que nos dice muchas verdades y aquí no aguantamos muchas verdades”, dijo el pintor, quien recordó su primer encuentro con el Museo Regional de Guadalajara.
Tenía 10 años, cuando por curiosidad ingresó al espacio para descubrir que había un taller de dibujo y decidió quedarse. Comentó que entonces su profesor fue José Guadalupe Zuno y algunos de sus compañeros eran González Camarena y Raúl Anguiano.
El trabajo expuesto en Yo, el pintor presenta escenas incómodas, que permiten cuestionar el trabajo y la credibilidad de figuras como Frida Kahlo. La propuesta de Javier Arévalo permanecerá hasta el 22 de mayo en el espacio, donde comenzó su trayectoria.
''Muy joven pensé que no iba a ser un pintor de estudio, me di cuenta que mi potencial estaba en mis manos''
Javier Arévalo, pintor.
Perfil
El viajero
Javier Arévalo nació en Guadalajara, en 1937. Es pintor y su trabajo se ha presentado en importantes espacios como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de Suiza, Museo de Arte Moderno de Tel Aviv, de Israel.
Estudió artes plásticas en la ciudad con los profesores como Jorge Martínez y José Guadalupe Zuno y en 1951 se trasladó a la Academia de San Carlos.
Durante más de 36 años, el artista ha impartido clases no sólo en México, sino en otros países. Además, por su trabajo ha recibido infinidad de reconocimiento como el Premio Salón Anual de la Plástica Mexicana en 1969, el de Grabado en la Bienal de Tokio en 1970 y el Jalisco a las Artes en 2000.
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